martes, 18 de noviembre de 2008

El Árbol de 3 Raíces y 10 Copas

Respecto a Milarepa. Antes de convertirse en un gran tulkü de lo divino y lo milagroso el tibetano Milarepa pasó por la nigromancia y la magia negra en general y conoció la Tradición Bönpo que la Escuela Dzogchen del Diamante Puro estudia y ha incorporado con gran inteligencia y sutileza a su ritual. Asimismo, podemos encontrar que en toda profunda compenetración y síntesis simbólico-mágico-místico-religiosa el camino del medio o del centro (que yo apoyo incondicionalmente) es el más adecuado y directo para llegar a la realización total y liberarse de todo aquello que nos separa de la Unidad Original. El "cuerpo del arco iris" es el sendero indicado en todos los sistemas filosóficos e iniciaciones de alta alcurnia para hallar dicha plena, inspiración total y comunión con la Naturaleza porque se fundamenta en la práctica de la "luz" y todo lo que deriva de ella, llámese energía, fuerza, poder, rayo, meteoro, destello, relámpago, descarga, y superconductores de tipo I y de tipo II, convencionales y no convencionales, como el vanadio, niobio, itrio, bario, titanio, tecnecio, cobre, galio, etc. Los sigilosos Maestros y Maestras del Rayo y la Centella son como piedras de colores encendidos y fulminantes que nos envían sus fulgores para que nos podamos elevar como llamas hasta el Empíreo y de este modo alumbrar junto con las estrellas la Bóveda Celeste. Mientras más nos elevemos e irradiemos más cerca estaremos de Dios, de la Transfiguración y el Ecumenismo o Socialismo Místico que conocerán nuestro planeta el día de mañana. Si Milarepa pudo pasar de ser un bandolero a ser un santo varón y dejar el Mal por el Bien, significa que el Paraíso no es una Utopía y que su ejemplo puede reproducirse una y otra vez. Por eso, no condenen así no más al criminal. Quizás lo que éste necesite es que le enseñen a refinar sus energías choretas. Nuestras cárceles deben convertirse en centros terapéuticos y escolásticos, místicos e iluminadores, en claustros regeneradores o CREVS, donde los presidiarios trabajen duro pero inspirada y creativamente, hagan deportes, se recreen y practiquen ejercicios sanos y agradables que vayan desde la horticultura, la herboristería medicinal, aromática y culinaria y las artes marciales hasta el culto a los sentidos superiores. Por ejemplo, lo que ha pasado con las Orquestas Juveniles e Infantiles en Venezuela (Misión Abreu, El Sistema) es una maravilla, digna de extenderse y ramificarse. Nuestros políticos debieran datearse y coger palco pues ellos también necesitan someterse a psicoterapias, aprender manualidades y buenos modales de conducta y administración general. Nadie es 100% intocable, impoluto, puro y virgen, porque hasta el aceite de oliva para ser extra virgen debe ser prensado en frío, es decir, tratarse in situ, sin adulterarlo, conservando su esencia primigenia. Cuando comprendamos esto -la extracción de lo puro y virgen para consumo y disfrute general- y lo llevemos a todas las capas de la maquinaria social- tendremos un mundo mejor, más feliz y sano.


The Seven Chakrâs.
Ilustración de Peter
Weltevrede. 2007.
Crédito: http://www.sanatansociety.org/yoga_and_meditation/seven_chakras.htm

Si tomamos la cabeza y la equiparamos a un tobo o a un cono recto espiralado y lo llenamos de luz incandescente desaparecerá el sólido y tendremos una aparición tan brillante, admirable y deslumbrante que tendremos que cerrar los ojos para que ésta no nos dañe la retina, nos penetre internamente y seamos uno con ella. Metafóricamente hablando, desapareceremos, si antes aparecimos con un cuerpo cualquiera, y seremos parte de esta luz avasallante. Eso es lo que provino en un momento de algún espacio celeste y tras cruzar las barreras astrales alrededor de un cuerpo celeste se clavó e introdujo en el interior del mismo creando un cráter. La luz cósmica debió adentrarse en la constitución del planeta o astro, en un sitio determinado, y a partir de ese punto epicéntrico crear una acción, un despliegue, círculos concéntricos de energías acumuladas provenientes del espacio interestelar. Vinimos entonces como bólidos cargados de vida cósmica con el fin no sólo de impactar un astro o cuerpo celeste sino de fecundarlo, animarlo y llenarlo de resplandor divino que obviamente portamos en nuestras células, ya que emanamos o vinimos del seno del Ser Supremo y como tales somos encarnaciones divinas, todos, todas, sin excepción, aunque en el choque al nacer lo olvidemos o lo malinterpretemos seguidamente a tal punto que nos volvamos ateos o agnósticos o nos tornemos en criminales y homicidas y sea esto, no amar las leyes del buen Dios o no creer en la continua existencia del Ser Divino, el pecado capital por excelencia. Pero hay quienes no lo olvidan y éstos o éstas se destacan y son inmensamente felices y realizados porque no pierden el nexo con el diamantino Origen Eterno, Omnisapiente, Omniabarcante, Todopoderoso y Maravilloso y sentir esta dicha con toda la fuerza de su alma única los carga y recarga sobre todo en los momentos difíciles y duros que todos y todas padecemos. Cuando estos estados de iluminación extática los tienen ciertos individuos generalmente no lo entiende el común denominador de las gentes usualmente apático, indiferente, desinteresado, ensimismado, apagado, somnoliento, confundido y aturdido por las fugas del cerebro y los avatares del medio ambiente y es acá en la Tierra, en las alturas de lo fractal, maximalista, epicúreo y pitagórico, reacio a que haya más claridad, armonía vishnuista, cristalina unisonancia y resonancia panteísta. Debido a esta baja vibración general se tiende a tildar al místico y su mística de holgazanes y porfiados, de locos y locas de atar, de parásitos y brujas, a causa de su excesivo amor y devoción hacia lo divino y lo sublime que los lleva a actuar a veces de un modo extraño y escandaloso, sin saber que gracias a estos tipos proféticos, dramáticos, trágicos, alienados, desaliñados, desdeñados, rechazados, incomprendidos, frecuentemente solitarios y silentes, el planeta ha podido sobrellevar inmensas pérdidas y bajones históricos que la vasta mayoría desconoce por completo. Si no fuera por estas encarnaciones divinas o avatâras (muchas más numerosas de las que aparecen en las enciclopedias), la Tierra estaría todavía en la Edad de Piedra. He dicho.

De ahí a que los Maestros y las Maestras de la Bendición Sin Fronteras y las Virtudes Sin Par estén entre nosotros y nosotras y nos ayuden a subir cada vez más alto para que podamos llegar hasta la simultánea cumbre externa e interna aunque está claro que la escalada interna, invisible, intangible, etérea, ignorada por la mayoría de las personas en esta tercera dimensión es de lejos la más importante y trascendental porque cuando se comprenda mejor cómo funcionan las leyes metafísicas se verá que las mismas son siempre causales e influyen directamente, por gradación y gravedad, en las leyes tanto geofísicas como astrofísicas. Así arriba, así abajo, para que el milagro de la Unidad se manifieste, reza el viejo proverbio de Hermes Trismegisto, que descubrí en mi adolescencia y nunca olvidé. Pero mientras ese nexo y contacto íntimo con el cielo supremo no llegue a producirse la vida en su conjunto sigue un ritmo desigual y metamórfico, incoherente e interactivo, dependiendo de las personas y los sitios en un planeta (o en otro planeta) donde la marcha de la civilización pasa por diferentes estados y configuraciones y se espera que los seres pensantes y sintientes vayan dejando atrás su brutalidad, densidad, vulgaridad y negrura, para ascender y retornar de nuevo al Singular Origen que les dio el soplo en un nanosegundo equis solamente conocido de memoria interestelar por el Milagrero Amado Ser Supremo de los Universos Unidos, Interconectados, Interdependientes e Interdimensionales.

Cualquier cosa que nos pueda retrotraer a ese milagroso instante genésico y haga que como dragones nos mordamos la cola y conformemos un círculo mágico -pues todo está interrelacionado con todo y de un modo que puede parecer increíble e inaudito- es muy bueno y si uno se afana en buscar lo divino en todo no debe sentir vergüenza ni acomplejarse porque las correspondencias y convergencias cósmicas son realmente asombrosas, mágicas, instantáneas y relampagueantes, y deben buscarse siempre porque son las catapultas que nos harán pasar de lo común y corriente a lo extraordinario y excepcional. Lo más normal del mundo es encontrar la fantástica norma universal que nos conecte y una con la armonía universal que por ley establece que lo único, lo indiferenciado, lo total y lo fundido y lo hermanado son la verdadera norma universal, el numen hierofánico y teofánico del Todo. Pensar que no somos partes del Todo es una equivocación que conduce a trastornos, locuras, desarreglos, desconciertos, prolapsos y dolores de muchos tipos que no siempre se curan con la velocidad que deseamos pues nos pueden enfermar y producen síndromes y desfunciones que inclusive pueden pasarse a vidas futuras. Tras haber observado tantos casos de desequilibrio mental, pienso que la primera materia integrada que los niños y las niñas debieran cursar, además de divertirse, es: principios básicos de astronomía, religión, filosofía, artes gráficas, literatura, música, danza, yoga y psicoanálisis. Desde la infancia y el seno del hogar debe prevalecer la búsqueda de la Unidad y lo Sagrado y, si esto se hiciere bien, a través de un método creativo y sinérgico que potencie al máximo, al crecer y madurar las personas serían más amorosas, amigables, amables, amenas, afables y amantes de la buena música, la buena lectura, el buen arte, las buenas diversiones, incluyendo el erotismo y los pasatiempos, y todo lo bueno que la vida dispensa. Hay que estimular, motivar, incentivar el gusto por la lectura, la escritura, la música, la poesía clásica, romántica, moderna y futurista, y se aprenda cómo se puede reducir y resumir con arte y destreza una frase a una sola palabra, una palabra a una sola letra, una letra a un solo sonido, la mente a un código. Y cuando se llegue al OM-AUM y se entienda su finalidad sónica y vibratoria aparecerán cientos de adivinos, curanderos, milagreros y magos que van a poder volver sus mundos mucho más ilustrados y buenos de lo que eran antes de que descubrieran el poder de las palabras, las letras, los dígitos, los sonidos, las formas y las imágenes venidas del pensamiento mágico. Bueno, ya con esto estoy rozando con mucha sutileza algunas de las llagas por donde supura tanto microbio y tanta bacteria putrefacta a nivel social y colectivo. El gran educador venezolano Simón Rodríguez quiso que Venezuela diera un paso gigante y como todo genio se adelantó a su época. Se fue de su país porque no se comprendía su futurismo, rebeldía y originalidad o excentricidad. Han pasado los años y todavía él sigue, aunque menos, bastante solo con su gloria póstuma. Los partidos políticos, los líderes y representantes políticos, gremiales, económicos continúan desconociendo en profundidad sus aciertos y pasará un tiempo hasta que se entienda manifiestamente que sólo inventando y siendo originales descubriremos lo oculto, potente, grandioso, real e incipiente, la descomunal y astral fuerza energética que nos une a las fuerzas vivas y mágicas de la Mater Natura.


G
uía 6 con Rosa Azul de Tåkrã y Ojo de Luz Iridiscente. Versión del Autor. Basada en un original de Marcelo Ávila. Caracas. 2007.

Las pirámides de luz. Reeducar al espíritu-alma que sufrió al nacer, tras el trauma del embarazo y/o parto, debe ser nuestra primera atención y obligación. Aunque lo sepamos a ciencia cierta o intuyamos, reencarnar es traumático para todos y todas y es nuestro deber, como enfermeros y médicos de nuestro espíritu-alma, superar la fricción, el choque de frecuencias de ondas y partículas atómicas producidas al entrar a la ionósfera, la biósfera y la atmósfera terrestres. Ningún cuerpo celular, molecular e iónico escapa al calor bárbaro y lacerante del aterrizaje y amerizaje de nuestra cápsula espacial y la pérdida temporal de todo contacto radioastronómico con la Tierra. En esos cortos momentos antes del parto la entidad que aún está en la placenta, en su deliciosa y sobreprotegida nave espacial intrauterina donde todo es gratis, se desubica, siente temor, angustia, ansiedad, amnesia, hasta que llega el momento en que recibe el llamado y los gritos, sino las súplicas, de su mamá y del partero y la partera para que se decida salir de su cápsula paradisíaca y se sume al circuito muy extraño y poco licuado que le aguarda. De ahí que se quiera y espere que algún día el hombre y la mujer mortal se conviertan finalmente en seres inmortales que superen la carrera de obstáculos de la vida fetal y terrestre, hecha de humanos y animales mortales, flores perecederas, metales que se corrompen, elementales que se disuelven, cadáveres que se pudren, medio ambientes que a veces cambian drástica y hasta terroríficamente y forman parte del Universo Muerte de la 3D. Aunque todo lo que emana del Ser Supremo es bueno, sacrosanto y espléndido y está sujeto al vaivén, al cambio, la mutación y transmutación, no podemos eludir una verdad: nuestro plano NO es el más perfecto externamente, en la periferia, aparentemente, aunque sí contiene la Perfección en sí misma, en sustancia, en su lumínico núcleo y eje. Y lo que parece estar afuera no es sino el reflejo, la reflexión, científicamente dosificado en cantidades infinitesimales, diluido, potenciado, maximizado, refinado y purificado de lo que vibra adentro, muy adentro, y en consecuencia es desconocido a los ojos y oídos del común denominador de la mortal especie humana inconsciente del magnífico poder transformador de sus 14 çakrâs, divididos en dos series de 7 çakrâs, que se complementan y superponen y forman una especie de misil alerta compuesto de secciones con medidas de dígitos hiperreales con el cual poder conocer, viajar, atender y amar mundos heterogéneos, varios planos de conciencia y distintas realidades, algunas sin duda más hermosas, deliciosas, exquisitas, sublimes, iridiscentes y espectaculares que otras. Los reinos más extraordinarios e inenarrables del pensamiento mágico o hiperreal nos pertenecen y podemos incluso llegar hasta la Esencia Alumbrada que los creó y derretirnos en Su inseparable presencia si sólo pudiéramos conocerlos por medio del sahâja samâdhi, el rey de los estados extáticos, en potencia al alcance de todos y todas, porque la verdadera vida, la existencia real, concebida y hecha de absoluta paz, alegría y resplandor, NO está afuera sino adentro, no tanto fuera sino dentro de nosotros y nosotras, en el espacio intersideral de nuestro irisado, tornasolado y fulgurante ser interior y no en el grisáceo, medio feo, deslucido y opaco exterior. Eso lo saben, enseñan y explican continuamente los gurus y rinpochés de ojos brillantes y resplandecientes, nuestros padrinos y madrinas de corazón perlado y rubicundo. Salimos del OM y mientras podamos permaneceremos en el OM con tal que nos podamos mantener en el columpio de la supraconciencia a lo Sri Aurobindo Ghose de Pondichéry, en la cima de la pirámide flamígera. OM-AUM.

Una mano con 5 dedos de monstruosidades, bajezas y vilezas. En los estados espirituales bajos, medianos, altos y altísimos, el Adepto debe librar una gran batalla consigo mismo y conocer de cerca esa gran contienda, la batalla con los egos, sus egos por supuesto. Los egos son parte intrínseca de lo que yo llamaría la «cámara bárica del enigmático Espíritu-Vida» que si se trata adecuadamente lo podría conducir a obtener un luminoso «cuerpo iridiscente». Ellos, los egos, pueden ser nuestras esposas, grilletes y cadenas pero también nuestras aletas y alas para traspasar diferentes planos de existencia y ser ya que, como dice el dicho popular, “lo que no mata, engorda” y quien engorda sino el corcel, ese levantino potro salvaje, que si se domestica correctamente puede ser nuestro querido alazán con el que pasearemos con gusto. He estado leyendo lo que ese gran yogi hindú, Sri Chinmoy, escribió y comentó sobre los distintos tipos de samâdhi, siendo tres los superiores según él, experimentados mientras el alto iniciado está vivo y que pueden durar bastantes días seguidos: savikalpa samâdhi, nirvikalpa samâdhi y sahâja samâdhi. También débese sumar el terminal o mortal mahâsamâdhi (que experimentó el avispado, lúcido y controversial Vivekanãnda para desencarnar e irse en paz a los 39 años). Sahâja samâdhi es el más elevado de los arrebatos místicos porque aunque autorrealizado, en base, por ejemplo, al Vedanta, las Upanishads, o la iluminada pirámide de la Teoría de Maslow, el Adepto, además de saber y haber comprobado espiritual y psíquicamente quién es y para qué es, sirve sin egoísmo y generosamente al prójimo y su entorno de la manera que mejor le plazca y convenga al Ser Divino y en su fuero interior sabe que sólo por medio del flash de la luz almacenada en su alma podrá realizar un rol salvador, un plan humanista, una misión samaritana, un creativo proyecto individual que sirva hasta para mejorar el tráfico en las urbes y las cloacas del pueblo. Para ser o actuar así se deben aceptar las realidades del plano donde se hace vida y se convive entre egos caníbales y egoístas, como expuso P.D. Ouspensky, sin apegarse ni identificarse, aceptando y reconociendo la existencia de los egos. Para volverse inmune al virus de un ego habría que tener al menos un 5% del virus del VIH, la viruela y el ébola del espíritu inoculados en nuestra piel: algo así como un 5% de vanidad, un 5% de orgullo, un 5% de ira, un 5% de envidia, un 5% de odio, un 5% de autosuficiencia, un 5% de descaro, un 5% de cinismo, un 5% de hipocresía, un 5% de cursilería, un 5% de petulancia, un 5% de despecho, un 5% de demencia, un 5% de resentimiento, soberbia, crueldad, sadomasoquismo, bajeza, avaricia, gula, malicia, ad nauseam, para tolerar la 3D y estar lo más alejado posible de los instintos tiránicos y predadores, no caer en sus redes y ser devorados; amar y amar, perdonando y hasta olvidando lo que está de más; viviendo en el presente lo más posible, atento, alerta, feliz y sereno en lo posible, sabiendo que lo que está a nuestro alrededor es lo que nos corresponde, el sitio exacto y justo donde debemos estar en el momento; y vibrar intensamente para realizar el trabajo de amor, luz, paz y poder que hay que llevar a cabo, istmo y archipiélago. El golfo lo llevamos a cuestas y es en el golfo de tiburones donde anidan los egos piratas que hay que domar, poner en su sitio y ensillar, como hace el buen jinete con su querido caballo de buena casta sin que el pánico lo patee y deje tirado cual golfo.