martes, 7 de julio de 2009

El AUM u OM. El omniabarcante sonido primordial que lo es y magnifica todo.

Ludwig van Beethoven (1770-1827). Pintura de Joseph Karl Stieler (1781-1858). Genial compositor alemán, cuyo dominio de los sonidos le permitió llevarnos a esferas emotivas y espirituales que nos siguen estremeciendo. Escuchó al Grande OM, a pesar de la sordera, la soledad y la incomprensión.




Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Ludwig_van_Beethoven


Volar y hacer volar es innato en nosotros y nosotras. Nunca podrán doblegar este instinto. Somos medio águilas, medio monos, medio brujos, medio artistas y medio serafines. Prometeicos somos porque nos gusta ser libres y ver libres y felices a los demás. Nuestra doctrina revolotea alrededor de la permeabilidad, mirabile dictu, la permeabilidad magnética, que en 1963, a los 19 años, descubrí en la noosfera de París, la Ciudad Luz, y describí cual vate en Violeta Siete, mi librito amarillo impreso cerca de l’Odéon. En esta mi primera obra hallé al milagroso ohmio bajo la puerta de la apsarâ Isis y comencé a saber, entre otras cosas, cómo era que se fabricaban seres fantásticos y hacían prodigios. Cuando el Espíritu nos ilumina y nos pasa su intensa corriente eléctrica es obligatorio recordarlo.

El mundo de los Arquetipos y Modelos es el mundo que más me interesa y entusiasma. Siento predilección por todo aquello que lo engloba, cubre, resume, vivifica y anima de un todo, porque creo en los símbolos, signos, señas y códigos en clave, en las ideas numínicas, que por su intrínseca naturaleza –apenas esbozadas, brochadas y trazadas a veces- son capaces de transmitir sin abrir la boca, en silencio, telepática y movidamente, dirigiéndose directa y fenomenalmente desde el lóbulo derecho, la glándula pineal y el cuerpo pituitario, asientos del alma y las energías superiores en el cerebro. Entre los universales Arketipos Kósmikos Sobrenaturales o ÂKS está el musical, el de los sonidos, ecos y resonancias. La gran cultura universal que surgió del subcontinente hindustano-himalayo, que englobo en una sola pero que fue la confluencia y conjunción de muchas, desde la maya, indoeuropea y pamiriana hasta la china, mongol y lemuriana, supo que todos los sonidos son el resultado y la expresión de un Sonido Mayor y que este Sonido Mayor puede caracterizarse o definirse por medio de 3 ó 2 letras a lo sumo: AUM u OM. Ninguna otra cultura de las que conocemos pudo o ha podido llegar y concretar algo tan sublime, simple y fenomenal, y conservar este legado hasta el día de hoy. Y no sólo eso, sino que los hindúes y tibetanos han elaborado montañas de textos, cantos, oraciones que documentan extensamente sobre la existencia, importancia y razón de ser de esta sílaba sagrada y santa, poderosa, sanadora y vibrante. Tan vibrante y potente es que cuando se le somete a experimentos y exámenes a fondo la sílaba asombra por su penetración y amplitud acústica, sonora, espectroscópica. Creo que los hindustanos e himalayos lograron conservar una Alta Tradición porque sus sabios y ancianos fueron respetados y como ellos estudiaban los textos antiguos pudieron seguir practicando las enseñanzas ancestrales y añadiéndoles variantes, mejoras y correcciones si faltare. Probablemente el secreto respecto de los sonidos también estuvo reseñado en los pergaminos que quemaron las turbas fanáticas cristianas en Alejandría. La tradición oral y escrita egipcia no se perdió en un 100%, algo sobrevivió y se coló en otras bibliotecas y rincones del mundo, y lo mismo debió pasar con todos los pueblos megalíticos, en Europa, América, Asia, Oceanía y África que erigieron imponentes y colosales monumentos pétreos algunos de los cuales han sobrevivido hasta la fecha.

AAHZF. Amazing Astonishing High Zen Frecuencies/Sorprendentes Asombrosas Altas Frecuencias Zen. Levitar grandes bloques de piedra que pesan toneladas no es imposible, basta con envolverlos en una burbuja flotante, aerostática, ingrávida, y trasladarlos o teleconducirlos adonde y cuando se quiera. Es cuestión de aeroplanizarlos y dirigirlos a voluntad, dándoles órdenes precisas y puntuales, quitándoles peso, resistencia y gravedad, siguiendo una curva de vuelo trazada anteriormente. Uri Geller ha debido hacer cosas así en vidas pasadas, porque trasladar y doblar cucharas o megalitos es en verdad la misma cosa. Tampoco importa si los bloques que serán levitados son de granito, basalto, mármol, si son rocas ígneas, metamórficas o sedimentarias, o si se trata de construcciones terminadas, como casas, edificios, monumentos, templos, barrios enteros, ciudades, haciendas, personas, animales, árboles, puentes, etc. También estas cosas se pueden desmaterializar individual y/o grupalmente y luego volver a armarlas como estaban antes o mejorarlas en el camino. Igualmente, es factible levitarlas hasta otras dimensiones si es útil y positivo. No importa cuán grande o voluminoso es el objeto o los objetos que se aerotransportarán a volición, porque la materia es algo que desde un principio salió de la Nada, del Vacío, o del Todo, y no pesaba ni ocupaba espacio alguno. Era parte del Absoluto y, por lo tanto, es idea, mente, vibración y plasma. En esencia, la materia es dúctil, maleable, permeable, plástica, o blanda, suave, arenosa y granulada por dentro, y si se la manipula a conciencia, a control remoto, se amontona y encaja a las mil maravillas, como ha sido el caso en Perú y Egipto. Los gigantes sabían esto, sobre todo sus reyes y reinas, ya que vivieron en un tiempo cuando la Luna estaba más cerca de Gaia y el magnetismo era mucho mayor. Volveremos a esos tiempos, lo presiento y he escrito al respecto; por ejemplo, recurriendo a la gama de las más altas oscilaciones y frecuencias, el espectro radiofrecuente de los infrasonidos, ultravioletas e infrarrojos. El espectro electromagnético, a escala de las UHF, SHF, EHF, AAHZF (Amazing Astonishing High Zen Frecuencies o Sorprendentes Asombrosas Altas Frecuencias Zen, muy por encima de los 300 GHz), no se ha explorado en profundidad, queda mucho por descubrir, no sólo a nivel físico, cuántico, electrónico, electrodinámico, sino principalmente a nivel mental y metafísico, pues aquí, en la supermente, y en su asistente el ojo, es donde yace la clave mayor, la gema, el poder ulterior. Mirar es fundamental. El ojo clavado puede lanzar intensos rayos de luz cuya orden y penetración llegan muy lejos, cuales dardos electrizantes del reino de Antares. Esto es del dominio y juego de amperes, ohmios y magnetos. Pondré un ejemplo: sería suficiente con proyectar y colocar un nanochip fractal en un objeto contrachapado electroimantado que se quiera sea trasladado por los aires por medio de ondas sonoras en AAHZF para que el chip receptor fractal nos obedezca, se conecte con la memoria cósmica del campo unificado del planeta y el objeto se traslade de inmediato, sin hacer ruido y sin levantar polvo. Es muy importante que el nanochip fractal electroimantado, al ser alcanzado por la corriente eléctrica de nuestro rayo óptico-sonoro-mental, se active, reaccione positivamente y proceda obedientemente, y en tal caso estaríamos hablando de una permeabilidad magnética fantástica. En las próximas décadas, sin duda alguna, seremos testigos de prodigios, maravillas y milagros, y se probará que lo imposible es posible, que lo noético y lo noosférico es lo más normal del mundo: cada vez nos acercamos más a la radiofrecuencia del Sonido Primordial. Pero como hay tanto escepticismo, tanto materialismo, tan poca religiosidad a nuestro alrededor, tanto tiempo perdido viendo estupideces y oyendo zoquetadas en la televisión, el cine y la radio, el grueso de la gente vive bastante animalizada y dejándose tiranizar, acorralar y esclavizar por gobernantes y líderes sobradamente profanos y malévolos. Paciencia, pues, a aguardar mejores momentos que ya vendrán. ¡Oren por esto! ¡Y se sepa que, como la casualidad no existe, con ohmios juntos y revueltos con termonucleares huevos llaneros, pericos y pochés llegamos hasta el AUM-OM del Principio Omega!
Símbolo del ohmio. La unidad de resistencia eléctrica en el Sistema Internacional de Unidades. Simbolizado por la letra griega omega, la vigésima cuarta y última letra de su alfabeto. Nombrado así en honor del físico alemán Georg Simon Ohm (1789-1854), autor de la Ley de Ohm.

A los 19 años comencé a estudiar en serio esto de los sonidos, las claves, las escalas y las armonías. Hubiera podido hacerlo más temprano, a los 7 años, por ejemplo, cuando conducido por mi mamá comencé a tomar clases de piano; pero por motivos ajenos a mí, crecí en medio de una sociedad completamente occidentalizada que poco sabía y estudiaba o le interesaba las culturas orientales y bárbaras. En la Caracas de 1950 eramos sólo europeos y comenzando a ser muy yanquis. Pero con el correr de los años mi pasado kármico me fue alcanzando y a los 16 años aproximadamente comencé a leer, estudiar y disfrutar la sabiduría de Oriente. El libro que me abrió a Asia fue El Tercer Ojo de Lobsang Rampa del cual oí en 1959; también me abrieron los ojos Emerson, Thoreau, Shelley, Keats, Hawthorne, que leí en el colegio; pero fue, a partir de 1961, al estudiar a Râmakrishna, Vivekanânda, Gotama Buddha, Romain Rolland, Henry Miller y los ocultistas europeos que mi curiosidad e interés se acrecentaron muchísimo y me volví cosmopolita y paranormal. Hoy me considero una simbiosis, oriental por dentro y occidental por fuera. Por eso soy un bicho raro en mi país. Amor y paciencia, pues.

Haber descubierto y explorado porqué todos los sonidos del Universo proceden de un sonido único y codificarlo me parece un hito, una proeza, un tour-de-forçe, que debería dejar atónito y mesmerizado a cualquiera, porque ¿cómo es eso de un Sonido Primordial? ¿Será éste el Verbo, la Palabra, a la que se refiere el Apocalipsis de San Juan Evangelista? ¿Pudo haber antes, bastante antes, seguramente en tiempos antediluvianos, varias culturas que supieron del Sonido Primordial, con el que los Universos se crearon y formaron, la Pronunciación Sagrada y Ejecutiva que puso en movimiento las esferas, los astros, los planetas, las cosas, los seres humanos y tenía la facultad de curar dolencias, ampliar conciencias, remediar vidas? Esto no se puede entender a cabalidad hasta que no se estudia el AUM u OM desde todos los ángulos y puntos de vista y se examina espiritual, intelectual y científicamente el asunto, se pasa luego a la vocalización, la recitación y el mantra, la salmodia y la letanía, y se le encuentra un parecido, una equivalencia, un acompañamiento instrumental, que me imagino ha debido ser el tambor o el pito, la flauta, la caracola marina, el cuerno. Sin duda alguna tenía que ser un instrumento cuyos sonidos retumbaran y se oyeran a lo lejos igual a los sonidos de garganta profunda producidos por un sacerdote o shamán. Qué raro, viéndolo ahora retrospectivamente, que mi iniciación en el Oriente haya venido por el lado del Tíbet ya que es precisamente de los montes himalayos de donde ha venido la gran carga ancestral y cultural que nos ha hecho conocer el AUM y el OM. Ahora que la espina dorsal electromagnéticamente hablando está pasando a los Andes, las Montañas Rocosas, el Macizo de Guayana, los sonidos del Grande OM irrumpirán con nueva fuerza, nos alertarán acerca del Sonido Primordial y gradualmente invadirán los espíritus, los corazones y las construcciones de los terrícolas. Un apaluso para los buenos músicos, compositores, instrumentistas, bailarines, ejecutantes y amantes de la buena música quienes se han ganado con creces un puesto importante y clave en la difusión de la paz, la concordia, la felicidad, la alegría y la regeneración, engrandeciendo nuestro patrimonio cultural. Beethoven y Shankar, unidos fraternalmente a través de las notas musicales y un mensaje trascendental Así que, en resumidas cuentas, la música, el gramófono y la radio, al igual que el sonido del piano, fueron los primeros medios que en mi infancia me iniciaron en el campo magnético del AUM u OM que hoy sigue hechizándome y cargándome las pilas, además de que me inspira y me proporciona las claves para poder entender mejor el cosmos. Gracias a ti, mamá, que me leíste el pensamiento y el corazón (tenías el Ascendente en Aquarius) y gracias a ti, papá, que estabas allí proveyendo y protegiendo (tenías un Saturno muy fuerte y la Luna en Capricornio).

Caracas, 6-7-8 de julio del 2009

Raví Shankar (1920-¿?). Genial, virtuoso, maestro músico y compositor hindú, señor del sitar, tiene años dando a conocer la música clásica de la India a niveles no superados. Ha viajado por el mundo entero dando recitales, satsangs y enseñando a las nuevas generaciones tanto en Occidente como en Oriente. Escuchó al Grande OM, se disciplinó y se ha mantenido fuerte, inspirado y lúcido. Fuente: speakingoffaith.publicradio.org