jueves, 24 de junio de 2010

El Antropoceno (the Anthropocene Epoch) reemplaza al Holoceno: la actual época geológica del Período Cuaternario. Eso pienso yo.



La raza humana ‘se extinguirá en los próximos 100 años’, advierte importante científico.

Human race 'will be extinct within 100 years', claims leading scientist.


“Professor Frank Fenner has warned that the human race cannot survive. As the scientist who helped eradicate smallpox he certainly knows a thing or two about extinction.


And now Professor Frank Fenner, emeritus professor of microbiology at the Australian National University, has predicted that the human race will be extinct within the next 100 years. He has claimed that the human race will be unable to survive a population explosion and 'unbridled consumption.’


Fenner told The Australian newspaper that 'homo sapiens will become extinct, perhaps within 100 years.' 'A lot of other animals will, too,' he added. 'It's an irreversible situation. I think it's too late. I try not to express that because people are trying to do something, but they keep putting it off.' Since humans entered an unofficial scientific period known as the Anthropocene - the time since industrialisation - we have had an effect on the planet that rivals any ice age or comet impact, he said.


Fenner, 95, has won awards for his work in helping eradicate the variola virus that causes smallpox and has written or co-written 22 books. He announced the eradication of the disease to the World Health Assembly in 1980 and it is still regarded as one of the World Health Organisation's greatest achievements. He was also heavily involved in helping to control Australia's myxomatosis problem in rabbits. Last year official UN figures estimated that the world’s population is currently 6.8 billion. It is predicted to exceed seven billion by the end of 2011.


Fenner blames the onset of climate change for the human race’s imminent demise. He said: 'We'll undergo the same fate as the people on Easter Island. 'Climate change is just at the very beginning. But we're seeing remarkable changes in the weather already.'


'The Aborigines showed that without science and the production of carbon dioxide and global warming, they could survive for 40,000 or 50,000 years. ‘But the world can't. The human species is likely to go the same way as many of the species that we've seen disappear.' The Earth's population is due to hit 7bn by next year.


Retired professor Stephen Boyden, a colleague of Professor Fenner, said that while there was deep pessimism among some ecologists, others had a more optimistic view. 'Frank may well be right, but some of us still harbour the hope that there will come about an awareness of the situation and, as a result, the revolutionary changes necessary to achieve ecological sustainability.'


Simon Ross, the vice-chairman of the Optimum Population Trust, said: 'Mankind is facing real challenges including climate change, loss of bio-diversity and unprecedented growth in population.'


Professor Fenner's chilling prediction echoes recent comments by Prince Charles who last week warned of ‘monumental problems’ if the world’s population continues to grow at such a rapid pace. And it comes after Professor Nicholas Boyle of Cambridge University said that a 'Doomsday' moment will take place in 2014 - and will determine whether the 21st century is full of violence and poverty or will be peaceful and prosperous. In the last 500 years there has been a cataclysmic 'Great Event' of international significance at the start of each century, he claimed.


In 2006, another esteemed academic, Professor James Lovelock, warned that the world's population may sink as low as 500 million over the next century due to global warming. He claimed that any attempts to tackle climate change will not be able to solve the problem, merely buy us time.”


Fecha de la noticia: 19-6-2010. Publicación de la noticia: www.dailymail.co.uk/sciencetech/article-1287643/Human-race-extinct-100-years-population-explosion.html


Cuando sobrevino el Último Diluvio Universal comenzó una nueva Era Geológica. Este cataclismo o hecatombe, que se tragó a la gran isla de la Atlántida -Aha Men Ptah o Amenti- y destruyó por una reacción en cadena a una gran porción de sus colonias en América, Europa, Oriente Próximo, Asia, África y el Océano Atlántico (de las cuales apenas quedan las actuales islas Canarias, Açores, Madeira y las Antillas), se considera en los círculos académicos que dio lugar al Holoceno (del griego holos, todo, y kainos, reciente: la era totalmente reciente). Pero yo no estoy de acuerdo. Para mí el Holoceno no es otro que el Antropoceno. Este término científico apenas lo vine a conocer el lunes 21 de junio, en pleno Solsticio de Verano Boreal. Me parece altamente significativo que la aparición de esta nueva palabra que ahora es parte de mi vocabulario haya sincronizado con una de las 4 fechas sagradas y angulares de nuestro calendario solar de 365 días. El Antropoceno es más que otra Era Geológica: verá el brillo de Tawa, el fin del Kalî Yuga, la instauración de la Nueva Era del Aguador y del León Verde, el advenimiento en todos los sentidos de una nueva Tierra que se elevará jerárquicamente a escala cósmica y sintonizará esferas muy evolucionadas en el Cielo. Pero así como el Antropoceno arrancó por medio de un cataclismo universal y posteriormente resurgió una nueva ciencia y tecnología artística creada por el humano que modificó paulatinamente la sociedad tras el desajuste y descalabro geofísico universal, ligaba e interconectaba culturas y pueblos, refinaba, globalizaba y humanizaba al planeta contra viento y marea, tratando de superar antiguos prejuicios, tabúes y convencionalismos éticos, morales, espirituales, así también de cruento será el escenario de un explosivo crecimiento demográfico y desequilibrio ambiental e industrial que ya llegó a un punto límite y sobre lo cual he escrito bastante. El mismo es sumamente preocupante pues pareciera que de nuevo la urobórica fuerza de Némesis está agarrando desprevenida a la Humanidad y la puede tirar al barranco y al caos general. Así que repito lo señalado en varias oportunidades: la década del 2011-2020 será crucial para el destino final de toda la especie terrícola humana y no humana. Quien lo ponga en duda no sabe dónde está parado o parada.


Tengo varias décadas escribiendo sobre los momentos actuales y alertando desde mi esquina a que se produzca una mayor conscientización y elevación por parte de los humanos en la Tierra. Mis alertas comenzaron a los 19 años, en 1962, y no he parado desde entonces sobreponiéndome a la apatía, la desidia, la indiferencia, la incomprensión, la humillación, la magia negra, la soledad, el desconsuelo, la debilidad, la depresión y el abatimiento. En verdad que me parece que al igual que Juan el Bautista, me la paso hablando y hablando en el desierto a oídos sordos en todos los idiomas posibles. Casi nadie me para bola y eso es más patente todavía en Venezuela donde no le prestan atención a casi nada que valga la pena, especialmente a nivel oficial, gubernamental, político, académico y establecido. Es como si hubiera una maléfica conspiración oculta para acallar cualquier argumento o señal que despierte y alerte. ¡ALERTA, ALERTA, EL PLANETA PELIGRA! ¡ALERTA, ALERTA, TU VIDA CUENTA!


He subdividido el Antropoceno en tres categorías: Antropoceno Primario, Antropoceno Secundario y Antropoceno Terciario. El Antropoceno Primario comenzó cuando el gran imperio atlante sucumbió ante los gandes cambios geofísicos que terminaron hundiendo la isla Atlantis de Poseidón en medio del océano Atlántico, los cuales, según Albert Slosman, tuvieron lugar 9.792 años antes de Cristo, una fecha cercana a la que dio Edgar Cayce. Sin embargo, el fin del imperio atlante tomó varios miles de años. Según Slosman, la Atlántida fue duramente sacudida en dos ocasiones por giros abruptos polares, terremotos, erupciones volcánicas, inundaciones y cambios climáticos y geográficos, uno en 29.808 antes de Cristo, cuando hubo una reversión polar, y otro, en 21.312 antes de Cristo, cuando hubo un giro de 72 grados. Cuando le llegó el turno a la tercera conmoción desapareció la gran civilización mas ya antes grupos de iniciados ‘blancos’ habían escapado hacia Yucatán, Venezuela, Iberia y Marruecos, y de aquí a Egipto, que en el idioma antiguo se llamaba Ath Ka Ptah, el “Segundo Corazón-Vida del Primogénito de Ptah”, siendo su antiguo hogar atlante, Aha Men Ptah, el “Primer Corazón-Vida del Primogénito de Ptah”. Asimismo India fue otro receptáculo de la otrora gran civilización atlántica.


Para mí el Antropoceno Primario arrancó con la caída de la Atlántida y los que se salvaron de la gran inundación portaban la flama ardiente de la Alta Tradición Solilunar y Estelar. Acabará, dando paso al Antropoceno Secundario, cuando finalice nuestra actual civilización ‘norteamericanizada y arianizada mayormente’ que en 12.000 años aproximadamente logró partir casi de cero y poner un pie en la Luna y en Marte (aunque esto último no se ha querido hacer público por razones egoístas). El Antropoceno Secundario le va a cambiar el destino a la Humanidad pero para que esto se dé habrá primero una gran purga, lavado, limpieza del género humano y las demás especies de vida animada como inanimada. El proceso de regeneración será total y nadie estará inmune a los cambios y las mutaciones. Y, de nuevo, como en otras situaciones similares, será una élite, una minoría, un grupo reducido, que yo he calculado aproximadamente en un 10% máximo de la población mundial, logrará salvarse, refugiarse y evacuarse e incluso teletransportarse a otra dimensión. O sea, grosso modo, podrán ser salvadas 700 millones de personas en todo el mundo en buenas o regulares condiciones de salud, aunque en 2004 era más pesimista: pensaba que serían bastante menos los afortunados y las afortunadas que podrían resguardarse. Esta cifra es más o menos la misma que están manejando algunos científicos, ecologistas, místicos y canales psicotrónicos. Como yo he vivido hasta ahora en medio de visiones apocalípticas, extraídas del baúl de la Memoria-K, que me han acompañado desde 1962, desde Harvard y Prangins, puedo certificar que ya es hora de que le prestemos más atención a las señales que el Cielo nos está mandando etéricamente. Por eso, tomo muy en serio las eruditas investigaciones de un Albert Slosman, René A. Schwaller de Lubicz o Patrick Geryl, pues sé cuán sinceras, serias, honestas y profundas son sus exámenes y estudios del período pre-egipcio o semiatlante y la dinastía de monarcas semidivinos en tierras afrikanas y sus creaciones tan sofisticadas como notables que sin duda llevaron en su seno el genio del germen atlante, incluso en tiempos de la dinastía ptolemaica en Alejandría, hasta que ocurrió el desguace e incendio del Serapeo en 391 d. de C. y una turba enfurecida martirizó a la ilustre iniciada neoplatónica Hipatia de Alejandría (355 ó 370-415 ó 416 d. de C.), contemporánea del insigne iniciado cristiano San Agustín de Hipona (354-430 d. de C.). Lo cual me incita a creer que desde tiempos ancestrales la búsqueda de la unicidad, unificación, fusión, el cruce de razas, culturas y realizaciones –regal fecund achievements- han sido una constante de Phidias a lo largo de siglos, milenios y eones y que grandes hombres, mujeres, líderes, jefes y rishis han sido eclécticos misioneros solares que han propugnado no sólo la unión entre las razas sino la conciliación, el perdón, la liquidación, la salvación y la remisión de los pecados que Jesús Pitágoras predicó y enseñó. Por eso, Alejandro Magno no fundó por capricho una red de Alejandrías. De todas la que se destacó más fue la Alejandría mediterránea que se convirtió en una biomolécula y crisol persa de culturas, tradiciones y ejemplos de arte sacro, místico-religioso. Alejandro Magno respondía a un instinto universalista enraizado no sólo en él sino en líneas generales en el complejo ADN-ARN humano, muy propio del Antropoceno: dejar una célula madre, una semilla de la vida, una huella humana y akuariana, y humanizar el planeta lo más posible salvando nuestro patrimonio del acecho de los elementos, especialmente de las aguas y cenizas volcánicas. Algo así desearon los científicos, los artistas y creativos de ayer, y quieren hacer los de hoy, insertados en el gran cono del espíritu cosmopolar norteamericano, que sigue, quizás sin saberlo sus hijos e hijas, la misma onda, frecuencia, ritmo, melodía que impulsó a los atlantes y muanos, adoradores de Dios en las Alturas y del Sol Invicto, una creación divina predilecta, sin la cual nadie en cualquier sistema solar alguno puede vivir y legar con dulce amor a sus descendientes el ser, aliento, corazón, presencia y refulgencia de su flor de vida, cumpliendo así con el mandato divino: «reproducíos, uníos, comunicaos, compartid, fomentad la apoteosis, la eucaristía, el ecumenismo, la bonanza, el esplendor, la sinarquía».


Cerámica predinástica en la cual, según Slosman, puede estar representándose también el Gran Cataclismo. Fuente: www.bibliotecapleyades.net. Extraído de la sección sobre La Atlántida: Albert Slosman y Los Remotos Orígenes de Egipto. Investigación de María Régulo Rodríguez.


Un bochorno como no se habrá visto en miles de años. Los que escapen al próximo cataclismo universal en ciernes –donde también se terminarán de entregar las herramientas, los utensilios, los elementos, las claves, pases y santiseñas, los guantes de seda o de algodón, los tocados sacerdotales, los conocimientos teóricos y prácticos para pasar de la rancia tercera dimensión a la cuarta y la quinta dimensiones por lo menos- entrarán de lleno, definitivamente, al Antropoceno Secundario que durará muchísimo más que la fase anterior y tanto salvados como salvadas saldrán reencauchados, renovados, rebobinados, reciclados espiritual, astral y físicamente por el tremendo bochorno. Cuando suceda el desastre planetario se podrá decir que ya estaremos por entrar a la Era de Aquarius-Leo y de ahí el gran bochorno. Luego, de aquí a muchos miles más de años, que seguramente se contarán de una manera distinta a como se hace hoy pues preveo una revolución menor de la Tierra alrededor del Sol, entraremos al Antropoceno Terciario que nos conducirá a la Gran Pralaya o Gran Siesta del Universo #10. Para entonces, la Tierra le parecerá indescriptible, inenarrable, increíble a un habitante de hoy, no acostumbrado a presenciar tanta genialidad, maravilla, prodigio y fenómeno, de ser teletransportado en un santiamén a una fecha así, tan remota como gloriosa e inaudita, especialmente si la comparamos con el Gran Despendimiento y Fragmentación de Materia Meteórica que calculan nuestros astrocientíficos sucedió alrededor de 65 millones de años atrás, durante el Paleoceno del Período Terciario y causó el fin de la mayoría mas no de todos los Grandes Saurios así como muchos desastres ecológicos.

Hace tiempo calculé, mientras trabajaba en el manuscrito de Kadonai: El Niño de Arriba, a partir de 1986, que un grupo de avanzada de scouts exploradores del espacio exterior llegó a la Tierra con la misión de preparar una importante eventualidad: que se pudieran idear, conformar, producir y moldear acá humanos inteligentes imbuidos con todos los atributos divinos -¡ojo!- como, por ejemplo, el de la Llameante Chispa Macrocósmica, de que dispone el Eterno Ser Superior de las Galaxias Unidas, Interconectadas, Intergalácticas e Interdimensionales. Para ese fin vino primero un grupo de Seres de Gas provenientes de la Osa Mayor, Can Mayor y Orión, y luego otras misiones de distintos sectores que lograron establecer focos de luz en varios lugares de la Tierra (Sudamérika, Sudáfrika, India, Sri Lanka-Madagascar, Sudasia, Papúa-Nueva Guinea, Australia, los Himalayas, Alpes, Urales, Andes). Estas venidas ocurrieron en la última parte del Eoceno y durante todo el Oligoceno, entre los Períodos Paleógeno y Neógeno. Sin pecar de exagerado creo ver que nuestra alma, dividida en dos, se formó parcial y celestemente en esta última Época porque dato la llegada de la valiente vanguardia extraterrestre entre 37-26 millones de años atrás. Somos entonces oligocénicos, con ápices de eocénicos y miocénicos, en lo que a la parte celestial de nuestra alma se refiere, ya que fue en esas Épocas que llegó a la Tierra el alma sideral o intersideral. Después, entre la primera y segunda fase del Mioceno, más o menos en el tiempo que señala Madame Helena Petrovna Blavatsky en La Doctrina Secreta (18 millones de años), aparecieron los primeros humanoides semi-invisibles o semi-materiales que fueron los primeros prototipos acuo-terrestres en convertirse en la célula madre, la matriz urobórica, la arcilla telúrica con la que se pudo conformar finalmente el humano Phian 1 Sol, así bautizado por mí, quien, a mi juicio, se mezcló con la saliva de alguna rama antropoide de hembras salerosas que evolucionó y se tornó a la larga en un homínido híbrido tras sucesivos experimentos en laboratorio. Estimo que el proceso de cultivo y sedimentación espiritual y mental, refinación y ajustes biogenéticos debió sincronizar con la lluvia meteórica que trajo a la Tierra las piedras vidriosas verdes y rojas, opacas o translúcidas y brillantes, conocida como rangaroks, en el idioma Solex Mal, o moldavitas, a las que se les daba en el Antiguo Egipto el apodo de ‘piedras de Râ’, ‘sangres de Râ’ o ‘chispas de Râ’, y en India, el de ‘perlas de fuego’ (quizás por todas estos vínculos antes de saber de la moldavita en 2009 ya había relacionado la gestación e irrupción en nuestra Historia Médica de Phian 1 Sol con los fuidos ígneos y universales del solar dios Rê/Râ pues tengo mucho tiempo pensando que venimos de cometas, meteoros, meteoritos, aerolitos, bólidos, estrellas fugaces, etc, y por algo será que se ha ligado a Lucifer con el rangarok). Calculo o cosidero que la piedra rangarok o moldavita comenzó a enterrarse en el planeta alrededor de 21 millones de años atrás (esta cifra es cercana a la dada en la página web de "Moldaven-Gemas del Cielo", que sitúa que la lluvia meteórica que cayó en Guayana ocurrió hace 20 millones de años pero ignoro de dónde sacan esa estimación). Entre las Épocas del Mioceno y el Plioceno, en tiempos de la Cúpula Azul, en California (¿Havasupai?), entre Arizona, New Mexico y Colorado (¿Mesa Verde?), se hicieron experimentos genéticos e incluso algunos como el de corporizar o incorporar elementos de la Naturaleza y de otras especies vivas fuera del planeta para engendrar un humano clásico imbuido de una maravillosa y superdotada quintaesencia y predisposición con el poder de encantar como los nenúfares, mimetizarse como los camaleones y regenerarse como las salamandras. Platón sabría que me estoy refiriendo a la espiral media de oro y a la constante de Phidias. Así que, en dos platos, tenemos de ángel pero también de bestia y eso lo estudió bien Aristóteles quien se lo hizo saber a Alejandro Magno. Este problema se ha prestado a dualidades y contradicciones que debemos resolver y fusionar al mejor estilo quironiano, es decir, a la usanza del maestro y profesor Quirón: con el visto bueno, levantando simultáneamente los dedos pulgar e índice.


Eras Geológicas. Crédito: monografias..com.

Flor de la Vida.

Crédito: sinmiedoalcambio.files.wordpress.com.










Ahora bien, ahora es hora de que hagamos equipo y sembremos las bases de la nueva etapa cíclica y lunar de nuestra cultura y androginia: llegó el tiempo de la semilla de oro que dará lugar a la flor de la vida de 19 círculos entrelazados, el genial Haoma, al que yo canté en mi briosa juventud. Para eso es imprescindible modificar en buena parte nuestras creencias, postulados, costumbres, actitudes, metas y móviles, y nos adaptemos a los nuevos parámetros universales que van a ser muy exigentes porque habrá que subir la referencia individual y colectiva tomando como principio insustituible que cada quien es un sol por dentro que debe resonar con los luceros en el Firmamento. Saber que existe un Determinismo Constante, Metamórfico y Sucesivo. Dejar atrás la zorra e insidiosa bestia monstruosa o el reptil de mala muerte que anida y se escurre cual pantera negra o anaconda verde oscura en nuestro ser víctima de la corrupción y la atomización mientras podamos comportarnos más o menos racional, inteligente y creativamente y seamos capaces de autocontrolarnos y depurarnos. Imaginemos el Om de una vez por todas. No tenemos mucho tiempo por adelante, el reloj cronográfico marca Rolex del Gran Cambio Delta-Lambda-Phi no se para, tiquea, o más bien campanea y hace tanto ruido que los delfines y las ballenas siguen sus frecuencias así como las golondrinas. De veras que siento compasión por nuestros gobernantes, jefes de estado, altos funcionarios, ministros, ministras, alcaldes, policías, militares y representantes del pueblo, porque no debe ser nada fácil sostener el fardo que deben llevar obligatoriamente a cuestas. ¡Tanta responsabilidad e irresponsabilidad a la vez, tanto desconcierto y falta de armonía, sensatez y paz! ¡Tanta ambición y tanta vanidad! Quienes me leen y registran adecuadamente saben que coincido con el profesor Frank Fenner aquí nombrado (¿no será él otro sabio atlante reencarnado viviendo en Australia, la patria de los guías Wandjina y la gran roca colorada Uluru? ¿otro científico captado por el Maestro Astar Sherán y demás comandantes extraterrícolas para advertir a los humanos de una inminente catástrofe que puede acabar con buena parte de su hermoso y rico hábitat?), que ya saqué atenta y concienzudamente mis cuentas y conclusiones que he visto confirmadas en repetidas ocasiones en viejos textos y extractos de culturas desaparecidas. Tengo años preocupándome por el futuro del planeta y sobre todo por esta Humanidad que luce tan despreocupada, frívola y escéptica, tan infantil y violenta, tan perdida y manipulada, tan ilógica como masoquista. Pero sé que daremos la talla si nos lo proponemos. Ojalá podamos adelantar con todos los hierros bajo la inspirada batuta de Edvard Grieg, Franz Schubert y Sergei Prokofiev que desde sus lechos de muerte nos indican las partituras que deberemos tocar con gran precisón y suma sensibilidad. Que los Poderes Cósmicos nos ayuden y se apiaden de nuestro penoso subdesarrollo moral, deficiencia neural y debilidad neurotransmisora y hormonal, atraso filosófico-espiritual, falta de fe, coordinación y agilidad, interminables conflictos y necias rencillas internas, gengivitis, demencial carrera armamentista, actos vandálicos, de terror y agresión sin explicación ni razón, explosivo alarmante aumento de población, reducción de suministros y fuentes de recursos renovables y no renovables, confusión de lenguas y credos, y nos den la mano cuando la marea suba y nos cubra el cuello en medio del inusitado bochorno que nos va a recalentar y enfriar simultáneamente sin que podamos entender bien el porqué de tanto frenesí y furia. ¿Por qué no oyen estos humanos tan arrogantes e ilusos a la vez? ¿Por qué no te ven, Dios de mi corazón? ¡Que brillen cien mil cohetes, cien mil tulipanes, cien mil estuarios, cien mil rosarios, cien mil tortas de casabe, cien mil jarabes de arce, cien mil uvas, cien mil auyamas! Hari Om Tat Sat Gurudeva.


Sergéi Prokófiev (1891-1953). Compositor de música clásica ruso.

Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Sergéi_Prokófiev

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