viernes, 29 de octubre de 2010

Si la Tierra para de rotar y la frecuencia de resonancia alcanza los 13 ciclos del Punto Cero Magnético nos acordaremos de la Anomalía Sudatlántica 2

Resonancia Schumann es un conjunto de picos en la banda de frecuencia extra baja (Extremely Low Frequency) del espectro radioeléctrico de la Tierra.


“Esto es porque el espacio entre la superficie terrestre y la ionosfera actúa como una guía de onda. Las dimensiones limitadas terrestres provocan que esta guía de onda actúe como cavidad resonante para las ondas electromagnéticas en la banda ELF. La cavidad es excitada en forma natural por los relámpagos, y también, dado que su séptimo sobretono se ubica aproximadamente en 60 Hz, influyen las redes de transmisión eléctrica de los territorios en que se emplea corriente alterna de esa frecuencia.


“La frecuencia más baja, y al mismo tiempo la intensidad más alta, de la resonancia de Schumann se sitúa en aproximadamente 7,83 Hz. Los sobretonos detectables se extienden hasta el rango de kilohercios.


“Este fenómeno se llama así en honor de Winfried Otto Schumann, que predijo matemáticamente su existencia en 1952, a pesar de ser observada por primera vez por Nikola Tesla y formar la base de su esquema para transmisión de energía y comunicaciones inalámbricas. La primera representación espectral de este fenómeno fue preparada por Balser y Wagner en 1960.”


Crédito: http://es.wikipedia.org/wiki/Resonancia_Schumann#cite_note-nasa1-0


La fuerza del campo magnético terrestre ha disminuido un 10% en los últimos 160 años


De seguir debilitándose, una nueva inversión de los polos podría producirse dentro de 1.500 años (pero yo pienso que mucho antes de seguir el actual desbarajuste geofísico y climático).


Dice Eduardo Martínez. “La fuerza del campo magnético terrestre ha disminuido un 10 % en los últimos 160 años, mucho más rápido de lo que podría esperarse por evolución espontánea, debido en gran medida a su debilitamiento en una región del Atlántico Sur conocida como ‘anomalía sudatlántica’. Este debilitamiento del campo magnético aumenta la vulnerabilidad del planeta a las radiaciones cósmicas y anuncia su posible desaparición dentro de 1.500 años, asi como una nueva inversión de los polos tal como ocurrió hace 780.000 años.


“Por miles de años la Tierra ha tenido esta frecuencia de pulsaciones y la vida se ha desarrollado en un relativo equilibrio ecológico. Sucede, sin embargo, que a partir de los años 80, y de forma más acentuada a partir de los años 90, la frecuencia se elevó de 7,83 a 11 y a 12 hertz o Hz.”

Crédito:

http://www.tendencias21.net/La-fuerza-del-campo-magnetico-terrestre-ha-disminuido-un-10-en-los-ultimos-160-anos_a253.html


La anomalía Van Allen del Atlántico Sur


“En el Atlántico Sur hay una anomalía. Esta es una región en donde los cinturones de radiación de Van Allen -normalmente ubicados entre los 1000 y 5000 kilómetros de altura- se encuentran a menos de 500 km. de la Tierra. Algunos creen que esto se debe al hecho de que el centro del campo magnético de la Tierra está desviado de su centro geográfico. Otros creen que se debe a un efecto secundario de una reversión geomagnética. Lo cierto es que los satélites artificiales o astronautas que la atraviesan corren el riesgo de ser dañados por las fuertes radiaciones que allí se encuentran.


“En general, los satélites de orbita baja (LEO, por Low Earth Orbit) se colocan a una altura tal, que el roce con la parte superior de la atmósfera sea el menor posible pero sin alcanzar los 1000 km de forma que no penetren en el cinturón inferior. Los satélites geoestacionarios, con órbitas altas/medias (MEO, por Medium Earth Orbit), como los geoestacionarios, se sitúan alrededor de 35.000 km de la superficie terrestre, por encima del segundo anillo. Sin embargo, hay muchos satélites artificiales -o incluso la Estación Espacial Internacional misma- que deben ser ‘blindados’ especialmente. Esto se debe a que sus órbitas atraviesan una región del Atlántico Sur en la que se produce un efecto conocido como Anomalía del Atlántico Sur (SAA, por South Atlantic Anomaly), en la que los cinturones se encuentran a una altura muy baja. En esa región, los cinturones de Van Allen se encuentran a sólo unos 500 kilómetros de la superficie terrestre, culpa de una depresión en la intensidad de su campo magnético. Esta diferencia en la intensidad de campo se debe a que el polo norte del gigantesco imán que conforma nuestro planeta se encuentra desviado unos 450 km. del polo norte geográfico. Como resultado de ello, los cinturones de partículas no están perfectamente alineados y en la mencionada región se produce una depresión que resulta muy peligrosa para nuestra frágil tecnología.”


Crédito: http://www.aquinohayquienviva.es/ciencia/la-anomalia-van-allen-del-atlantico


“Estos cinturones son áreas en forma de anillo de superficie toroidal en las que gran cantidad de protones y electrones se están moviendo en espiral entre los polos magnéticos del planeta, y se estructura en dos cinturones: uno interior y otro exterior. El cinturón interior está a unos 1.000 km por encima de la superficie de la Tierra y se extiende por encima de los 5.000 km (los satélites de orbita baja (LEO) interesan que estén a una altitud considerable para evitar que la resistencia residual atmosférica reduzca el tiempo de vida de éste, pero a la vez deben estar por debajo de los 1000 km para no entrar en cinturones de radiación, muy perjudiciales para dichos satélites); por su parte, el cinturón exterior se extiende desde aproximadamente 15.000 km. hasta los 20.000 km. Este cinturón exterior en concreto no afecta a satélites de orbitas altas/medias (MEO), como pueden ser los Geoestacionarios (GEO) situados en torno a 35.000 km. de altitud.

“Una región del cinturón interior, conocida como Anomalía del Atlántico Sur (SAA) se extiende a órbitas bajas y es peligroso.

“Estos cinturones de radiación se originan debido al intenso campo magnético de la tierra, originado por la rotación de ésta, que atrapa las partículas cargadas (plasma) proveniente del sol (viento solar) de acuerdo a las leyes de la magnetohidrodinámica.”


Crédito:

http://davidhuerta.typepad.com/blog/2010/08/cinturones-de-van-allen-radiatio


“En general, los satélites de órbita baja (LEO, por Low Earth Orbit) se colocan a una altura tal que el roce con la parte superior de la atmósfera sea el menor posible pero sin alcanzar los 1000 km de forma que no penetren en el cinturón inferior. Los satélites geoestacionarios, con órbitas altas/medias (MEO, por Medium Earth Orbit), como los geoestacionarios, se sitúan alrededor de 35.000 km de la superficie terrestre, por encima del segundo anillo. Sin embargo, hay muchos satélites artificiales -o incluso la Estación Espacial Internacional misma- que deben ser ‘blindados’ especialmente. Esto se debe a que sus órbitas atraviesan una región del Atlántico Sur en la que se produce un efecto conocido como Anomalía del Atlántico Sur (SAA, por South Atlantic Anomaly), en la que los cinturones se encuentran a una muy baja altura. En esa región, los cinturones de Van Allen se encuentran a sólo unos 500 kilómetros de la superficie terrestre, culpa de una depresión en la intensidad de su campo magnético. Esta diferencia en la intensidad de campo se debe a que el polo norte del gigantesco imán que conforma nuestro planeta se encuentra desviado unos 450 km. del polo norte geográfico. Como resultado de ello, los cinturones de partículas no están perfectamente alineados y en la mencionada región se produce una depresión que resulta muy peligrosa para nuestra frágil tecnología.

“Cualquier satélite o nave espacial tripulada que describa una trayectoria con una inclinación orbital de entre 35° y 60° atravesará la anomalía periódicamente, exponiéndose durante varios minutos a una fuerte radiación. La Estación Espacial Internacional, por ejemplo, posee una órbita con una inclinación de 51,6°, y durante su construcción se la dotó de un blindaje extra para que sus tripulantes y ordenadores previesen sobrevivir a la anomalía. Otro afectado por este fenómeno es el Telescopio Espacial Hubble, que no efectúa observaciones al pasar por esta región. La posición de esta anomalía no es fija, sino que deriva lentamente debido a la rotación diferencial entre el núcleo terrestre y su superficie, desplazándose entre 0,3 y 0,5 grados por año. Ubicada actualmente por encima de Brasil, Argentina y el Atlántico Sur, la zona de peligro se va moviendo lentamente hacia el Océano Índico Sur. Esto significa que en un período de entre 700 y 1000 años la anomalía debería completar un giro completo alrededor de nuestro planeta. Pero dado que sólo ha sido detectada hace unas pocas décadas, los científicos no están completamente seguros la forma en que evoluciona este fenómeno. De hecho, la intensidad del campo magnético terrestre en general se está debilitando a gran velocidad. Mediciones efectuadas con una diferencia temporal de 20 años entre una y otra muestran que -de seguir a este ritmo- el campo podría desaparecer por completo en unos 1000 años, lo que sugiere que nos encontramos en los preliminares de un cambio de sentido en los polos magnéticos, algo que ha sucedido varias veces en la historia de la Tierra. Si esto es cierto, lo que hoy vemos como una anomalía sería lo normal para toda la superficie de la Tierra, ya que sin campo magnético no habría cinturón de partículas que nos proteja. Mientras tanto, los ingenieros y especialistas de las agencias espaciales siguen reforzando los cacharros que deben atravesarla.”

Crédito: http://www.neoteo.com/la-anomalia-del-atlantico-sur.neo

La SAA (South Atlantic Anomaly), ubicada actualmente por encima de Brasil, Argentina y el Atlántico Sur.


“La Agencia Espacial Europea lanzará Swarm, un trío de satélites de investigación que examinarán exhaustivamente el campo magnético terrestre desde 2009 hasta 2015. Pero será mejor que los científicos descubran mucho antes porqué ese campo se ha mantenido abierto hasta nueve horas seguidas. La grieta más larga, una brecha de 160.000 kilómetros conocida como la Anomalía del Atlántico Sur, se ha abierto sobre el océano entre Brasil y Sudáfrica. El peligro es, sencillamente, que este agujero, que bien puede ser el primero de muchos, sea una rendija cada vez más amplia en nuestra armadura contra las radiaciones solares y cósmicas. Un número de satélites en su paso por la Anomalía del Atlántico Sur ya han sufrido daños por causa de explosiones solares que han penetrado a través de ese campo magnético reducido, incluyendo, irónicamente, un satélite danés diseñado para medir el campo magnético terrestre.


“La Anomalía del Atlántico Sur está alarmantemente cerca, apenas a unos grados al norte, del infame agujero en la capa de ozono de la estratosfera sobre la Antártida. Bien podrían tratarse de dos agujeros relacionados. La disminución del campo magnético terrestre podría, en realidad, estar causando una disminución consiguiente en la capa de ozono. Kotze explica que cuando la radiación de protones del Sol penetra en el escudo magnético de la Tierra, la química de la atmósfera se ve afectada; las temperaturas repuntan y los niveles del ozono estratosférico caen en picada.


“Una reducción en la capa de ozono vuelve la atmósfera más permeable a los rayos ultravioletas (UV) del Sol. Es importante que tengamos en cuenta que el aumento de la radiación UV que llega a la superficie de la Tierra es casi siempre una función del adelgazamiento de las defensas de la atmósfera, adelgazamiento causado por gases hechos por el hombre. Uno se estremece al pensar en el impacto que los fuertes rayos UV que se vierten a través del resquebrajado campo magnético de la Tierra podrían tener sobre nuestro planeta, en particular considerando que nos dirigimos a la agitación sin precedentes del máximo solar proyectado para 2012.


“Como la mayoría de los que gustan de tomar baños de sol ya saben a estas alturas, la radiación ultravioleta puede dividirse en dos categorías básicas: la ultravioleta blanda (UVA), que no quema la piel, y la ultravioleta dura (UVB), que sí lo hace. Un aumento en la exposición a la radiación UVB ha elevado la incidencia de trastornos de la piel, que van desde quemaduras hasta melanomas, y también de determinados trastornos oculares. Los riesgos para la salud son considerables (al menos para la gente de piel clara), pero lo que realmente fue toda una sorpresa en nuestra cultura adoradora del Sol era que ya no teníamos que rendir reverencia al Sol, sino temerlo.”


Apocalipsis 2012, Lawrence E. Joseph

Crédito:

http://23diciembre2012.foroes.net/2012-mito-o-realidad-f6/la-anomalia-del-atlantico-sur-160000-kilometros-de-grieta-en-la-magnetosfera-t146-15.htm

Si la Tierra para de rotar y la frecuencia de resonancia alcanza los 13 ciclos del Punto Cero Magnético nos acordaremos de la Anomalía Sudatlántica 1

“Ah, el espíritu, que si todos nos pusiéramos en contacto, resolveríamos enigmas perdidos. Pasando los fluidos magnéticos a un mago de ocre resplandeciente, misterios en cruz y gamma esparcerían dulces vibraciones febriles. ¡Pero es la fiebre que enacta los calores eufóricos! Y la euforia no es más que la llama ágil que las lenguas no saben enviar más.”


“En una época no muy distante el tiempo parará de repente. ¡En realidad, éste ya fue sepultado, mas las cabezas no le quieren asestar el golpe de gracia! Finissons, une fois pour toutes!


“Lo que, a mucho tardar, se verá, sobrepasará la erudición egipcia, la estética griega, la ciencia incásica, la delicadeza tibetana. Estará la pasión en posesión de la flecha y de la vibración en espiral.”

Andrés J. Boulton Figueira de Mello, Violeta Siete, 1963


Cinturones de radiación Van Allen. “La última fuente de radiación que debemos mencionar es la magnetosfera terrestre. El campo magnético de nuestro planeta nos protege de las partículas energéticas de los rayos cósmicos y el Sol, pero a cambio atrapa algunas de estas partículas en determinadas zonas. Estas zonas se denominan cinturones de radiación Van Allen y constituyen la principal fuente de peligro para los vuelos tripulados en órbitas bajas y medias. Consisten en dos cinturones de electrones y uno de protones.”


Crédito:

http://danielmarin.blogspot.com/2010/09/las-misiones-apolo-y-la-radiacion.html


Por razones que aún no están del todo claras en mi mente audiovisual desde que comencé en 1962 a estudiar cual astrocientífico las energías, fuerzas y campos de la Naturaleza que recorren nuestro planeta, así como los sistemas y las estructuras que conforman, moldean y dinamizan a los seres vivos humanos, he podido comprobar y corroborar que existe una gran diferencia entre lo que es Norte y lo que es Sur a todos los niveles. Esta monumental diferencia la he tratado en varias ocasiones. Asimismo, encuentro cada vez más razones para entender que estas disparidades son mucho más reales, significativas y profundas de lo que se piensa a primera vista y como ya indiqué cubren todas las variantes, disciplinas y materias del quehacer y saber humano. Por razones que siguen un tanto nebulosas y misteriosas para mí tengo años sintiendo que el futuro de la Humanidad y el planeta reposa o reposará en el Sur. Al comienzo, cuando estaba escribiendo El Orgasmo de Dios, a principios y mediados de los ’60, anoté esta presunción pero no creo haberme estado refiriendo estrictamente hablando al Hemisferio Austral. Pero ahora, más de 45 años después, pienso que sin saberlo mi mente racional la intuición y el instinto me estaban llevando allá, al Sur en general, al Polo Sur, al Eterno Femenino, por cuanto lo femenino es austral y lo boreal, masculino. Nuestra cabeza contiene esta polaridad que los Progenitores Intergalácticos magnetizaron. Con las glándulas maestras, neuronas y neurotransmisores sintonizamos las octavas de una gran rueda cósmica claveteada. Mi pantalla lo captó. Es la rueda de la mártir Santa Catalina de Alejandría cuya tumba está al pie del Monte Sinaí. Para los celtas y germanos esta rueda era un símbolo solar. Así que la visión que tuve fue de una colosal rueda superelectrónica, cibernética, divina, girando en el cielo.


Ahora que llevo desde 2009 sabiendo de la Anomalía del Atlántico Sur creo que mis pálpitos e intuiciones de ataño están siendo reforzadas porque una vocecita me dice: puede que se presente una gran fuerza extraterrestre, no humana claro está, que va a acelerar muchísimo la frecuencia del pulso de la tierra y a la par acrecentará el debilitamiento del campo magnético terrestre y lo precipitará al fondo de la tierra como del lecho oceánico. Esto significa que: la Tierra no podrá defenderse como antes de los agentes extraterrestres extraños a ella, de sus influjos, presiones y calenteras, enfermándose de gravedad y colapsando a la postre, y como consecuencia perderá la brújula. Esto lo detallé en la contraportada de El Pulso de Mi Tierra en 1973 pero no estoy seguro de haber descubierto en ese momento que la fuente, el origen de semejante desgracia vendría del lado sur de nuestro planeta. Ahora sé que esto será así. Por razones geofísicas y sociohistóricas el Sur irá al Norte y/o en su defecto al Ecuador y eso hará que entremos a la Era de Acuario-Leo, por cuanto las aguas inundarán muchas tierras bajas, lo que está ahora abajo, subirá, y lo que está arriba, se precipitirá abajo. Es más. Creo que esta metamorfosis planetaria será producto de una reversión ya que será más que nada la energía de la cultura, la fuerza de la civilización, la equidad y el balance de lo femenino y lo masculino que nos conducirán a una fase superior de la Evolución de las Especies Terráqueas.


“Todo es eco, reverberación, bumerang”, he señalado una y otra vez desde 1962-1963, cuando Urano, el que rompió fuentes y perdió los testículos, cruzó mi DESC-ASC. Sin embargo, lo que no se sabe generalmente es que el eco o la resonancia (como la Resonancia Schumann, por ejemplo) proviene, se manifiesta, cristaliza y califica del lado o polo sur de las cosas: el Eterno Femenino y el hemisferio derecho del cerebro. Debido a esta ley-axioma bipolar los grandes cambios en la Tierra vienen del lado sur (como del lado sur y mediodía de los países). Aunque la chispa inicial y seminal se geste por el lado norte del planeta (no por casualidad o azar la mayoría de los países del Primer Mundo yacen en el hemisferio boreal y los grandes yacimientos fósiles o brutos y graneros están acá, etc) es por el sur de donde emerge o sale el bumerán o bumerang que hace que la resonancia magnética cure las dolencias y los viejos y enclenques kharmas. Será pues en el sur que deberá buscarse el antídoto aunque pareciera que por ahora el dinero, la fortuna, la potencia, el saber y el poder residen más en el Norte que en el Sur. Mas yo creo que vendrá una inversión o más bien una reversión, vieja de muchos milenios, que va a cambiar las cosas y alterará la dirección y la suerte de las naciones y los habitantes de la Tierra, humanos y no-humanos. Esto lo veo venir de un modo gradual y pienso que de nuevo la Cruz del Sur, las Nubes de Magallanes, el Supercúmulo de Pavo-Indus como el de la constelación de Sculptor, en la región del Polo Sur Galáctico, van a asumir roles quizá inimaginables ahora. En un futuro una india escultural saldrá de su concha de nácar y completará el sueño de los poetas y artistas iberoamericanos.


Ahora bien, si el cinturón inferior de Van Allen, se acercara más a la Tierra y ésta no pueda escudarse tan bien como antes de los rayos cósmicos, gamma y X y las órbitas de algunos de los satélites artificiales quedaran fuera de servicio o silenciados, eso nos traerá serios desbarajustes. Nuestra vida y progreso quedarán neutralizados y frenados pues no podríamos contar con la ciencia y la tecnología de varios países boreales, como los EE UU, Francia, Reino Unido, Rusia, Japón y China, líderes hoy en la carrera aeroespacial y los medios de comunicación y alta tecnología. Como he indicado en mis escritos dependeremos del apoyo brindado por los Maestros y las Maestras de la Alianza Intergaláctica para solventar y salir airosos de los altibajos cibernéticos, geofísicos, electromagnéticos, socio-políticos y económicos que deberemos encarar y resolver positivamente. Mientras tanto veo que estamos a punto de entrar a la década crucial de 2011-2020 que revolucionará nuestro hábitat, ecosistema, normas, principios y valores éticos y que la Anomalía del Atlántico Sur llegará a una fase terminal mucho antes de los 1.500 años que suponen y calculan ciertos geólogos y geofísicos. No nos es posible detener la marcha de las Grandes Modificaciones. Vamos hacia la Mutación irremediablemente. Cuando pasemos el Rubicón veremos un Nuevo Mundo, un Nuevo Orden Mundial radicalmente distinto al presente, mucho mejor y prometedor. Comenzaremos a notarlo durante este siglo XXI y el próximo siglo XXII. El Tarot lo anuncia y resonará en el aire la música del gran expresionista alemán Richard Strauss.


Para apoyar más lo afirmado en estas líneas precedentes he decidido copiar y entresacar distintas autorías y piezas de información y conocimiento científico bastante serias y relevantes que comparto, las cuales nos deben alertar, si somos conscientes de los peligros y las amenazas que se ciernen sobre todos los pueblos de la Tierra sin excepción. Por algo estamos siendo globalizados por Dios cada vez más: debe ser para que nos empeñemos en resolver nuestras desigualdades e incompatibilidades, carencias y fallas, unidos, juntos, de la mano, armados de amor, conmiseración, luz, fé, vigor, iniciativa e ingenio. No hay nada iremediablemente perdido, imposible de hallar y atajar. En todos los campos de la cultura el objetivo es luchar por una causa común. Juntos podremos vencer escollos y enigmas.


Respecto al Punto Cero, nombrado aquí, por su nexo y posible efecto posterior en la inversión o reversión de los polos, sírvame decir que en mi obra, Manual de Kadonai: El Niño de Arriba, escrita en la segunda década de los ’90 del siglo pasado claro está, descubrí que había un fenómeno que se repite cada 60 millones de años que llamo Punto Cero y Concha. En total hay 360 Puntos Cero y Concha. El último tuvo lugar el 5-5-2000. Estos significadores no son índices magnéticos en sí mismos o exclusivamente. Pueden coincidir varias circunstancias como pasó con éste último que el pase a una nueva Era devengará o producirá un fenómeno espiritual trascendente y general. Estamos en la Era del Proboscidio o de Dumbo-Babar, preludio a una Gran Pralaya. Nuestra Era verá maravillas, prodigios y portentos relampagueantes. Por último, del notable relámpago del Catatumbo, en el estado Zulia, diré que es un fenómeno meteorológico muy raro pues relampaguea a cada instante. Se calcula es una especie de fábrica de ozono de la Madre Naturaleza capaz de producir 1.176.000 relámpagos por año, el 10% de la capa de ozono del planeta. ¡Se imaginan si se pudieran encauzar positivamente semejantes descargas para iluminar el bienestar colectivo! Pronto del Zulia emanará un prodigio electrificador.



De Punto Cero y la Resonancia Schumann. El Cambio de las Edades ya comenzó. Por Gregg Braden. Biblioteca Pléyades (en español). A Gregg Braden lo copian mucho otras personas que repiten sus mismas palabras de modos distintos. Se nota que es auténtico, una autoridad.


Cuando la Tierra detenga su rotación y la frecuencia de resonancia alcance los 13 ciclos, estaremos en el campo magnético del punto cero. La Tierra se detendrá y en dos o tres días comenzará a girar nuevamente en la dirección opuesta.


“Esto producirá una reversión en los campos magnéticos alrededor de la Tierra.


“Condición Geofísica #1: 
Elevación de la Frecuencia Base de la Tierra: La Frecuencia Base o "Latido" de la Tierra (llamado Resonancia Schumann o RS) se está elevando dramáticamente. Aunque ésta varía entre las regiones geográficas, por décadas la medida general fue de 7.8 ciclos por segundo. Alguna vez se pensó que esto era constante. Las comunicaciones globales militares se desarrollaron en esta frecuencia. Reportes recientes establecen el rango sobre los 11 ciclos, y se está elevando. La ciencia no sabe el por qué o qué hacer con esto.


Gregg Braden encontró datos recopilados por investigadores noruegos y rusos a este respecto. Esto no ha sido reportado ampliamente en los E.U.A. (la única referencia que se encuentra sobre la Resonancia Schumann y que está en la sección de referencia de la Librería de Seattle está ligada con el clima). La ciencia reconoce a la RS como un indicador sensible de las variaciones de la temperatura y de las condiciones mundiales del clima.


“Braden cree que la Resonancia Schumann fluctuante puede ser un factor en las severas tormentas, inundaciones y el clima de los recientes años. 



“Condición Geofísica #2: 
Disminución del Campo magnético de la Tierra. Mientras que el ritmo del "pulso" de la tierra se está elevando, la fuerza de su campo magnético, por el otro lado, está declinando. De acuerdo con el Profesor Bannerjee de la Universidad de Nuevo México, el campo ha perdido hasta la mitad de su intensidad en los últimos 4,000 años.


“Y debido a que la fuerza de este campo es un precursor de las reversiones de los polos magnéticos, el Profesor Bannerjee cree está en curso otra reversión. Braden cree que como estos Cambios cíclicos están asociados con las reversiones, los registros geológicos de la Tierra que indican reversiones magnéticas, también marcan Cambios previos en la historia. Y dentro de la enorme escala de tiempo representada, hubo bastantes de ellos".


¿Qué es una Resonancia Schumann?


“La Tierra se comporta como un enorme circuito eléctrico. La atmósfera es realmente un conductor débil y si no existieran fuentes de carga, su electricidad prevaleciente se diseminaría en 10 minutos aproximadamente. Existe una "cavidad" definida por la superficie de la Tierra y el borde interno de la ionosfera 55 kilómetros arriba.


“En cualquier momento, la carga total residente en esta cavidad es de 500,000 Colombos. Hay un flujo corriente vertical entre el suelo y la ionosfera de 1- 3X10-12 Amperes por metro cuadrado. La resistencia de la atmósfera es de 200 Ohms. El voltaje potencial es de 200,000 Volts. Hay cerca de 1000 tormentas eléctricas en un momento dado en todo el mundo. Cada una produce de 0.5 a 1 Amper y éstas computan colectivamente para el flujo de corriente medido en la cavidad electromagnética de la Tierra.


“Las Resonancias Schumann son olas casi constantes de ondas electromagnéticas que existen en esta cavidad. Como ondas en un estanque, no están presentes todo el tiempo, sino que necesitan ser 'excitadas' para ser observadas. No son causadas por nada interno en la Tierra, su corteza o su centro.


“Parecen estar relacionadas con la actividad eléctrica en la atmósfera, particularmente durante los tiempos de intensa actividad de relámpagos. Éstas ocurren a distintas frecuencias entre los 6 y los 50 ciclos por segundo; específicamente 7.8, 14, 20, 26, 33, 39 y 45 Hertz, con una variación diaria de cerca de +/- 0.5 Hertz. Hasta ahora, cuando las propiedades de la cavidad electromagnética de la Tierra permanecen iguales, estas frecuencias se mantienen iguales.


“Presumiblemente existe algún cambio debido al ciclo de manchas solares y al cambio de la ionosfera de la Tierra como respuesta al ciclo de 11 años de actividad solar. Las Resonancias Schumann se observan más fácilmente entre los 2000 y los 2200 UT.”


Crédito: http://www.bibliotecapleyades.net/esp_ondas_shumman_1.htm


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