jueves, 4 de junio de 2009

84. Arcturus, Arturo, el Boyero

Arcturus, Arturo, el Boyero: ¿tendrá éste que ver o será él más bien nuestra próxima estrella polar, al cambiar de lugar la Tierra y el Cielo? Eso lo deciden por consenso los Sublimes Khorios de los Espacios Intersiderales. Ellos saben qué es lo mejor para nuestra existencia.

Arriba. Mândala de Semilla Astral y Eterna. Fuente desconocida pero muy apreciada.

Abajo. Vista de Arcturus.
Fuente: www.astronomiaceleste.com/2009/03/constelacion-el-boyero.html


Memorándum. Venimos de gigantes, descendemos de variopintas estrellas gigantes; pero las que siempre me han llamado más la atención han sido las anaranjadas, azules y blancas colosales. No concibo cómo puede ser que los humanos no sean emanaciones y proyecciones de soles portentosos, mágicos, magnos y magníficos, puesto que como seres espirituales en esencia cubrimos vastas inmensidades del Universo y nos podemos trasladar en un dos por tres hasta el mismísimo santuario donde mora nuestro Padre-Madre de Luz Inextinguible. Decir que somos corpóreos, densos y pesados es incorrecto, miope, falso. Eso es aparente, parte de la Ilusión. Nada nos ata, nada nos quiebra, nada nos vulnera y silencia para siempre, a menos que nuestro ser de cristal y resonancia pura y primigenia lo admita, permita y abraze. No somos de la Dualidad. Somos uno con el UNODE KROM. Si nos empecinamos en vivir en la Ilusión y transgredir la voluntad benigna de la Divinidad veremos caer y perder todos nuestros poderes mágicos y pasaremos a reencarnar en los mundos infernales de la oscuridad, el retroceso, el sofoco, la desdicha. ¿Por qué padecer, por qué ser mortales, cuando pudiéramos ser jóvenes eterna, melodiosa y deliciosamente? ¡Vamos, terrícolas, aprended a salir de vuestras penurias, tomad el cielo por asalto, tened valor y fe en vuestra línea de conducta, dad ampliamente y recibiréis plenamente! ¡La Cornucopia es ilimitada! Shíva de Naranja.

Boyero, según el diccionario, es una persona que guarda bueyes o los conduce. Pero el boyero debe ser también un pastor inteligente, consciente y precavido, pues para cuidar y guardar bien su rebaño o ganado debe atender sus pastos, proveyendo buenas semillas, buenos suelos, humedecidos, soleados y venteados, y poder contar con la ayuda del cielo para sembrar y cosechar, lactear y suministrar, desmelezar y abonar, etc. El Buen Pastor debe fecundar orgánicamente y arar satisfactoriamente su tierra, ser un gentil arador, para que ésta puede proveer a su familia y comunidad y servirle de soporte, abrigo, solaz y alimento. Así que, Boötes, en verdad, es un agrónomo, agricultor, pastor y ganadero, y en ocasiones hasta un yerbatero, curandero, brujo, ecólogo y conservacionista. Él sabe que sin la la buena y próspera tierra él no es nada y todo se puede derrumbar a su alrededor si la tierra no corresponde y respalda. Los Elementales o Espíritus de la Naturaleza son quienes controlan desde los Orígenes la rata vibratoria de la tierra y el resto de los Elementos. Al Boyero y a la Boyera se les dieron parcelas de tierra, gratis, sin intereses, para que las trabajaran, cuidaran, respetaran, valoraran y admiraran. Desde los tiempos más antiguos quienes viven de la tierra y la protegen son ricos y ricas de verdad. De no regresar a la tierra, ella nos expulsará otra vez y nos quitará la paz bendita porque no se puede cometer un sacrilegio y no pagar por ello.

Abre bocas. Los conceptos emitidos en esta entrada son de mi propia confección y cocina. No he sido influenciado por nadie, por nada en particular, por ninguna escuela o club de sabiduría vivo, muerto o emergente, ninguna tradición ancestral y esotérica, oral o escrita, ningún libro y autoridad extraterrestre, anómala o híbrida, salvo que lo haya aprendido antes de algun Maestro o Maestra en estado de vigilia, onírico o inusual, y esté tan enterrado en mi Memoria-K cósmica y precognitiva que apenas hoy, 1 de junio de 2009, se manifiesta y resucita. Ancient Visions. Ancient Memories. Ancient Wisdom. Es posible. Ha debido ser el Santo Ser Supremo que poco a poco, a lo largo de casi 66 años fuera del útero y 9 meses en el útero de mi mamá, me ha ido inspirando, motivando, abrazando, soplando, sugiriendo, indicando, guiando, por muchos caminos, fallas y entuertos, y aunque aquí y allá he estado recogiendo datos y luces al respecto, para ser enteramente franco y honesto, no sé a ciencia cierta todavía si lo que voy a asegurar ahora es el resultado de ideas y pensamientos perfectamente comprensibles, razonables, ajenos a la divagación, la insensatez y la locura, o cercanos a la más diáfana intuición, precognición y adivinación. Los caminos del Gran Espiritu, Gitchi Manitú, Origen y Desarrollo de cuanto existe en nuestro mundo y en los demás mundos, son a menudo tan fantásticos, inauditos y fenomenales que ni los escritores y escribas saben a veces qué cosas están escribiendo y materializando en el papel o en la computadora, sobre todo al tratarse de temas cosmológicos, cosmográficos, astrofísicos, geofísicos, geográficos, electromagnéticos, sociales, biológicos, ecológicos, movimientos polares y dimensionales.

Comparando al gigantesco Arcturus con nuestro bastante mediano Sol.
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Arturo_(estrella)


Porque el tema de las estrellas polares no es algo de poca monta. La historia de un planeta está íntimamente vinculada a la Estrella Polar determinada en un momento dado de su ciclo de vida. Es ella quien le simboliza y dicta al planeta su figuración, vibración, frecuencia, conexión con las Potencias Cósmicas, puesto que la Estrella del Polo enseña la circular guía celeste a seguir por los navegantes terrestres, cualesquiera que sean su profesión, conocimiento, nacionalidad, raza, sexo, etc. La actual Estrella Polar es Polaris, una estrella brillante de casi segunda magnitud en la Osa Menor. Pero dentro de no mucho Polaris será sustituida por otra estrella. Y yo creo que ésta será Arcturus, Alpha Boötes, una deslumbrante y gigante de color naranja o mandarina, una pila de veces (251, si vista con un lente telescópico infrarrojo) más luminosa, grande y espectacular que nuestro propio sol y por supuesto sobradamente más visible que la pequeña Polaris. Pero, por favor, no me pidan en qué certitud me baso para hacer esta afirmación tan insólita, si hago uso de una retahila de razones astronómicas, cosmológicas, cosmográficas, ocultistas y espirituales para señalar que será Arturo, el Boyero, quien nos servirá de bandera y referencia mayor en nuestros viajes y cruceros próximamente para que podamos llegar a puerto seguro, viento, truene o relampaguee. Si está en Ley, si ése es nuestro Destino, así será. Arcturus o Arturo será nuestro Sol Invictus, el Buen Pastor que cuida todas las ovejas de su rebaño, blancas y negras, sin discriminar, prejuzgar, favorecer y dividir, puesto que para el Buen Pastor de Arturo no hay perdedores. Todos en el rebaño son ganadores y merecen ser salvados, y en última instancia, recompensados y eximidos, si siguen las observaciones y reglas claras del Supremo Hacedor. Porque para eso es una Estrella Polar: una y la misma para todos y todas. Además, la constelación de Boötes es parte de la ultradimensional Súper Nebulosa “Araña” o "Candelabro" y de sus entrañas salen rayos amarillos en varias direcciones y zonas estelares ya que cual Guardián de la Osa Mayor vela, cuida y ampara a los más pequeños y débiles como a los que andan en la penumbra y la oscuridad. Arcturus, o en su defecto, alguna de las estrellas principales en su supercúmulo de galaxias, marcará próximamente los pasos de la Tierra, para que cuando pasemos a dimensiones superiores conozcamos el camino, las intensidades, los picos, los voltajes y las bandas de frecuencias que atravesaremos. En la imagen que acompaña esta explicación he querido mostrar las vías de luz (en azul turquesa, fucsia rosa y púrpura) que el Gran Norte del Gran Ojo Cosmológico pone a nuestra disposición para que podamos elevarnos, transmutar nuestras heces, orines, sudores, flemas, pedos y desgastes óseos, musculares, sanguíneos, nerviosos, cerebrales y viscerales, y convertirlos en diamantes y cuarzos puros, cristalinos, livianos y etéricos que nos iluminen y abrillanten de un todo...

Puesto que descendemos de emanaciones muy superiores y elementos volátiles, fulgurantes, meteóricos, taquiónicos y mesmerizantes no debemos jamás olvidar que estamos hechos de plasma y polvo cósmico, a la medida de los grandes espejos parabólicos que reflejan los mandamientos de los Divinos Señores y Arrobadoras Señoras de las Multidirecciones Radiales. Porque así como este planeta ha sido embrión, cuna y guardería de protohombres y protohembras solares ha llegado el segundo de la «Gran Transformación sin Parangón» en millones y millones de años. Para eso nos vamos a poner el guayuco: para aliviar nuestra carga morfológica y prestarnos al vuelo espacial. Ser indios e indias de verdad y no viles antropófagos que han perdido la brújula y andan desorientados como en Apocalypto.

Eh, sin lugar a dudas, el guayuco está prendido en el mástil de color anaranjado.
Violeta Siete, París, 1963


Årâ Nigra. La Súper Nebulosa Candelabro y Boötes en tinta naranja. Obra del Autor. Caracas. 2009.

Debe ser que venimos a este mundo en una encarnación en particular, con más fuerza, empuje, claridad y poder de conciencia que antes, con un fosforescente y fluorescente noble rollo de pergamino atado a nuestras sienes para que en un momento dado, previamente dateado, escogido, apropiado y adecuado, las palabras e ideas salgan de sus cofrefuertes donde han estado encerradas quién sabe durante cuántos eones o millones de años para que antes de las periódicas catástrofes podamos saber hacia dónde, cómo y cuándo vamos a embarcarnos en nuestra próxima travesía y lleguemos sanos y salvos adonde nos quiere conducir la Divinidad, la Luz, el Amor, la Paz y la Sabiduría. ¿Era pues Arcturus la estrella que me señalaron en 1963, cuando apenas tenía 20 años de edad, en mi reloj Cartier, la gigante naranja celeste desplegada sobre un trapo arriba del mástil principal de nuestra nave celeste? ¿No sería más bien Aldebarán, otra gigante naranja, que ha jugado un rol tan estelar en nuestro mundo y he estudiado a fondo en mis trabajos sobre Astronomía, Astrología, Mitología y Psicoanálisis? No, no lo creo. Es Arturo, en Boötes, el Escogido, el Ungido, el Var dem Bülis Hiperbóreo que me sale del forro de las bolas en un pensamiento relámpago, para que mediante la ayuda de Orión, el Gran Reloj de los Cielos, que nos guiará y ubicará, sacará a nuestra Humanidad, los Animales, los Metales y los Minerales, las Plantas y los Elementales del fango vertiginoso y asfixiante que tiene semiparalizada la evolución de innumerables especies y pueda finalmente nuestra amada Tierra dar un salto cuántico o Salto Ángel Triple, como gusto denominarlo y describirlo, de un modo integral, al unísono, y abrazar el gran futuro. Lo que está en juego ahora es una movilización en masa hacia un portal de luz arturiano y griálico, porque así lo quieren los Guardianes y Custodios de la Llama del Retoño Ardiente –Plantard du Sacré Cœur-, si se interpretan bien las señales en el cielo. Esa es otra de las Buenas Nuevas de la Parusía.

Años atrás leí que en las consultas que dio el supersensible Edgar Cayce salió a relucir en varias ocasiones el rol importante de Arcturus en la Tierra. Pero esto no ha influido en mi decisión tomada hoy (1ero. de junio del 2009) y sugerida ayer noche mientras tomaba el sueño porque ni siquiera sé en qué caja de cartón está ese libro sobre Cayce (desde que perdimos nuestra casa de La Puerta Celeste, a mediados del 2003, mi biblioteca se fragmentó y hoy no sé lo que se encuentra en El Norte, en El Llanito, en El Peñón, y hasta en Madrid). En esos instantes de anoche fue la fulmínea conexión Arturo-Âtén (o Âten, según el idioma y significado empleados), que se me dio en medio de una ráfaga de luz supramental poco antes de dormir, sin aire acondicionado, con calor atenuado por cuatro ventiladores, y mucho polvo por la obra y la falta de limpieza, que se me iluminó. Sólo la lectura de una obra clásica, trascendental, como Star-Names and their Meanings, de Richard Hinckley Allen, recibida por correo en New Delhi desde los EEUU, en 1977, me ha hecho y está haciendo pensar, cuán importante es, ha sido y será el sol naranja y andaluz de Arcturus-Arturo-al Hâris al Samâ. ¡Manos a la obra!

Vista de nuestra Tierra Hueca por uno de los dos polos. Crédito: www.erks.org.








Tampoco creo que fue por casualidad o capricho que el Rey Arturo instauró la dodecagonal Mesa Redonda y la leyenda del Santo Grial lo vinculó con la Sangre Real Merovingia pues ésta no emanó por primera vez a través de Jesús, María Magdalena y Juan Bautista (la pequeña Sara, hija de Jesús y María Magdalena, la chica juanista). La leyenda arturiana es un eslabón más en la larga sucesión de hombres y mujeres proteicas medio míticos e históricos venidos originalmente de las estrellas en épocas remotas y nietzscheanas. El resultado es que ahora entiendo: ¡el porqué de Arturo y del mástil de color naranja! Había que llegar de nuevo a entablar contacto con el Héroe y la Heroína de Boötes, con un poderoso y resuelto miembro estelar del disco grueso galáctico, próximo a Coma Berenices, en la vertical de nuestro plano galáctico, y en el supercúmulo de Boötes, uno de los grandes en nuestro Universo (ver entrada del 26-12-2008, en este mismo blog, donde el Boyero cuida la sacra Flama Tricolor de Berenice, la nueva Virgen, la Primogénita de América). Una gran puerta ultradimensional se está abriendo, lenta pero certeramente: la Puerta Polar de Arturo, el Guardián de la Carroza. Cuando la Tierra haya avanzado más, no hayan déspotas, tiranos, dictadores y demagogos gobernando; la ONU esté manejada y dirigida por dictados sublimes y pensamientos altruistas, la conexión con Boötes y la tradición solar de la Iglesia de Juan, más el resto de la Súper Nebulosa Candelabro o Araña se dará la cosecha y será excelente. Lo sé y lo espero. OM. Dicho por Juan Salomón.

437477 Akhenâten in mahâsamâdhiyoga, waiting for the light of Arkturus, in the dreamtime ultrahigh everlight frequency 2.287.344. Obra del Autor. Caracas. 2009.






















Caracas, Venezuela, Nueva Jerusalén en metamórfosis, 1-4 de junio del 2009