jueves, 8 de abril de 2010

Progreso y sensibilidad traen paz y armonía

Cuando quieres llegar al Nirvãna te das cuenta que debes dejar muchas cosas atrás y regresas al punto anterior a tu partida, cuando estabas en pleno caos o crisis. Es como si te desnudaras por entero y entraras ya al sarcófago que vas a ocupar cuando desencarnes eventualmente y tus restos se vuelvan cenizas con los que se van a abonar las plantas del jardín de la comunidad. Luego te das cuenta que un día se moverá la tierra violentamente y las plantas que se abonaron con tus cenizas fueron arrancadas de cuajo, el viento rompió las plantas en mil partes, las aguas oceánicas se llevaron todo por delante, el agua cubrió la tierra de antes, luego vino el sol que secó y apaciguó las aguas embravecidas pero ahora parecía que el este no era más el este y el norte no era sino el sur. ¿Qué quedó de ti? ¿Una parte que volvió a ser otra parte, unos átomos que se reagruparon y formaron una existencia nueva que algún día tendrá una mente, un corazón, un alma y quizás un ser? ¿Serás un libro? Me pregunto si esta alma se acordará de cuando quería estar en el Nirvãna y anhelaba desprenderse de las ataduras kármicas y materiales. ¿Se acordará de sus intentos y esfuerzos por llegar al Buddha, al Kristo y la Virgen Santísima? ¿O se habrá dado cuenta que era sólo una idea que entretuvo en algún momento un amasijo de nervios, músculos, órganos y ríos de sangre, o era al revés, un amasijo de partes anatómicas que se empecinaron en tener un cerebro, un visor de ideas, un capitán esclarecido y mosca? ¿Qué pasa cuando un cuerpo quiere estar de nuevo en medio de la paz y el silencio eterno e inmemorial, sin pasado ni futuro, acaso llega a dilatarse y encogerse según el diapasón del Universo? ¿Será capaz de ser el todo y la nada simultáneamente, poder vencer el sueño, el pavor, ser uno con el Uno que se reprograma a cada nanosegundo y es todos los pensamientos multidimensionales a la vez? ¿Podrá ser un ser real e incólume? ¿Un factor clave? Las escuelas de sabiduría que no enseñan el camino real no merecen ser conocidas y recorridas y deben dejarse de lado porque confunden las lenguas, y, si se quedan en las ceremonias, los grados y los premios, no son reales ni auténticas, son ilusorias y ofrecen ilusiones, como cuando se va a la feria a ver un monstruo o una anomalía grotesca, así es como resultan a la larga la mayoría de las cosas que se siguen fabricando en serie aquí en la Tierra con el objetivo egoísta de proveer de carroña a unos dioses de mala vida y sangre impura. Toda negrura debe resplandecer como la nieve más blanca. Eso va con todo lo que sabe y huele a muerte en nuestro mundo demasiado mortal y pasajero, profano y engañoso. El futuro está en manos de los Despiertos y Renacidos. OM-AUM.


De nada vale el progreso sin organización y ordenación, método, arreglo y sensibilidad social. Creo que todas las actividades y funciones humanas, desde la más especializada y grandiosa espiritualidad hasta la practicidad más específica y puntual deben calcarse y ser similares a las funciones y actividades neurocerebrales, en especial las superiores, excelsas, iluminadas y místicas. Nuestra sociedad debiera ser eminentemente inteligente y mejor todavía, genial. De hecho la Nueva Sociedad será dirigida por individuos inspirados, intuitivos e imaginativos, equilibrados, bien intencionados y éticamente muy bien dispuestos, para que los servicios públicos sean óptimos, eficaces y bien calificados, y las personas sean lo más felices posibles de tal modo que todas sus necesidades básicas y materiales sirvan bien al colectivo humano y ambiental sin excluir ningún renglón. Si un cerebro humano está bien organizado y sus funciones están bien dispuestas y marchan armoniosamente, es decir, si se comunican entre sí con fluidez, colaboran entre sí e interactúan pueden planificar y proyectarse adecuadamente con eficiencia, rapidez, alta sensibilidad, versatilidad y elasticidad. Este cerebro servicial será de suma utilidad y podrá dispensar a la persona buena salud, optimismo, alegría y felicidad, iniciativa e interés, la persona se sentirá querida, apreciada, necesitada, y eso por supuesta redondeará en su beneficio como en el de los demás. Es indispensable que cada persona se sienta amada y valorada porque hasta un cretino, un loco, un indaptado puede cambiar y tornarse en un valor agregado si se le toma en cuenta seriamente. Por eso no creo que nadie, absolutamente nadie, puede catalogarse de cero a la izquierda in toto y para siempre. No hay nadie que no pueda redimirse, salvarse, liberarse de ser un despojo, un inútil, un desquiciado o un criminal, por más serio que sea el trauma, el handicap, la crisis que provocó que un individuo no pueda profundizar y utilizar sus millones de neuronas a cabalidad. Claro, primero habrá que curar el mal, físico y psicomental, aunque sea por etapas y tome tiempo, pero todo puede reciclarse, todo mal conlleva a una cura o bálsamo, toda corrupción, destrucción o avería puede subsanarse, remediarse y arreglarse eventualmente con tal que el individuo enfermo o en mal estado lo desee sinceramente con todo su corazón o alma. Y eso no es tan difícil de averiguar. Además no hay pieza desperfecta que no pueda sustituirse por una mejor. Al fin y al cabo la Madre Naturaleza es un arsenal ilimitado de piezas y marcas excelentes a nuestra disposición y la matriz o molde arquetípico del cual provenimos todos y todas está sujeta al perfeccionamiento y la perfección. Nuestra Esencia es divina. La Nueva Sociedad será taumatúrgica, es decir, a cada individuo se le hará saber y sentir que tiene derecho a la progresión y el perfeccionamiento ilimitados porque al igual que el Universo, con el que somos Uno, nuestra gradación, aumento, mejoría, calidad y excelencia no tienen fin. Llega un momento clave, crucial, hiperbólico, cuando se entiende con el corazón, de veras, que la progresión no es más un asunto intelectual, profesional, material, como quieran denominarlo, sino un estado de glorious all-embracing religiousness donde todas las denominaciones, categorías y jerarquías son superadas, donde eso es eso y se llega consciente y directamente al Parinirvâna. Pienso que ese será el objetivo que muchas personas en la Nueva Sociedad se trazarán, con lo que la Tierra ingresará a un nuevo estado de conciencia física y etérea ya que ella también ascenderá a su vez como nave que nos carga. Objetivo: entrar a la Gran Pralaya. Sé que me estoy adelantando varias centurias o milenios pero déjeme decirles que si tienen efecto los próximos cambios planetarios, en el sistema solar que ocupamos como en la Vía Láctea la Humanidad por venir participará de una ronda más sublime de Existencias o Estados.


Para que cada persona pueda ser un factor útil, un valor agregado del que la comunidad se beneficiará, es necesario y urgente que las leyes sociales se aboquen a la medicina curativa y preventiva; o sea, las leyes tienen que tener un trasfondo moral y ético, además de filosófico y pedagógico, para que se entienda que todo el mundo tiene derecho al entendimiento, a la comprensión cósmica, dinámica e interactiva. A la sinergia creativa. Cuando eso suceda es posible que se encuentre la cura a la neurosis, esquizofrenia, depresión, tristeza, melancolía, abulia, apatía y aburrimiento, se consiga el elíxir de la dicha y la bienaventuranza y el planeta se encamine progresivamente al estado paradisíaco y angelical, amén del meramente físico y fisiológico, porque sabremos que todo en la Natualeza tiene su contraparte, bipolaridad u opuesto, todo lo que sube, baja, y viceversa. No estoy hablando pendejadas, es sólo sentido común: si las personas se trataran mucho mejor, fueran más francas, sinceras y directas unas con otras, no se agredieran más por ninguna razón sino que se obligaran a combatir sus miserias y mezquindades con arte y savoir-faire, e hicieran lo que les gusta, colma, enciende por dentro y alegra habría comida por doquier, las medicinas estarían al alcance de todos y todas, las gentes podrían estudiar, viajar y hacer expediciones para incrementar sus conocimientos, aumentarían en calidad y cantidad incentivos e inventos y cualquiera podría dedicarse a hacer lo que le gusta, atrae, satisface y motiva intelectual y físicamente con lo que la prosperidad llegaría a todos los hogares y estados. Hay que entender que por no hacer lo que queremos y nos atrae positiva y creativamente, por no seguir nuestras inclinaciones naturales o biocósmicas, por no girar, rotar y orbitar como Dios quiso in illo tempore nosotros, nosotras y la Tierra no andamos bien, ya que la mayoría de las personas no son felices en su trabajo, hogar, comunidad, gimnasio, parque, cruceros turísticos, y pare de contar. ¿Cuál es el resultado? Miles de millones de seres infelices, desgraciados y desesperados que no pueden rendir todo su potencial, incluso si los esclavizan, dan de fuetes, violan y martirizan. Cada ser exhala nubes negras de tristeza y descontento y decae más rápido de lo que debiera ser en condiciones normales. Su sistema inmunológico es deficiente y se enferma más de la cuenta. Si todos estos seres juntaran sus pensamientos, emociones, sentimientos, organismos físicos, veríamos que la descomunal nebulosa exhalada pareciera romper en llantos y gemir a cada instante, sufrir y padecer tantísimo, que sería dificilísimo mover esta Súper Nebulosa de Caca que pesaría incontables toneladas que ni 10.000 supermanes y superhembras al unísono podrían hacer que desapareciera y se esfumara. Así está el planeta nuestro: un enfermo terminal, inoperativo, que grita de dolor como loco, casi listo para que lo lleven a la sala quirúrgica y le saquen ese carcinoma que lo está desfigurando y devorando velozmente. ¿Llegará a tiempo el bisturí que cortará el mal, la mano que curará, la cabeza que guiará el escuadrón de la ala operatoria? Pienso que sí. Es cuestión de rezar mucho y pedir con ahinco e insistencia que la Humanidad despierte, entre en razón, desee de verdad cambiar y mejorar su cuadro clínico. Sólo el progreso creativo hecho con amor traerá orden, paz, alegría y bonanza a esta Tierra tan ensangrentada, confundida y desordenada mentalmente.

¿Qué le pasa a Latinoamérica que no logra montarse de una vez por todas en el Gran Tren del Futuro? ¿Qué le pasa a los Estados Unidos de Améríca, a Europa, a Israel, a Irán, a Rusia, a China, a Corea del Norte, que no dejan de fomentar fricciones, guerras y armas letales? ¿Será que el planeta debe
ser partido en miríadas de partes por los Elementales que los humanos no respetan y detestan? ¿Qué Tierra más absurda e incomprensible tras un harakiri global? ¿Qué le pasa a los estudiosos y críticos de San Malaquías, Edgar Cayce, Nostradamus, Ulrico de Maguncia, etc, que no pueden parar lo que se nos viene encima a pasos acelerados? Pareciera que la simbiosis es ley en el Universo puesto que un Determinismo metafísico-científico-ecológico dirige y coordina con amor, sutileza e imparcialidad los acontecimientos y los interrelaciona y eso hace que el Universo sea UNO y SABIO. Todo esto es demasiado para que lo puedan entender, conscientizar y digerir los terrícolas y pareciera que serán incapaces de impedir que el enfermo se desangre y pase a mejor vida. Pero pensándolo bien y analizándolo objetivamente, sin fanatismo ni dogmatismo, no es por culpa o negligencia del humano sobre la Tierra que sobrevendrá una Gran Destrucción sino porque ya está en marcha un Vasto Plan y Divino Designio Macrocósmico y la Tierra no puede dejar de responder al llamado de las esferas porque estas vibraciones, ondas, frecuencias que le llegan están determinadas. Habrá que resignarse con valor y sabiduría y «akseptar» o aceptar lo que parece inevitable e impostergable. Sólo unos pocos podrán escapar al holocausto –pero eso sí, lejos de las grandes ciudades, en las altas montañas y planicies, como lo señalé en El Orgasmo de Dios, en la primera edición (1969) y la segunda edición (1992). Pobre Venezuela mía, anda más perdida que el hijo del desesperado y perturbado Charles Lindbergh, el primer aviador en cruzar solo el Atlántico y quien hasta admiró a Adolf Hitler durante un tiempo. Qué pena tanta desorientación.

Ixchel Gel 2010. Obra del Autor. Caracas. 2010.