lunes, 30 de noviembre de 2009

La Noche y Luna de mucha, poco o nada de Plata, Sexo y Vapor









Preámbulo. Un inglés de Birmingham, Gran Bretaña, lideró la primera Revolución Industrial en la segunda mitad del Siglo XVIII. Matthew Boulton Piers (1728-1809) era su nombre. Junto con James Watt y William Herschel cambió el curso de la Historia y el destino del mundo, abrió las compuertas del progreso a la civilización e impulsó el intercambio de conocimientos, dones, aptitudes, virtudes, poderes y bienes materiales. Tras esta revolución múltiple y ecléctica estuvo una sociedad de filósofos experimentales y prácticos de varias partes del orbe: la Lunar Circle of Birmingham que más tarde denominóse Lunar Society of Birmingham y duró varios años. Después vino la segunda Revolución Industrial. Y finalmente la tercera Revolución Industrial que aún percibimos. Este año de 2009 se celebran doscientos años de la muerte de este gran hombre, mi antepasado paterno y descendiente a su vez, como todos los Boulton de Venezuela, Inglaterra y EEUU, de Robert de Boulton (1191), en tiempos del rey de Inglaterra, Ricardo Corazón de León, alabado sea el Señor.* Matthew Boulton fue un tipo fuera de serie desde todo punto de vista. Conoció, tuvo amistad y se carteó con Benjamin Franklin. Ambos congeniaron filosóficamente y juntos llevaron a cabo experimentos científicos en su casa de Soho pues Boulton se codeó con individuos notables toda su vida. Era un gran hombre. Fue hecho Fellow de la Royal Society of London en 1785. Con este tributo honro a hombres como él y sus amigos que con valentía, osadía, genio, distinción y constancia nos dieron relevantes señales cósmicas que nos marcarán por siempre, pues el saber, como decía Pitágoras, habla y aprende hasta de las rocas y las flores, no tiene fecha de calendario y pertenece al género humano y natural hasta que el Ser Supremo lo decida y ordene. Honi soit qui mal y pense.


* Early Yorkshire Charters. Crédito: http://www.surnamedb.com/surname.aspx?name=Boulton


Andrés Jerónimo Boulton Figueira de Mello


“The Lunar Society['s] ... members have been called the fathers of the Industrial Revolution ... [T]he importance of this particular Society stems from its pioneering work in experimental chemistry, physics, engineering, and medicine, combined with leadership in manufacturing and commerce, and with political and social ideals. Its members were brilliant representatives of the informal scientific web which cut across class, blending the inherited skills of craftsmen with the theoretical advances of scholars, a key factor in Britain's leap ahead of the rest of Europe.” Crédito: http://en.wikipedia.org/wiki/Matthew_Boulton


“Matthew Boulton was nothing if not revolutionary and, in turn, surrounded himself, and was surrounded by, other revolutionary figures in the ‘white heat of technology’. The members of the Lunar Society would have been enough to label their time as ‘exceptional’ but there were more.” Crédito: http://sohomint.info/links.html


Introito. La Luna, nuestro satélite grisáceo, cumple varias funciones entra las que están regular patrones de conducta, hábitos, costumbres, rutinas, lo que pasa por la mente, desde ideas y pensamientos hasta sensaciones, sentimientos, emociones, deseos, necesidades, urgencias, impulsos, usos, y las funciones biológicas, corporales, fisiológicas, naturales y sociales en general. La Luna nos hizo creer en la tierra y las prácticas agrícolas siguen constituyendo el epicentro de nuestra vida, salvaje o bien sofisticada. La Luna afecta también el Inconsciente Colectivo, la noche y las horas nocturnas, las horas de sueño, amnesia o en coma, la imaginación, la intuición, la ovulación, la menstruación, el sexo, lo paranormal y suprasensorial, las mareas y los vapores de agua. Venimos al mundo en posición fetal y al envejecer nos encorvamos y cual fetos nos preparamos para el espiraloide Más Allá. Encarnamos emergiendo por un hueco y desencarnamos sepultándonos en un hueco e incluso quienes son cremados o devorados terminan en un hueco. La Tierra de un modo u otro nos recoge para sus adentros. OM.


Si no fuera por nuestro satélite estaríamos achicharrados, locos de pila, y no sabríamos lo que es un hogar, tener familia, descansar o hacer una siesta, tomar vacaciones y cambiar de aire, soñar, planear, querer, enamorarse, comunicarse y atender a la Madre Naturaleza, hasta comer y beber, todas funciones importantísimas. La Luna es nuestra madre dadora y receptora y cada vez que deseamos venir al mundo, encarnar o habitar de nuevo de algún modo este planeta o cualquier otro, porsiá, es por medio de la Luna u otra Luna, pues los satélites tienen responsabilidades tan importantes como las de una estrella o astro. Nuestra Era Moderna comenzó gracias a Urano, la máquina de vapor y la imaginación de unos cuantos hombres que, agrupados alrededor de la Lunar Society of Birmingham, en el Reino Unido, en la segunda mitad del siglo XVIII, pujaron para iniciar juntos con otros un mundo mejor, de avance, alcance y adelanto universal y social. Que esto nos sirva de ejemplo y estímulo: cuando los humanos se juntan, intercambian sus conocimientos y sueños y cooperan entre sí la civilización progresa, las dificultades se vencen y hasta las relaciones humanas y familiares mejoran. Hay más paz, más concordia, más sindéresis. Que eso nos motive e ilumine. Es mi deseo de hoy, ayer y siempre. Que la próxima Era de Luz (a menos que venga una distorsión astrofísica) tome en consideración un calendario solilunar de 364 días fijos, más uno divino y extraordinario, para un total de 365 días, con meses siempre de 28 días, algo en lo que creo desde que vi en Ginebra, en 1962, cuán importante e influyente es la Luna, nuestra progenitora, y luego en New Delhi, cuando supe cuán significativa sigue siendo allá la Luna por ser un país tan tradicionalista que considera el horóscopo lunar tan crucial como el natal o radical. Por último, en muchos países seguimos llamando y caracterizando al dinero y el capital como “plata”, “cobre” o “morocotas de oro” y no tanto “papeles” que se los lleva el viento, se mojan y se pierden, y que hasta se pueden falsificar y corromper. En el mundo de los metales y su conversión en riqueza y poder brilla la noche y la Luna y no hay forma de ignorar el alcance de sus rayos y luces oscilantes. Por algo será. Esta costumbre nos viene de la Noche de los Tiempos y nos la enseñaron gaseosos, metalúrgicos y siderúrgicos Maestros de las Estrellas que se acoplaron genética, erótica, social y materialmente a nuestra realidad. Incluso las comunicaciones inalámbricas mejoran de noche. ¿Casualidad? Ni hablar, es por el arte del abracadabra.















Las Fases de la Luna. Aquí se ven solamente 7 pero en verdad son 9. El mes comienza cuando se nota el primer filito semicircular emergiendo de la oscuridad por el Este (Primer Creciente de la Luna Nueva). Dane Rudhyar computó sólo 8 Fases. A cada una le dio una característica precisa y ajustada a derecho y rango.

Crédito:

http://elmonasterio.org/escritos/2006/07/25/de-calendarios-solares-y-lunares-y-otras-programaciones-culturales


En varias de las Entradas de este Andrés Boulton Cosmic Takra Blog he escrito en reiteradas ocasiones sobre los próximos Cambios en la Tierra en su etapa más o muy crítica y severa pues ya los cambios comenzaron, se han acentuado y seguirán intensificándose. No puedo permanecer inmóvil porque el maestro se enfadaría con justa razón: cruzarse de brazos sería una vergüenza. La película 2012 da idea de que ya el problema cataclísmico debe ser tomado en cuenta seriamente por las masas y no sólo por un grupito de intelectuales avisados y bien intencionados, charlatanes o nihilistas. El tema apocalíptico vale mucho para mí y no es de ahora que mi atención, preocupación y a veces, lo reconozco, angustia y desesperación. Como he dicho, mi atención sobre el problema arrancó en 1962 mientras me iniciaba y despertaba violenta y abruptamente al ingresar y huir de la Universidad de Harvard y ser enviado a la Clínica de Reposo de Prangins, por lo que daré a mis padres las gracias eternamente pues allá, en medio de penas y contracciones, entre neuróticos, psicóticos, neurasténicos, esquizofrénicos, maníaco-depresivos, psicópatas y medio locos me vi forzado a disciplinarme, hacer de tripas corazón y abrirme campo en el terreno de las grandes incertidumbres y peligros de la vida moderna que ya comenzaba a investigar a fondo. Han pasado 47 años desde entonces (1962+47=2009) y el mundo, en vísperas de la reunión en Copenhague sobre el calentamiento global, la contaminación, la escasez de agua potable, la sobrepoblación y la intranquilidad económica y financiera de los pueblos pareciera darme la razón, así como a los científicos, profetas y visionarios que en los '30, ’40, ’50 y ’60 comenzaban a ver con gran preocupación el futuro de la Humanidad y el planeta. Eran iluminados, clarividentes y futuristas, como Edgar Cayce, quien antes de la Segunda Guerra Mundial estuvo dándonos señales de alarma, el historiador alemán Oswald Spengler, el escritor Henry Miller, el pintor Pablo Picasso, que por medio del arte vio lo desfigurado y horrible que podría devenir el humano próximamente, amén de actores y cineastas como Charles Chaplin, Orson Wells, Fritz Lang y Michelangelo Antonioni. Muchos espíritus avanzados y humanistas nos han advertido, gritado, llamado a botón. ¿Tomaremos conciencia, antes de que sea demasiado tarde? ¿O presenciaremos un holocausto mundial por nuestra indiferencia?


Máquina de vapor Watt. Máquina de vapor situada en el vestíbulo de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de la UPM (Madrid).

Crédito: http://es.wikipedia.org/wiki/Revolución_Industrial


No he visto aún la película 2012 pero conozco parte de las fuentes que consultó el director y llevaron a cabo quienes escribieron el guión y financiaron el proyecto. Lo cierto es que hasta ahora gran parte de la población del mundo ignora o no toma todavía muy en serio lo que acontecerá. No será el Fin del Mundo aunque sí será el fin de un mundo y el fin vendrá por etapas, en algunos momentos será tan calamitoso y rápido que no habrá mucho tiempo para prepararse y en otros momentos los destrozos serán anunciados por meteoros de varios tipos, irregularidades o anomalías climáticas, atmosféricas y biosféricas, patrones de conducta inesperados de animales, cambios en los campos magnéticos en y alrededor del planeta como en el sol, además de alteraciones en la psicología y mentalidad de la gente que serán difíciles de comprender y aceptar como de controlar y evitar. Pero cuando una civilización ha sido cambiada tan bruscamente como la nuestra, que en cuestión de pocos siglos (a partir del redescubrimiento de Urano en 1781 y del hallazgo de la Nebulosa de la Aguja, NGC 4565, en 1785, por el astrónomo inglés William Herschel con un telescopio construido por él mismo) ha visto tantas situaciones nuevas en todos los terrenos que han ido modificando tanto su nivel de vida, es inevitable que no se esté frente a una implosión en la Tierra y una explosión en el Sol, en la magnetósfera, la biósfera, la atmósfera y las otras capas esféricas en el sistema solar nuestro. Los próximos Cambios en la Tierra son inevitables: la Humanidad necesita ser depurada y regenerada vibratoriamente pues viene en camino un cambio pránico, fotónico, iónico, frecuencial (pónganle todos los nombres científicos que quieran) justamente para que la mente y psiquis del Inconsciente Colectivo estén a la par de los nuevos inventos y del gran caudal de información que nos está llegando desde los confines del cosmos. No hay que perder de vista que nuestras anatomías, cerebros y corazones deberán ser ajustados. Igualmente, la Tierra deberá ajustarse a un ritmo y melodía novedosos. Los seres humanos van a tener que cambiar conscientemente muchos hábitos, normas y patrones de conducta porque están siendo influenciados sutil y vibratoriamente por tantos inventos ingeniosos, sofisticados y refinados que ya, a partir de la primera y segunda Revoluciones Industriales, un período extraordinario que va de 1781 a 1914, han modificado sustancial, masiva y definitivamente la Sociedad y nos han lanzado a la globalización. El mensaje subliminal es elocuente y único: todos juntos, ricos y pobres, cultos y analfabetas, buenos y malos, inteligentes o imbéciles, vivos y muertos, cual una sola raza deberemos pasar esta transición e ir de la oscuridad a la luz, de la Era de Piscis-Virgo a la Era de Acuario-Leo. No hay marcha atrás. Es ahora o nunca y aunque esto no lo entienda una parte de la Humanidad, no importa. Lo que será, será.


Boulton & Watt and Herschel, too. The Lunar Society of Birmingham. Fue precisamente Matthew Boulton Piers (1728-1809), oriundo de Birmingham, uno de mis antepasados ingleses, un distinguido y extraordinario manufacturero, industrial, diseñador, un genial entrepreneur y comerciante sensible y expansivo, quien supo del ingeniero y matemático escocés, James Watt (1736-1819), lo llamó, rescató con su dinero de la insolvencia, apoyó su invención de la máquina de vapor, se asoció con él y juntos fundaron la empresa Boulton & Watt, que fabricaría cerca de 450 máquinas de vapor que gradualmente revolucionarían la industria inglesa y luego la norteamericana, francesa, india, etc, por donde pasaría un tren de/a vapor o barco de/a vapor, y últimadamente el primer automóvil de/a vapor. Ellos dos y otros, en la segunda mitad del siglo XVIII lanzaron la primera Revolución Industrial que cambiaría la faz de la Tierra. Watt logró construir la primera máquina de/a vapor en 1774 y gracias a Boulton patentó su invento en 1784 -¡tres años justo tras el avistamiento de Urano y un año antes del de NGC 4565! por su hermano filosófico, el astrónomo William Herschel-, aunque Watt ya tenía como 10 años que había comenzado a trabajar en el “motor de combustión externa que pudiera transformar la energía térmica de una cantidad de vapor de agua en energía mecánica”, que sigue siendo el principio utilizado en las centrales hidroeléctricas y termoeléctricas, la energía geotérmica y la geotermoelectricidad. La fecha de 1781, que disparó la carrera hacia el Modernismo, me parece justa, ajustada a derecho. Nada se mueve en la Tierra si el Cielo no lo señala y precisa. Por eso llegó Urano, el revolucionario, a la mesa nuestra.


Watt no fue el primer en pensar en este tipo de energía a base de vapor y calor. Ya en tiempos de los romanos (y seguramente en tiempos de la Atlántida, mucho antes de 12.000 años atrás) y en la última fase del Renacimiento varios hombres ingeniosos experimentaron con la idea pero le tocó finalmente el honor a James Watt ser el padre de la criatura y contar con un generoso financiamiento externo (Nikola Tesla también debió contar con apoyo financiero externo, el via crucis de investigadores, científicos, artistas, inventores y genios en general). De paso Watt dio a luz o prestó su apellido al vatio, o watt, en inglés, la unidad de potencia del Sistema Internacional de Unidades, empleado en todas partes, pues la potencia eléctrica de los aparatos eléctricos se sigue expresando y resumiendo en vatios, kilovatios y megavatios. Hoy día todos hemos podido comprobar y disfrutar qué es y para qué sirve un bombillo de 60, 100, 200 o más vatios y cuán lamentable es cuando una planta eléctrica deja de enviar electricidad y resulta un apagón dañando nuestros artefactos de línea blanca. Le debemos mucho de nuestro confort y día a día a este genial ingeniero y matemático y a su también genial empresario y líder. ¡Cómo vuela el mundo! Con el tiempo el invento entró en el medio de los textiles, los transportes, las vías de comunicación, el comercio de importación y exportación, en la vida política y el colonialismo por parte de la primeras potencias en ese entonces. En conclusión, la Era Moderna fue una genial coincidencia que agrupó, liberó y potenció geopolítica, filosófica, científica, comercial y socialmente a la gente. De un modo simultáneo surgieron las Revoluciones Estadounidense y Francesa que cambiaron al planeta a pesar de guerras, matanzas y desastres y empujaron a la Sociedad a surcar nuevos derroteros que aún nos están desafiando. Así que quienes no creen en la influencia de los astros están pifiando. Todo en el universo se comunica con todo, todo es interdependiente, todo fluye y refluye, va y viene, sube y baja, crece y decrece, todo es marea y lunar, sol y sincronía, correlación, unión e integración entre lo macro y lo micro, lo denso y sutil, lo grande y pequeño, lo invisible y visible, lo expansivo y retraído, lo masculino y femenino. Todo debe estudiarse, repasarse y practicarse, si es útil. El gran psicoanalista suizo Carl Gustav Jung, estudió a fondo el fenómeno sincrónico y la complementación entre pares opuestos. ¿Por qué no haríamos igual nosotros y nosotras? Todo tiene vida y espíritu. Basta prestar atención. Dios no hace nada a la loca o superficialmente. Él-Ella es el Gran Espíritu o Gitchi Manitou.
































Ilustres integrantes de la Lunar Circle and Lunar Society of Birmingham (Círculo y Sociedad de la Luna de Birmingham). A la izquierda, Matthew Boulton. En el centro, James Watt. A la derecha, William Herschel.






Watt, Boulton y Herschel, pertenecieron a la Lunar Society [of Birmingham] que se reunía hasta entrada la noche en cada luna llena por razones de seguridad, y era seguramente una logia filosófica y de discusión intelectual irregular con propósitos mixtos muy frecuentada y apreciada por industriales, intelectuales, inventores, médicos, teólogos, políticos y filósofos naturalistas de muchas partes, entre los cuales se cuentan a Benjamin Franklin, William Small, Joseph Priestley, Josiah Wedgewood, John Whitehurst, William Small, John Roebuck, John Michell, etc. La Sociedad comenzó a constituirse entre 1757-1758 a raíz y por intermedio de la amistad, gustos en común y los conocidos de Matthew Boulton y Erasmus Darwin, médico, filósofo naturalista, abolicionista y poeta. Éste último tuvo como nieto al mundialmente famoso naturalista Charles Robert Darwin (1809-1890) y tataranieto al refinado compositor Ralph Vaughan William. La Sociedad de la Luna fue muy activa hasta 1791 pero luego de la muerte de Boulton, su líder y organizador desde los inicios, declinó aunque siguió notándose hasta 1813. Sus miembros eran bastante modernos, librepensadores, ingeniosos, inventivos, curiosos, eclécticos, y estaban en contra de la esclavitud. Sus ideas interesaron mucho y formaron a Benjamin Franklin y Thomas Jefferson en Norteamérica. Entre Franklin y Boulton hubo mucho intercambio y cruce de ideas, inventos, experimentos y cartas, hasta se juntaron para realizar experimentos científicos, pues Boulton era un hombre muy abierto, talentoso, arrojado, además de rico, y era un apasionado de la ciencia experimental. Soho House, Soho Manufactory, Soho Mint, su residencia, fábrica y finca, fueron el centro de la Sociedad Lunar durante bastante tiempo y de la actividad social y filosófica de Birmingham y la región de los West Midlands. La influencia de la Sociedad de la Luna de Birmingham llegó hasta Norteamérica y Francia y obtuvo mucha resonancia y sus nexos con la masonería inglesa, norteamericana, francesa y alemana y otras agrupaciones filosóficas son indudables. Sus ideas e investigaciones en los campos de la astronomía, astrofísica, electricidad, medicina, geología, meteorología, fotografía, platería, acuñación de monedas, textiles, ciencias naturales, industria y manufactura revolucionaron las costumbres de la Sociedad ya que entre sus miembros hubo no sólo cuatro grandes y futuristas inventores, investigadores y experimentadores, como son James Watt, William Herschel, Matthew Boulton y Erasmus Darwin, sino otros más en Europa y fuera. En 1785, Matthew Boulton fue electro miembro (Fellow) de la Royal Society of London, que fue una gran idea y proyecto que pusieron en práctica varios hermanos rosacruces y protomasones de gran calibre en el año 1660, a Dios gracias, en tiempos del rey Carlos II de Inglaterra. La Sociedad ha servido para promover la ciencia, la invención, la investigación y la experimentación a gran escala y sin ataduras del saber. Sus miembros no solamente son ingleses sino que pueden ser también de otras nacionalidades.















Soho House. La célebre casa de Matthew Boulton, donde la librepensadora y fructífera Sociedad de la Luna (primero Círculo de la Luna) celebraba sus reuniones con el propósito de exponer, intercambiar y discutir ideas y proyectos sobre varios temas. Allá llegó uno de los Padres Fundadores de los nuevos Estados Unidos de Norteamérica, el polémico embajador, inventor, idealista y Venerable Maestro Masón, Dr. Benjamin Franklin, entre muchos invitados. La antigua residencia es ahora un museo abierto al público. ¡Qué bueno que la ciudad de Birmingham no olvida a sus hijos e hijas ilustres!