jueves, 23 de julio de 2009

Rey Búfalo Ciervo de Plata de las Montañas Rocallosas

Ciervo o Bull Elk de las Montañas Rocosas de los Estados Unidos. Cervus canadensis. Foto Mongo. 2006.

A mis amigos y amigas que se ufanan de defender tal o cual doctrina o creencia

Todos los días del año han sido, son y serán comienzos de año. Si fueramos a juntar todas las religiones, movimientos, sectas, credos y doctrinas religiosas, totalitarias, monárquicas, dinásticas y comunistoides, etc, etc, que han habido desde que el mundo es mundo, que tienen, observan y celebran fechas supuestamente claves, sacras y mágicas sobre basamentos supuestamente científicos, históricos, morales o espirituales, hallaríamos que todos los meses del año han sido, son todavía o serán (no veo porqué no, de continuar nuestra manera parcializada o arbitraria de ser) un año nuevo para un grupo u otro de humanos a lo largo y ancho del planeta. Esto me lleva a pensar que, si conociéramos milimétricamente toda nuestra Protohistoria, Prehistoria e Historia, además de haber documentado todos los equinoccios, solsticios, novilunios, plenilunios, eclipses, alineaciones, y otras fuertes fechas astronómicas universales, podría considerarse sin exageración que TODOS LOS DIAS DEL AÑO SON IGUALMENTE IMPORTANTES EN UN MOMENTO DADO porque todos están relacionados de un modo u otro con el Sol astrónomico y simbólico durante tantos millones y millones de años de tantísimos macrociclos, ciclos y subciclos, ¿y quién, qué sabio, shamán, alto sacerdote o vate, puede decir con absoluta infalibilidad qué un día no ha sido tocado por la Mano de Dios, qué un día no está relacionado y combinado con tal y cual ciclo, suceso cósmico, Espíritu del Cielo? ¡Nadie, sino un loco puede estar tan desquiciado y obnubilado como para decir que cada parcela del Cielo no es parte del tejido de la sangre de Wakan-Tanka, Huracán, Ptah! Nuestro calendario civil y/o místico tiene como centro al Sol y por consiguiente todos los días del año pueden considerarse como efectos de su posición, reflejo, energía, acción y actividad. Es un craso error o una vana ilusión considerar que un día es obligatoriamente más importante o clave que otro aunque todos los sistemas solares de una galaxia giren y sincronicen sus movimientos en torno a un sol nada más (algo absolutamente imposible). Tan sólo puede hablarse de un tipo, un matiz, una calidad, un acento, una declinación, una variable de la relación anual o cíclica con o desde el Sol. Entonces cuando una religión, movimiento o sistema filosófico declara que una fecha en particular significa el comienzo o el fin del año está pecando de subjetividad, intransigencia, dogmatismo, fanatismo y exageración. Esto no tiene nada de cierto, es pura y simplemente una opinión subjetiva y falible. A lo máximo se puede decir que para esa religión, secta, estudio o sistema filosófico, dirigido siempre por una casta intelectual y sacerdotal, para ese grupo de personas adicto a una enseñanza o doctrina en particular, tal o cual fecha es fundamental, capital y clave, porque así lo estipuló en un pasado un líder fundamental o un conciliábulo ideológico y cerrado de mayores y notables. Pero, si fueramos a ver las cosas de un modo más racional, universal, libre, holístico o integral, veríamos que nuestro centro, inicio o punto de apoyo y referencia, no puede ser solamente el Sol rebajado a nuestra propia escala microcósmica sino el Sol elevado a una escala realmente celestial y espiritual o macrocósmica. ¿Qué sería lo ideal, lo propio y lo aconsejado? Pues deberíamos hacer de cada día de nuestra vida un aniversario más, una celebración más, un fin y un comienzo más, una renovación y una resurección más del Sol en nuestro ser interior, y así hasta el infinito. Y quizás cuando entendamos esto se acabarán TODAS las religiones, sectas, grupos, movimientos, cábalas, ideologías, parcialidades, que hacen de lo místico, sagrado y religioso su exclusivo y arbitrario pan de todos los días y amaneceres. Entonces la Humanidad en la Tierra comprenderá y constatará que además de relacionarnos calendárica, astronómica, psicoanalítica, matemática, civil, histórica, psicomental y emocionalmente con algunas fechas en particular y por encima de otras también estamos conectados con otros puntos en el cielo que están no solamente en nuestro sistema solar (nuestro Sol) sino más allá de él, en la Vía Láctea, más allá de ella también, en el infinito, el seno divino. Cuando eso se entienda tendremos una visión universal y panteísta de las cosas, más ecuánime y democrática, cada día y cada noche serán honradas y veneradas, cada momento será un aniversario, una conmemoración más, una alianza más, no estaremos sujetos ni atados a unas fechas más determinantes y ajustadas que otras porque todos los segundos de la vida son importantes y están interrrelacionados con otros en este mundo y en los demás mundos de esta dimensión y de otras. O sea, seremos libres y verdaderamente científicos, y estaríamos celebrando la marcha de los Cielos, cuando entendamos que el Tiempo de la 3D es apenas un retoño, un derivado, un desvío de la Atemporalidad.

Para resumir, creo pues en la santidad del segundo, del minuto, de la hora, del año y del ciclo, etc. Creo en la absoluta magnificencia y maravilla de los meses, sean 12 ó 13, en las frecuencias 13:20 y 12:60 juntas y amalgamadas alquímicamente más allá de las luchas intestinales, pues las he estudiada ambas y pienso que la Magna Frecuencia Megasolar a la que vamos a entrar próximamente será una especie de Charanga Sonera Mayor e Inaudita, creo que todas las creencias son imperfectas, que todos los cómputos son imperfectos e incompletos, que todas las predicciones y profecías son imperfectas, incompletas y sujetas a revisiones, mutaciones y transmutaciones, que ningun pensamiento, ninguna idea, ninguna visión tiene la potestad y puede englobar absolutamente la genial fantástica sabiduría del Ser Supremo de las Galaxias Unidas, Interconectadas, Interactivas e Interdependientes, para poder conocer pa’tras y pa’lante Sus silencios, Sus sorpresas, Sus enigmas, Sus prodigios y maravillas, Sus reglas y excepciones, pues todas son producto de los egos y están corruptas y todas dejan de incluir o descartar algo porque como son egoicas tratan de imponer sus ideas y principios tarde o temprano, a machetazos, a fuego y plomo, o sibilinamente, con astucia artera, picardía y embustes.

Para mí el Año Nuevo y el Origen están aquí, son ahora, son reales, están desnudos de bola, están requetevivos, y no necesitan de ensalmes, rituales, sahumerios y abluciones, y para mí el propósito y la tarea es darse cuenta de ello lo más posible, lo más temprano posible. Sólo así no estaremos en sueño y pifiando o hablando bolserías. Así que, para ir al grano, para este servidor el Año Maya no comienza el 26 de julio sino un día de todos los días, una noche de todas las noches, un rayo de luz de todos los rayos de luz cósmica, porque no pienso ni estoy atado a un eje en particular, a una visión en partícular, a un Año Cero en particular, por más iluminado, sobrenatural y extraordinario que sea, pues creo que los mensajeros, los profetas, los santos y los místicos se deben a la Gran Eterna Incandescencia Que No Necesita De Ejemplos y De Referencias En Particular. Revoloteo alrededor de Dios y para Dios todos los días son TODO EL DIAL. ¡Que Âtén os dé paz, alegría y salud!

¡Todos los días del año son claves y onomásticos! ¡Todos los días resurge el Alba y el Sol se coge a la Tierra y la preña por completo! ¡Y nuestro Ser Interior se hace Uno con el Ser del Firmamento y cuando llega la hora del Ocaso se encoje y se anida de nuevo cual huevo en cáscara! ¡Esto hay que celebrarlo todos los santos días del Año Solar! ¡Entonces cómo no puedo dejar de afirmar que celebro un Año Nuevo los 365 días del Año! ¡Yo soy mi propio calendario sagrado, solilunar y cósmico, y no sacrifico a nadie; al contrario, ofrezco mi alma, espíritu y carne a Dios, quien me recibe con los brazos abiertos, me bendice y besa, y me sublima! ¡Qué esperan todos y todas ustedes para que les pase igual y se liberen de sus atroces densidades y mortalidades!

¡Viva el Rey Búfalo Ciervo de Plata de las Montañas Rocallosas! ¡Que su poderoso bramido resuene a lo lejos y tiemblen de placer y consideración las hojas de los pinos y las aguas de los ríos! ¡Que los valles se cubran de arcoiris y escarcha multicolor! ¡Que viva la luz esplendente y el Resplandor del Trueno! ¡Que se cumplan las promesas y los vaticinios aunque quieran matar al ciervo y su gacela prístina! ¡Que se paralicen los súcubos y queden sepultados para siempre los demonios repletos de ira, envidia y odio! ¡Mene thecel pharés!

Hoy, Caracas, adiós a los eclipses como a las indigestiones, jueves 23 de Julius del 2009