jueves, 1 de enero de 2009

Charla de Arkaúm del 31-12-2008


Esta charla de Arkaúm y sus amigos peregrinos por Bolivia y el Perú, partiendo de Caracas en autobús y carro y varios otros medios de transporte, nos hace recordar los viajes del antropólogo esoterista francés Marcel Homet y los del sabio filósofo Conde Hermann Keyserling. El continente americano sigue siendo un emporio de viejísimas tradiciones y verdades secretas que aún pueden despertar e iluminar a quienes se rebelan contra los automatismos de nuestra cultura semicivilizada y bárbara que pugna por evolucionar y abrir un Tercer Frente, una Tercera Fuerza.

Muchos viajeros, en Perú y Bolivia, realizamos una peregrinación que nos lleva, desde un punto de vista puramente arqueológico, al orígen de la civilización americana pre-colombina. Se trata para el visitante desprevenido sólo de visitar las ruinas del incario y del pre-incario, destruídos por el imperio español y por la iglesia romana, en un principio y, después, por el dios-dinero. Me refiero al saqueo de los conquistadores que se llevaron el oro y la plata del Perú y de Bolivia y de la iglesia de Roma que, en su afán de "convertir" a los indios destruyó la tradición originaria del planeta. Hoy, por el negocio turístico desenfrenado.

Lo cierto es que podemos considerar a Tihuanaku como el origen de la tradición de los Inkas y a la Isla del Sol, como punto de partida del incario ya que, desde allí, salieron Mama Ocllo y Manco Capac para fundar el imperio más extenso de la América pre-colombina. Como ya lo expliqué en la charla anterior, Tihuanaku sería el punto de partida de la tradición originaria de América y quizás del planeta, ya que muchos estudiosos afirman que el origen de estos monumentos y su escala de los gigantes, se pierde en la noche de los tiempos y que, muy probablemente, el origen del templo de Kalasasaya y del resto del complejo arqueológico de Tihuanaku, se remontaría, no sólo a la era predilúvica de la supuesta tradición atlante, sino muy anterior al diluvio, quizás al origen de la remota tierra de Mu. Este lugar, con sus megalitos sería testigo mudo del origen de lo humano en el planeta. Aunque es posible que existan por todo el mundo otros monumentos tan antiguos, me refiero a las piedras de Marcahuasi, los magalitos de Fontainebleu, en Francia, e inclusive, supuestos restos de templos olvidados en la cordillera de la costa venezolana, en el altiplano boliviano y peruano, a la orilla del Titicaca, tenemos esos testigos mudos de la antiguedad más remota. Debo aclararles que sólo se ha excavado, quizás, un 10% de los restos de Tihuanaku y que, prácticamente, no se ha incursionado en las profundidades del lago en donde la tradición de los indios de la isla del Sol, afirma que existe una metrópolis hundida, protegida por unos sapos enormes que son sus guardianes silenciosos. El lago llega a tener profundidades que sobrepasan los trescientos metros.

La isla del Sol, por su parte, es un misterio energético. Situada en medio del lago, está habitada por seres de un nivel de despertar extraordinario. Me refiero al contenido humano de sus habitantes. Por contenido humano me refiero a su capacidad para retener su conciencia dentro de su cuerpo. Muchas veces he dicho que no podemos llevar nuestro cuerpo donde está nuestra conciencia, ésta puede proyectarse al pasado, al futuro y en el espacio, mientras esto ocurre, nuestro cuerpo, el continente natural de la conciencia, se encuentra vacío, a merced de toda clase de energías usurpadoras e inconscientes. Cuando la conciencia se manifiesta en el cuerpo, este continente se llena de contenido humano, ya que lo único humano en nosotros es la conciencia. El tono vibratorio de la isla es verdaderamente atípico. Quizás esto se debe a ese contenido interno que sus humildes habitantes impregnan en este lugar. Mientrás dormía en la isla, desperté, a eso de las tres de la mañana, en un estado de alerta incomprensible. Tenía la sensación de que estaba durmiendo bajo un cable de alta tensión. Mi cerebro estaba acelerado y podía sentir la elevadísima vibración del lugar. Los niños de Isla del Sol son particularmente despiertos. En sus ojos, podemos descubrir al ser dentro del cuerpo físico. En realidad, en eso se basa la espiritualidad. Un ser es espiritual cuando su conciencia superior se manifiesta en su cuerpo físico. Otra tradición que mantienen los habitantes de la isla es que los Inkas todavía existen. Que viven en el interior de la Isla, en cavernas a las cuales se tiene acceso por grandes escalinatas ocultas en lugares secretos. Que estas escalas bajarían hasta grandes profundidades en el interior de la tierra y que algunos saldrían a la superficie cada cierto tiempo poara impartir enseñanza.

Los niños despiertos de la Isla del Sol, contrastan con los habitantes del Cusco, antigua capital del incario, saqueada materialmente por España y espiritualmente por la iglesia católica y el turismo desenfrenado. La búsqueda de la riqueza material y la explotación del turismo fue socavando el contenido espiritual de la mayoría de los habitantes de la antigua joya de los incas hasta convertirla en lo que es hoy, un despojo espiritual de la humanidad. Las callles del Cusco me recordaron el callejón de la puñalada caraqueña de los años setentas. Al frente de los prostíbulos, se paraban las rameras y te interceptaban para ofrecerte sus favores. Así, esos prostíbulos turísticos te interceptan en Cusco para ofrecerte toda clase de paquetes para subir a Machu Picchu. Sus costos elevados varían, pero existe un monopolio de las agencias de viajes y del tren, concesionado a los ingleses, que te lleva hasta la ciudad sagrada del Inti Watana. Los ingleses pretenden que, la única manera para llegar a Machu Picchu, sea por medio de su tren. Ni siquiera, se han dignado hacer una vía pedestre al lado de la línea para que los que no tengan recursos, puedan visitar uno de los lugares de peregrinaje planetario espiritual más importantes. En todo caso, se puede llegar hasta Ollantay Tambo y, desde allí, contratar algún vehículo hasta la planta eléctrica o caminar, durante varios días, hasta interceptar la línea férrea. Les aconsejo visitar Machu Picchu de esta manera. Si se va en vehículo hasta la planta eléctrica, se trata de un viaje de tres horas a pie. Allí se encontrará, al contrario que en las calles del Cusco, con los verdaderos peregrinos. Es la caminata de la felicidad y del amor. En medio de una naturaleza extraordinaria se "asciende" en el mejor sentido, hacia la ciudad sagrada. Por cierto que se construyó un puente para acceder en auto hasta la planta y parece que un tribunal de Lima dictó sentencia para que se destruyera el puente y proteger el monopolio de los ingleses. Las comunidades parecen afirmar que, si se cumple esa órden, ellos levantarán la línea férrea.

Una vez en Machu Picchu, vale la pena apartarse un poco y meditar. La imaginación consciente es la cuarta dimensión. Desde el interior de nuestro cuerpo físico podemos percibir la tradición de los Hijos del Sol. Incorporar esa fuerza solar por medio del elemento aire al respirar y, después, ascender hasta el Inti Watana, la piedra donde está amarrado el sol. Ese extraño talismán que se ha convertido en el hito de los peregrinos del mundo que vienen a conocer, aunque muchos inconscientemente, la fuerza del imperio del espíritu solar.

Por cierto que, la corrupción y profanación de este lugar sagrado, llegó a su cúspide cuando fue utilizado como símbolo en un comercial de cerveza y rompieron una de sus aristas con la grúa. El materialismo y el dinero como fin de la vida, ese dios que todo lo pervierte y corrompe, se llevó su trofeo al dañar ese hito de la tradición originaria.

Pero ¿qué es el Inti Watana?

Desde un punto de vista esotérico el Inti Watana es un gigantesco talismán. Como había dicho en la charla anterior, la conciencia no sólo es susceptible de manifestarse en un antropoide humanoide, puede manifestarse o impregnarse en otros seres. Se dice que no es muy positivo impregnar demasiado a nuestras mascotas que terminan pareciéndose a nosotros, pues podrían reencarnar en humanos. La conciencia puede encarnar en piedras o en otros objetos convirtiéndolos en verdaderos talismanes con poder para cambiar y transmutar las energías asenciales. La cámara Kirlian, hace ya bastantes años, sirvió para determinar cuáles eran los verdaderos talismanes. El Inti Watana de Machu Picchu, como la piedra del Sol en Tihuanaku, son talismanes, conservadores y purificadores de la energía salutífera y supra-consciente del sol. Lo cierto es que, si se desea guardar intacto su poder, las autoridades, en lugar de centrarse en cobrar por la entrada a estos lugares sagrados, deben impedir que los visitantes continúen magnetizando estas piedras con sus energías primitivas y animales. Deben obligar a los visitantes a mantener cierta distancia de los talismanes y aproximarse a los mismos conscientemente. Los materialistas pensarán que esto que digo es una necedad. Les recuerdo que, en un átomo, sólo la milmillonésima parte de sus parículas tienen masa. Es decir, el mundo visible es sólo una milmillónésima parte del mundo de la existencia compuesta por los fotones que no tienen masa. El peregrinaje a Machu Picchu bien vale la pena.