martes, 24 de noviembre de 2009

El Aristotélico Ofiuco, Preceptor y Salvador de la Platónica Celeste Berenice

Detalle iniciático de la Escuela de Atenas. Fresco encomendado por el Papa Julio II y realizado por el gran Raffaello Sanzio (1483-1520)

circa 1509-1511. El gran Platón a la izquierda, sosteniendo el tomo del Timeo, con el gran Aristóteles a la derecha,

portando el tomo de la Ética a Nicómaco. Museos Vaticanos. Ciudad del Vaticano. Roma.


reconducido de la entrada del martes 4 de agosto de 2009 (olvidado y suspendido por razones metafísicas)


"El sabio no dice nunca todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice."

"El alma es aquello por lo que vivimos, sentimos y pensamos."

"El hombre más poderoso es aquel que es totalmente dueño de sí mismo."

"En las adversidades sale a la luz la virtud."

"El amor sólo se da entre personas virtuosas."

"La verdadera felicidad consiste en hacer el bien."

"La virtud es una disposición voluntaria adquirida, que consiste en un término medio entre dos extremos malos, el uno por exceso y el otro por defecto."

"La virtud está en el punto medio entre dos extremos viciosos."

"La virtud es una disposición adquirida de la voluntad, consiste en un término medio relativo a nosotros según lo determinaría el hombre prudente."

"La virtud resplandece en las desgracias."

"Las ciencias tienen las raíces amargas, pero muy dulces los frutos."

"Llamamos, pues, cielo en un sentido a la entidad del orbe extremo del universo, o al cuerpo natural que se halla en el orbe extremo del universo: solemos, en efecto, llamar cielo a la extremidad del universo y a lo más alto, donde decimos también que reside toda divinidad."

"Dado, pues, que el cielo es sensible, habría de ser una de las cosas individuales: pues vimos que todo lo sensible se da en combinación con la materia."

"Lo mejor es salir de la vida como de una fiesta, ni sediento ni bebido."

"Lo que tenemos que aprender lo aprendemos haciendo."

"Somos lo que hacemos día a día; de modo que la excelencia no es un acto, sino un hábito."

"La educación es un ornamento en la prosperidad y un refugio en la adversidad."

"Si los ciudadanos practicasen entre sí la amistad, no tendrían necesidad de la justicia."

"Solamente haciendo el bien se puede realmente ser feliz."

"Sólo hay felicidad donde hay virtud y esfuerzo serio, pues la vida no es un juego."

"Fuera de la sociedad, el hombre es una bestia o un dios."


Aristóteles de Estagira (384-322 a. de C.), filósofo, físico, preceptor y maestro de Alejandro Magno.


La Scuola di Atene. Bajo la Bóveda Armilar. Fresco de Raffaello Sanzio. 1509-1511. Museos Vaticanos. Roma.


Los Chorros de la Sabiduría no se pueden extinguir. No siempre se llegan a beber las nacientes, manantiales, fuentes y arroyos milagrosos cargados de iones regeneradores temprano en la vida como debiera ser. Ni en la cuna, el hogar primario, el liceo o las instituciones académicas a las que asistí en Venezuela, Brasil, Francia, Suiza y Estados Unidos de Norteamérica me topé con uno de estos legendarios sabios, rinpochés o mahâtülkus. Me pasó con Aristóteles, de quien había oído hablar por supuesto, pero al que jamás, por re o por fa, hasta ayer 19 de noviembre del 2009, me había tocado conocer, cosa que hice in profundis como acostumbro. Ayer, en medio de reventones sacromágicos, durísimos y piroclásticos, volví a encontrarme con el maestro Aristóteles y quedé impresionado por sus sabias metáforas y aforismos que hallé en Safari, convertida en una enciclopedia aristotélica, a la vez pitagórica, heraclitana, socrática, platónica, plotina, spengleriana, faureana (Élie Faure) en cuestión de segundos. Jamás en todos estos años de intensa búsqueda espiritual se me pasó por la cabeza o me tocó tener que leer y escuchar al sabio maestro, unos porque lo consideraban muy por debajo de Platón, su gurú, y otros porque tuvo conceptos muy errados sobre Astronomía que influenciaron negativamente la cultura occidental hasta el Renacimiento. Pero no importa esto último porque anoche al acostarme me puse a pensar y creo que lo que el maestro quería decir era que así como somos una parte de la Tierra, del planeta que gira y orbita sin parar como todo cuerpo celeste, nosotros, en resumen y por esencia, nuestra alma, es el centro, el diámetro y la circunferencia de cuanto es y existe, porque así como la Tierra es nuestra base de exploración y campo de fuerzas electromagnéticas y ritmos oscilatorios, nuestro soporte y a la vez instrumento para relacionarnos con el cosmos, puede afirmarse que en un cierto sentido todo gira y orbita socialmente alrededor de la Tierra y por extensión de nuestra alma, axial, eterna, infinita, omniabarcante, omnisapiente, única, todopoderosa, radiante y divina, por cuanto el alma, nuestro ser, es un segmento del Todo, el Ser Supremo. ¿Quién puede decir a estas alturas que Aristóteles no era práctico y pragmático, tenía los pies en la tierra y las yemas de los dedos en el éter y el prãna? Tras desencarnar su casuística se fue retorciendo y complicando y la sociedad profana creyó que eso significaba que alma y cuerpo y el fuego del espíritu que los anima y da vida eran una misma cosa por entero, género y grado. Esto no era realmente lo que pensaba el maestro para quien el verbo, la palabra, el acto y la acción tenían una importancia capital cuyo legado ayudaré a diseminar más todavía ya que a mi maestro le debo un pocotón. Él me enseñó y educó y hasta el fin de mis días lloré por su ausencia teniéndolo siempre en consideración, respeto y admiración. El maestro cultivó en mí el amor por el conocimiento antes que nada y fue la pólvora que se regó en mi mente para que tratara de unir a Oriente y Occidente (lo traté otra vez más mil años después cuando nací en Francia y fui a las Cruzadas y en Mongolia, de donde salimos hasta Turquía y Rusia) y no pude ir más allá de Babilim, la antigua Babilonia, no muy lejos de mi querida Persépolis donde me sentía tan a gusto. Es cierto que cual Dhul-Qamayn morí en medio de grandes calenturas, alucinaciones y dolores, frustrado por no haber podido cruzar los Himalayas e ido hasta la China soñada, minado y debilitado por los virus y las bacterias de enfermedades tropicales que hoy se curan gracias a Helios-Esculapio-Ofiuco, el ser médico, poético y astronómico de quien es mi padre en la luz de las alturas inconmensurables, envolventes e inspiradoras.


Para entender bien a Aristóteles hay que ubicarlo en el contexto de su época delimitada, encerrada y encadenada por Saturno, un mundo de concreto, basalto, granito y mármol, donde solamente un “dios” o una “diosa”, pudiera vivir en otro mundo o en mundos incognoscibles. Por eso él maestro decía que:


"Digamos ahora, exponiendo primeramente las dificultades que encierra, que no sólo es único el mundo, sino que imposible que se formen varios, además de que es eterno, por ser indestructible e ingenerable." Y también: "Está claro, a la vez, que no existe lugar ni vacío ni tiempo fuera del primer cielo." A lo que Nicolás de Cusa diría: “Dios es todo en el todo y no es sin embargo nada en el todo.”


El mundo que conocía y cientos de miles más con él era único y aparentemente eterno, tenía leyes, normas, códigos, y el medio de armonizarse con este universo estratificado y circundante era por medio de la Razón, la Verdad, el Bien y la Belleza, una Ética Filosofal que él y otros difundieron. Era una cosmovisión religiosa y concreta, ciertamente algo ilusa, sectaria y equivocada a nuestros ojos, aunque pareciera que Aristóteles pensaba también juiciosamente que era limitada porque aceptaba que los dioses podían no ser parte de él. Es sólo ahora que algunos sabemos acerca de la multidimensionalidad, lo fantástico que se pierde de vista y lo increíble pero cierto. Salvo en algunas escuelas de sabiduría y conocimiento, invisibles e inexplicables para la mayoría profana, se sabía que este no era el único mundo, tampoco el mejor; pero este conocimiento era para una élite selecta que arriesgaba su pescuezo (Giordano Bruno murió en la hoguera en 1600 y Tommaso Campanella se salvó de perinola).


El Firmamento se abrió. Sólo cuando el sabio astrónomo alemán-inglés William Herschel (1738-1822), tras estudiar detenidamente con su primer telecopio reflector de 6 pulgadas la Nebulosa de Orión, halló un objeto nuevo en nuestro sistema solar Helios, el ahora llamado planeta Urano, situado más allá del planeta Saturno –al que primero se denominó Giorgius Sidus, luego Herschel y al final Urano, gracias a la insistencia del también famoso hombre de ciencia alemán, Johann Elert Bode, padre de la Ley de Titius-Bode, la cual explica de un modo matemático las posiciones de los planetas en relación al Sol y tumba por completo lo que había establecido, por ejemplo, el gran Aristóteles-, como digo, solamente cuando Urano ingresó en el Inconsciente Colectivo, vía su hallazgo, arrancó la Era Moderna. Además de localizar la famosa, extraordinaria y hermosísima Galaxia de La Aguja (NGC 4565) en la Cabellera de Berenice, una galaxia espiral barrada gigante de 10ma. magnitud, vista de canto, y oigan esto: “perpendicular a nuestra propia Galaxia de la Vía Láctea y situada prácticamente sobre o en el Polo Norte Galáctico (del mismo modo que la estrella Polaris está situada arriba del Polo Norte Terrestre y hace que sea nuestra actual estrella del Polo”, la primera referencia estelar por traslación y retrogradación de los equinoccios). Esto predispone entonces que la Galaxia de La Aguja sea sumamente significativa y trascendental para todos quienes habitamos la Vía Láctea y para quienes entran y salen de la Galaxia, pudiéndose asegurar que NGC 4565 es nada menos que nuestra Antena Parabólica Mayor, una colosal Estrella de Belén para toda la Galaxia que ella señorea dado que se balancea en el Polo Norte Galáctico. Con razón es Coma Berenices una de las fuentes principales del ADN mitocondrial para la Vía Láctea y el Grupo Local. Ella es la Super Eva Mitocondrial Galáctica, a la que me referiré más adelante, que los sabios científicos oriónicos, sirios y úrsidos mayores de Or:: armaron con arte, ciencia y místika y luego codificaron entre barras y luces infrarrojas y ultravioletas. Han pasado millones y millones de años luz desde que se instituyó el Programa llamado UNIX y, como se dice, aún hay tela que cortar, medir, arreglar, para hacer más trajes vistosos, bonitos y espaciales.


¡Jesús lo dijo 2.000 años atrás! Y yo incluyo: "más díficil es para un camello pasar por una aguja en el cielo que para un miserable entrar al Reino de los Cielos."















NGC 4565. La Galaxia de la Aguja. Vista de canto, desde dos ángulos y perspectivas distintas. Su semejanza con un OVNI es pasmosa y explica porqué muchas naves extraterrestres tienen forma de platillo volador con una parte central protuberante y archiluminosa pues el modelo usado es de factura cósmica. Las fotografías fueron realizadas una en Canarias, en Tenerife, por el Observatorio del Teide (Instituto de Astrofísica de Canarias), y la otra desde el Observatorio del Sur de Europa (ESO, European Southern Observatory). La Galaxia de la Aguja está como a 30 millones de años luz de nosotros y su diámetro es aproximadamente de 100.000 años luz. Una gigante por tanto. A fines del 2012 (Era Vulgar, por el desfase de 7 años) el Centro de la Vía Láctea resonará con NGC 4565. Eso es de una importancia capital porque nuestro Sol se alineará con el Ecuador Galáctico y el Centro Galáctico en Sagittarius; en vista de lo cual es inevitable que haya un cambio fenomenal a nivel local y general y que la Galaxia La Aguja nos atraviese con su haz puntiagudo de una potencia incalificable de rayos gamma. Seguro que la Galaxia de la Aguja nos va a “marcar” más de aquí en adelante. Habrán nuevas mitocondrias que nacerán de fuentes extraterrestres. ¡De veras que fenomenal e insólito! AUM.


Otra vista espectacular de la Galaxia Espiral Barrada NGC 4565. Foto tomada en 2005. La esplendorosa y estilizada Galaxia, llamada de la Aguja, fue vista por primera vez en 1785 por el inglés William Herschel. Un descubrimiento profético a mi juicio que, junto con el de Urano, poco antes, podría catalogarse como histórico y trascendental. Dentro de 3 años, en 2012, comenzaremos a notar un crecendo vibratorio-frecuencial previsto y presentido por místicos y artistas inspirados, visionarios e hipersensibles, en el campo de la música, la literatura, el arte pictórico, las artes y las ciencias contemplativas. Los científicos ortodoxos, “normales”, todavía no se dan cuenta de las revelaciones que nos están llegando del espacio exterior y nos sacudirán hasta las entrañas.

Crédito: http://www.eso.org/public/outreach/press-rel/copyright.html


















William Herschel redescubrió a Urano alrededor del 13 de marzo de 1781 al que confundió primero con un cometa. Lo halló en Géminis, los Hermanos Gemelos del Zodíaco. Es curioso que la fecha sea tan significativa. Porque casi 467 años antes murió en la hoguera, frente a la catedral de Nuestra Señora de París, Jacques de Molay, el último Gran Maestre de la Orden de los Caballeros Templarios. Y para mí el redescubrimiento de Urano marcó el renacimiento fenixano del Conocimiento Cósmico, el inicio de una nueva época para la Humanidad. Esto es tan cierto que hubo una sincronización a nivel político, social y moral, que se tradujo en la Revolución Estadounidense como en la Revolución Francesa. La Era Moderna nació entre ruidos de cañones y masacres pero el Cielo no permaneció impertérrito. El mundo aristotélico fue electrocutado pero no por ello murió de un todo. Algunas paredes cayeron, unas rocas fueron quitadas y vueltas polvo, nuevas construcciones y lluvias ácidas se levantaron y cayeron, y hoy hemos aprendido a ver con grandes y novedosos telescopios reflectores y robóticos puestos en satélites artificiales que el mundo tridimensional que conocimos también le esperan importantes mutaciones, transmutaciones y conversiones. Nos dirigimos hacia un mundo cada vez más sutil, fino, gélico o gelatinoso, inteligente, clarividente, eficaz, armónico. Pienso que la sabiduría y la erudición deben adaptarse a los cambios, ser flexibles, elásticas, permeables y holísticas. Aprendí del maestro cuán importante es formar nuestro carácter, templarlo, como se templa el acero y se dinamiza y refina una gota de resina o savia, un extracto de perfume floral. Vivir sin ética es perder el tren de la vida que nos puede llevar a un buen, honorable y prometedor destino. Los delincuentes y pobres de espíritu y de mente hacen todo lo posible porque estalle el tren de la vida hacia la felicidad porque se han dejado acorralar por sus propios fantasmas y torturadores y sólo ansían la autodestrucción, el infierno. La ética nos reconcilia con el fin de nuestros días y reencarnaciones pero si no hay también estética, arte, melodía, el gesto que encanta, ese fin no es agradable a los ojos y oídos de Dios. Ética es elevación y refinamiento emocional y anímico. Aristóteles y Confucio han sido dos filósofos a veces mal juzgados por ser demasiado conservadores, estrictos, severos y canónicos, por apegarse a costumbres y hábitos propias de abejas y hormigas. Esto no es del todo cierto aunque en ciertos momentos sí es necesario que los caballos salvajes entren en razón…para que después corran a su gusto por la pampa. Ellos dos fueron grandes porque humanizaron esta alma torcida, irracional y desorientada en que se convierte a ratos el alma humana, apabullada, maltratada y revuelta por los cambios en la naturaleza del planeta y del cielo, la cual cae en la inconsciencia, se desequilibra y descontrola y pierde contacto con la Razón Suprema e Intuitiva que puede entenderlo todo en un nanosegundo. Evolucionar ha sido tortuoso, como subir una pendiente en zigzag y pasar por un desfiladero abismal. Hoy estamos por llegar a una nueva cima y corona, los resplandores enceguecen y los rayos aterrorizan, la tierra tiembla y los mares están más calientes y embravecidos que nunca porque los polos telúricos y cerebrales y las corrientes oceánicas están tras un nuevo equilibrio e idioma que los interconecte mejor con el vasto universo estelar. Los dolores de cabeza como fogonazos y serruchos gigantes nos aturden momentáneamente y pareciera que siglos de sabiduría y búsqueda de autoconocimiento y autoayuda no puedan sernos útiles en situaciones graves y críticas. No es cierto. Los sabios y las hadas madrinas son parte de nuestro mundo atemporal y mágico y moran en nuestra supermente y podemos contactarlos de imprevisto; pero sí es clave, vital y urgente que veamos como los gatos para quienes la oscuridad no es total y sepamos leer las señales que nos envían vientos, meteoros, tempestades y mares. Seamos como brujos y brujas que saben de corazón que todo tiene vida y propósito, sentido y dirección, todo vibra y palpita, todo se comunica con todo, todo está encompasado y cuadriculado, nada es en vano, nada es inútil, todo lleva una marca. Todo da, enseña y demuestra. Dios habla de millones de modos y eso no lo perciben los imbéciles y los enajenados mentales, algunos sueltos, otros amurallados. La risa, el dolor y la pena ilustran. Las piedras y los vidrios hablan, también las estrellas que nos dan lumbre y nombre. En los megalitos, pergaminos, papeles y ordenadores los hombres han dejado sus huellas y saberes, a nosotros de volverlos inteligibles y orientadores puesto que hemos heredado sus genes y cromosomas. Todo es expansión y contracción, además este tira y encoge es perenne. La edad del Universo no está en las máquinas de los astrofísicos, cosmógonos y cosmólogos. Está en los corales, los subsuelos marinos y tectónicos y el hierro en el centro de la Tierra que no dicen todo lo que saben porque no les creerían los humanos que por arrogancia y jactancia se creen sabelotodos. Aquí la verdad no se conoce sino a medias. Además nuestro planeta fue rehecho, pasa de 4.500 millones de años y nos botaron acá de otro lado. Todo es perfectible acá y allá porque así como el Todo, Wakan Tanka, lo Absoluto y lo Inmortal son una sumatoria inacabable de inimaginables perfecciones intrínsecas a su naturaleza o esencia extra virgen, el alma es un compendio de memorias cósmicas, verdades y realidades que no pierden su brillo sino que se recrean en medio de la alegría o de una gran felicidad que da paz y satisfacción, si se deja que actúe cual antena. Quiero que se entienda que el rol del maestro es como el de la comadrona y del djinn: inspirar cual centella al alumno o discípulo, despertar su potencial, ayudarlo a encarrilarse, darle método, disciplina, dirección, valor y dominio, para que el tesoro que ha almacenado adentro a lo largo de tantas encarnaciones pasadas e iluminaciones espirituales lo libere de la gravedad, vuelva ligero, ágil y aeroestático, haciendo que sus creaciones lo hagan dichoso, satisfecho y bueno de corazón, y nunca desgraciado, atormentado, irresoluto y timorato, abatido por el Devenir, es clave. El discípulo debe ser un héroe, un vencedor, un generador, un amor de persona, jamás un energúmeno, un hablador de paja, un mediocre o un autómata, ¿porque para qué fue iniciado sino para tornarlo en un hombre de verdad?


"El verdadero discípulo supera al maestro mas no lo humilla." Eso creía el maestro que no olvidó sus raíces protagónicas.

Collage con los Maestros del Ágora (à propos de Aristóteles de Estagira)


Collage con los Maestros del Ágora. Obra del Autor. Caracas. 2009.

El Autor agradece el aporte de distintas autorías sumadas a su inspiración.

Créditos: Bruce Hugo and Leslie Gaul por NGC 4565: Galaxy on the Edge.

http://www.noao.edu/outreach/aop/observers/n4565hugo.jpg

Kolja Mendler por Aristotelesbunt.jpg

http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Aristotelesbunt.jpg

Simulación del detector CMS del Gran Colisionador de Hadrones,

mostrando como se prevé que sean las trazas del Bosón de Higgs.

http://es.wikipedia.org/wiki/Bosón_de_Higgs

OM del Sol. Origen desconocido.