miércoles, 22 de septiembre de 2010

La Clínica de Reposo de Prangins, el Número y Valor Phi, la Media Áurea o Proporción Dorada y Divina (Segunda Parte)

Esta explicación quedaría mocha o chueca si no menciono que estos signos también son signos sexuales y eróticos, copuladores para ser exacto, porque es imposible no ver en la línea vertical una pinga o falo y en la esfera o elipse una cuca, vulva o vagina que en un momento dado, al quedar inyectada, aumenta de grosor y se embaraza. Ambas formas se interpenetran y, de estudiarse a fondo el número de oro, 1.6180339887498948482045868343656381177203091… ad infinitum, encontramos una seguidilla de números, vibraciones, frecuencias, qubits, con cierta interrelación. Claro, habría que encontrar una gran cantidad de décimas y decimales para darse cuenta que cada cierto número de ocasiones se repite una misma fracción o una repetición de números emparejados. Porque hay algo importante que recordar en la proporción y la progresión áureas: para todo hacen falta dos elementos, contrarios o semejantes y complementarios, que las ideas y secciones polares se fusionan o funden finalmente y son partes de una misma Unidad. Es lo que Fray Luca Bartolomeo Pacioli, amigo de Leonardo da Vinci, consideraba era uno de los atributos de la Proporción Áurea que él llamada Divina, y con mucha razón y serotonina.


Retrato del célebre matemático y monje franciscano Fray Luca Pacioli (1445-1517). Óleo de Jacopo de’ Barbari (1440-1515).


El Punto Cero y Concha.

¿Pero acaso no hubo algo que me abrió el tercer ojo y me reveló el «phi» de Prangins y todo lo demás que le atañe? Sí lo creo. Fueron los mayas y las culturas mesoamericanas en general quienes de una manera oblicua o indirecta me mostraron el camino pero eso tuvo lugar poco después, en París, en 1963, cuando investigué con qué acierto estos pueblos tan estudiosos escudriñaron los cielos y los fenómenos naturales. Antes, sin saber porqué realmente, durante ese otoño de 1962, a los 19 años, la Hora Cero del múltiple dígito 10000 debió impresionarme mental y emotivamente, pues me hallaba como en una nevera situacional, caracoleado para sobrevivir y sacarle provecho al aislamiento y marasmo médico forzoso. Creo que fue por eso que decidí simbolizar a Prangins con un glifo o signo gráfico, una gran O atravesada por una línea recta inclinada, como simbolizando un proceso anillado saturnino, que al comienzo pensé era una letra de corte escandinavo pero que finalmente años después, entendí era una manera original, algo rudimentaria e instintiva, de describir un estado de conciencia espiritual intenso, uterino, mitocondrial. Con el tiempo aprendí que este «phi» de Prangins no era otra cosa que el carácter de la letra griega phi, designada al comienzo por la letra tau griega, y después por la letra griega phi o fi latina, para designar un número tan irracional como extraño que escandalizó a los primeros pitagóricos porque no encajaba a primera vista con los demás números enteros y racionales y que con el tiempo, al extraerle sus secretos numéricos, se vio que también estaba ligado con la proporción dorada o divina, muy rara igualmente que, según la Tradición, fue demostrada y explicada por el original e insigne matemático griego Euclides (ca. 325 - ca. 265 a. C.) en su libro Los Elementos con un teorema inequívoco y siglos después diseminada y popularizada globalmente en los tiempos modernos. Yo la considero la sección áurea de la Nueva Era de Aquarius-Leo. Sin embargo, pareciera que la media áurea es más vieja. Soy de la opinión que en la Lemuria y la Atlántida ya la Sucesión o Secuencia (de) Fibonacci o números phi, «pentecostales» y «tauícos» en esencia, debieron haberse conocido y emplearse pública y notoriamente porque los conocimientos cósmicos son anteriores a nuestra civilización (y a cualquier otra previamente) con apenas una duración de 12.000 años aproximadamente cuando ocurrió el gran deshielo en el Norte y sobrevino el Último Diluvio Universal que sincronizó con el violento hundimiento de la gran isla de Aztlán o Atlantis, el fin de Manoa en Sud América y la liberación de la Meseta de Pamir de los hielos que la circundaban. Hoy estamos a punto de entrar a otro fin y comienzo de civilizaciones y cruce de caminos pero no será como los anteriores. Lo que veremos en las próximas décadas producirá una raza cósmica que se establecerá en la nueva configuración geofísica, geológica y bioastral del planeta. Esto lo vi y reporté en Prangins y lo pulí y amplié posteriormente en París y Ciudad de México. Buena parte de lo que percibí lo decanté en lenguaje franco, poético, profético y apocalíptico en varias obras de mi primera producción literaria, notoriamente: El Orgasmo de Dios, Violeta Siete, La Máscara Mística de Yeso Espectral, El Turbante Azul de Peofanful, Ula Klampara deñ Waladinos, Sérpulas, Álbum Mágico, Korazón, Prodigios, A Boka de Fuego, Albaricoque, L’Arquitektónika Eterna, Éxtasis, Ekuatoria, Secretos de Semen & Uf, realizada entre 1962-1966, entre Harvard, Prangins, Caracas, París, Tánger y México D.F., más notas, diseños, croquis, dibujos, bocetos y cuadros futurísticos sobre muchos temas y renglones, una vocación renacentista davinciana que comenzó paulatinamente a conquistarme a los 15 años en el colegio y se intensificó al aprender de Zaratustra, Miller, Van Gogh y la Enciclopedia Ilustrada mientras penaba en Prangins y me alistaba cual Caballero para el Gran Futuro con este lema: interesarse en todo, desechar nada, sol y vida ya. En vista de lo cual repito: todo es bueno, útil, interesante, estimulante, provechoso, nutritivo, si se sabe sacarle el jugo al fruto, el néctar y la ambrosía a la flor, el zinc y el iridio a la tierra.


En Prangins descubrí, averigüé, examiné y encontré todo a una velocidad vertiginosa, no me quemé de un todo, aunque parecía un bólido, un aerolito o un meteorito, y lo que noté en letras de molde me dejó pasmado, sobrecogido, y me cambió el termostato y el radiador, porque lo que pasó por mi mente y dejaría plasmado en una multitud de libros, poemas, pinturas, aforismos, haikus, a lo largo de los años me dejó galvanizado, herrado y sellado para siempre. El problema es que me he adelantado mucho a mi época y lo que un artista ve no puede callarlo ni esconderlo mucho tiempo. Lo que piensa y escribe lo graba Dios y se desparrama por las esferas. Su producción debe entregarla necesariamente al mundo y, si lo que ha visto es patético o glorioso, adelante, debe pasarlo a los demás para que lo tengan, usen, experimenten, vivan a su modo, con su propio estilo, lo reciclen y hasta embellezcan y mejoren si vale. Por eso, los visionarios y arrebatados no los entiende mucha gente pues sus visiones se dan en un tiempo y espacio phianos que brinca lapsos y distancias. La visión phiana se da con saltos cuánticos, pasa por relámpagos y truenos, oscila cual aguja geiger entre extremos, va del ultravioleta al infrarrojo, de los rayos cósmicos, gamma y X a los indiscutibles fractales inconmensurables en cuestión de nanosegundos, en un derroche de trance y frenesí shamánicos, más rápidos que la ayahuasca y los hongos alucinógenos que la mayoría no acostumbrada no conoce o entiende a medias o rechaza de plano ya que no está acostumbrada al fuerte e intenso «estado pentecostal» o Efecto Viridiano a causa del punto divino en medio del rectángulo de oro originario, y por ende no siempre digiere y asimila semejantes platos de resistencia. A fin de cuentas, el medio exterior puede perturbar mucho y ocasionar pérdidas, malestares, retrocesos y anulaciones. Rimbaud lo resumió muy bien en su célebre y profética Carta del Vidente. El proceso es holocáustico y cáustico. No siempre se sale bien de la prueba, intacto, a salvo, libre de contaminación y corrupción bioquímica y física, porque el metal noble es tan delicado como una flor de loto. Ahora, si la madera es noble, se cruza el Rubicón, y con la mano verde derecha de Hanumân se pasa con mucho gusto el testigo a los más jóvenes. Dar y enseñar es hermoso y grato. Hoy afirmo sin ambages que entre los 19-23 años lo vi todo, con este cuerpo y estos ojos de gato corso.


Eso es lo que sucedió en Prangins cuando me percaté al fin que por medio del misterioso signo Ø con que lo signifiqué no estaba sino identificándolo a la postre con el sacrosanto phi, con los moluscos en general, donde abundan las espirales y las curvas seguidas y bien delineadas, la concha del nautilo, caracol o mejillón, la concha y caracola marina de los moluscos gasterópodos, y a nivel geométrico con la espiral logarítmica, las galaxias con forma de espiral o doble espiral, a veces una y barrada, la oreja, los remolinos que forman los cabellos de la cabeza, las huellas dactilares, los pétalos en espiral de las rosas, las espirales en ambos sentidos en los centros de los girasoles donde se agrupan sus semillas de vitamina E, las margaritas y bastones del emperador, gengibes y muchísimas otras flores exóticas tropicales. Así que en Prangins, para sobrevivir el cerco y guiso médico, psiquiátrico, familiar, tuve que encerrarme en mi concha calcárea de nácar iridiscente, propia del molusco cámbrico, y cual glifo maya, caracol, amonite, nacido híbrido producto de un cruce de la familia de los cefalópodos con los supercúmulos galácticos, me fertlilicé, me uní, me desdoblé y eché raíces en mi subsuelo y cavidades mestizas y celestes, creando una excelente red arácnida, mitocondrial y megacósmica, que con el tiempo crearía fractales y fundiría con otras formas y paradigmas universales. ¡Con pureza, dirección, método, disciplina, vigor, constancia, perseverancia, tenacidad y fé filotáxica me redescubrí e iluminé, contento de saber que era una especie áurea más pues la misión de todo ser viviente es devenir un foco de resplandeciente luz áurea, un sembradío enjoyado y multicolor de insólitos bits cuánticos, como los que despiden los çakrãs superiores, capaces de ponernos en contacto al instante con varias galaxias a la vez, y al igual que el sagrado girasol de los Iluminados de la Parusía, mirar, saludar y abrazar con amor y veneración a nuestro querido Productor y querida Productora de quienes no podemos cansarnos nunca de celebrar sus divinas presencias mientras el Sol exista en medio del sistema solar Helios y el Sol Manásico nos encienda e imana! Bravo pour la Clinique de Repos de Prangins en Suisse en 1962! Hari Govinda Om! ¡Ke la música de Karunesh, Prem Joshua y Oliver Shanti & Friends nos penetren!

* En la segunda edición de El Orgasmo de Dios, publicada por Fuentes/Pomaire en 1992, el signo Ø aparece dos veces que yo sepa, en las páginas 89 y 397.















Girasol.

Flor sagrada de los Iluminados de la Parusía. Esta inolvidable planta estelar color oro amarillo ha estado presente en mi vida desde que Ediciones Haoma publicó la primera edición de El Orgasmo de Dios en 1969. Junto con Sirius y el metal titanio el girasol sigue figurando en un lugar especial en todas mis publicaciones. Por algo será. Soy un fan de los girasoles y los lirios, así como del extraño pintor y escritor epistolar holandés, el iluminado Vincent van Gogh, quien se inmortalizó como nadie más pintando y metiendo flores por doquier en el sur de Francia –la belle Occitanie- donde vivió y falleció suicidándose en pleno trigal con cuervos. Siguen varios textos copiados textualmente que considero son joyas pedagógicas.


El número Phi en la Naturaleza. 

Los números de Fibonacci y la razón áurea se encuentran tanto en la distribución de las hojas de un tallo como en el número de espirales que aparecen en las flores del brócoli y la disposición de los pétalos de las flores y hasta en las espirales de una piña. La proporción entre el grosor de las ramas principales y el tronco, o entre las ramas principales y las secundarias, equivale a phi. 

Hojas, pétalos y semillas se ordenan en las plantas siguiendo el número áureo porque es el mejor sistema de empaquetamiento posible que la estructura mantiene a medida que la planta crece. Si colocamos el número áureo de hojas alrededor del tallo obtenemos el mejor ordenamiento para que todas ellas reciban niveles óptimos de luz sin que unas oculten a otras, y en el caso de las flores, se obtiene la mejor exposición para atraer a los insectos polinizadores. Además, la razón áurea consigue la máxima ocupación en el mínimo espacio posible.

“Las semillas del girasol (Helianthus annuus) están siempre equidistantes unas de otras debido a que se ordenan siguiendo espirales construidas con el número áureo.”


“El número phi se encuentra en la relación de la distancia entre las espiras del interior espiralado de muchos caracoles como el nautilus. Hay por lo menos tres espirales logarítmicas en las que se puede encontrar de alguna manera al número áureo. La primera de ellas se caracteriza por la relación constante igual al número áureo entre los radiovectores de puntos situados en dos evolutas consecutivas en una misma dirección y sentido. Las conchas del Fusus antiquus, del Murex, del Scalaria pretiosa, del Facelaria y del Solarium trochleare, entre otras, siguen este tipo de espiral de crecimiento. El factor de crecimiento de una concha de caracol es el número áureo.”


A continuación, cito del mismo sitio web.


“Si nos quedamos por un momento en el mismo pentagrama, que es el orden divino expresado progresivamente en la Creación, el estudio de sus proporciones puede conducirnos a los más interesantes descubrimientos, confirmando la teoría pitagórica de que:

1. Todo es ordenado según el número. (La Aritmética)

2. El Cosmos obedece a las leyes geométricas. (La Geometría)

3. El Hombre sintetiza la Armonía Creadora. (Que se manifiesta con el conocimiento iniciático de la Música)

4. Las proporciones del cuerpo humano, reflejo de las proporciones divinas expresadas en la Arquitectura Cósmica (conocida por medio de la Astronomía), son las mismas que han de regir toda construcción y obra hermosa.


“El Quadrivium pitagórico consideraba que la Aritmética era el estudio del número en estado puro, que la Geometría era el estudio del espacio en estado puro, que la Música era el estudio del número en movimiento y que la Astronomía era el estudio del espacio en movimiento.”


Astroninfas del Sur – El Número Áureo.

Crédito: http://judith-astrologa.es.tl/EL-N%DAMERO-AUREO.htm


Nota del Autor. Sin embargo, ya que veo solamente 4 puntos, creo que hace falta añadir un punto o materia escolástica más que sería la Filosofía. Eso nos daría entonces:


5. Todo lo ordenado según el número, las leyes geométricas, la armonía creadora y las proporciones divinas puede y debe ser comprendido, entendido y aplicado con sabiduría amorosa y apreciado en su justo valor para que la realización de la Belleza, la Elevación, el Progreso y la Paz gobiernen los asuntos humanos, socio-políticos, ecológicos y cósmicos. Y así la Democracia del Socialismo Místico prevalecerá sobre el Mal, el Error Garrafal o la Ignorancia y el Dolor, la Razón o Media Áurea reinará a sus anchas y viviremos en un estado de conciencia sublime combinados con el Dios y la Diosa del Cosmos. (La Filosofía)


Así que estaríamos hablando más bien de 5 Virtudes. El Quinquevium. Además con el 5 se inicia lo que designo como el Efecto Carambola (que participa del Efecto Verdegay, que nombro a menudo).


Por último, cito de la fuente: El Diario de RoxaK. Crédito: http://roxak.webcindario.com/?paged=2


“Pero los números de la sucesión de Fibonacci van a sorprender a todos los biólogos.


“Como muy bien nos enseña la filotaxia, las ramas y las hojas de las plantas se distribuyen buscando siempre recibir el máximo de luz para cada una de ellas. Por eso ninguna hoja nace justo en la vertical de la anterior. La distribución de las hojas alrededor del tallo de las plantas se produce siguiendo secuencias basadas exclusivamente en estos números.


“El número de espirales en numerosas flores y frutos también se ajusta a parejas consecutivas de términos de esta sucesión: los girasoles tienen 55 espirales en un sentido y 89 en el otro, o bien 89 y 144, o bien 21 y 34. Las margaritas presentan las semillas en forma de 21 y 34 espirales. Y cualquier variedad de piña presenta siempre un número de espirales que coincide con dos términos de la sucesión de los conejos de Fibonacci, 8 y 13; ó 5 y 8.


“Parece que el mundo vegetal tenga programado en sus códigos genéticos del crecimiento los términos de la sucesión de Fibonacci.”














“La Naturaleza juega al número phi también denominado número áureo. La concha del Nautilus es una espiral de Durero construida en base a la sucesión de Fibonacci, es decir, colocando cuadrados que tienen por lado los términos de la sucesión y que se van adosando en forma de espiral. Esta concha tiene la propiedad de que los radios en espirales consecutivas están en proporción aúrea, como la espiral de Durero.”


Crédito: www.flickr.com/photos/28083550@N00/205646867/