martes, 9 de diciembre de 2008

En los Caminos Sulfurosos del Señor Padre de las Explosiones

Oh Hombre, oh Mujer, a la búsqueda de tus huellas digitales y tipo de sangre! ¡Presta atención y escúchate!
Escribe tus
sûtras y mensajes al Kosmos con tu propia sangre, que la sangre
proviene del banco de sangre cósmico, y fue hecha así para que no se diluyera y atomizara del todo. Tu sangre es necesaria para que el Firmamento se sostenga junto con las demás sangres portadoras de almas en los 10 Universos. Guárdala en la gaveta más importante de tu corazón y dale gracias a tu Creador y Creadora por haberte dado un ADN-ARN cósmico, tan maravilloso e indestructible, semejante en espíritu e imagen a la sangre centelleante y refulgente de tu Dios Padre de Luz y de tu Dios Madre de Luz.
Tu sangre es tu Tau muy particular, tu propiedad más privada y místika. ¡Venérala!

Regla hebrea en La Trinidad. Conjuro del Autor. Caracas. 2008.

















En los caminos polvorientos que son aquellos que nos levantan su pólvora
con su coco reventado cual bomba de cobalto en miniatura
podemos encontrarnos con Dios Padre de las Explosiones frente a frente
Él nos mirará y penetrará
sin torcer la mirada ni una milésima de segundo
a ver si nos vamos para atrás
si decaemos
si aguantamos y resistimos
si seguimos y perseveramos
y si pasamos el examen descarnado
desprendiéndonos de rubíes y esmeraldas adquiridas en la India
Él nos consolará y nos soplará encima con su pipa de la paz
nos aprietará y tomará en sus brazos
nos besará con la profundidad de los álamos y los caobos
porque más vale estar limpio de veras
desnudo y mojado de pies a cabeza
que parecer un palo seco sin embrujo
para que semejante encuentro no lo olvidemos nunca
pues Él mismo pasa al pasar la gran mata de bambú que como una columna de granito rosa
atraviesa los aires y se enfila hacia la Gran Muralla de Boulton-Tåkrã más allá de la de Sloan
en medio de magníficas explosiones que retumban en La Trinidad de Moisés.

Sigo pensando que Él nos mirará atentamente igual a un zorro chacal lince tigre león o jaguar
de frente siempre jamás de lado
a ver si no nos caemos de puro miedo y nos dejamos sorprender
o aturdir de pura vergüenza por algún pecado que arrastramos desde el anti-Devachán
y si nos da hipo y nos mareamos con el amoníaco del pecarí y el mapurite de la danta
porque quien no la teme puede hasta jugar trompo con su Señor Padre de las Explosiones
quien no lo desamparará incluso cuando los demás humanos mortales salgan despavoridos
presos de remordimiento y pena ajena porque no quisieron reconocer porqué estrujaron a éstas
sacándoles el pellejo chupando su sangre comiendo sus sesos y vísceras
cocinando su caca enterrando su orín
moliendo sus huesos
reduciendo sus cabezas como jívaros
o cual antropófagos de cemento y diesel
que se muerden los labios para no soltar ni una sonrisa a flor de piel
y no llorar ante una puesta de sol que bien podría llevarlos a Devachán
cosa que sí hizo el atrevido Akhenâten antes de ser rescatado por Moisés.

Yo te absuelvo pero de todos modos vas a tener que hacer una larguísima penitencia
caminar descalzo sobre carbones ardientes
cubrir tu esqueleto con cenizas y talco
raparte el pelo y teñirte el coco de negro
echarte para atrás y caerte de espaldas para que te lean tu rosario
y aprendas a no odiar ni maldecir tampoco desear el mal de nadie ni autoflagelarte
aunque esto parezca una locura pero así viven tantos mortales e inframortales
que no saben de qué palo ahorcarse cuando más bien debieran postrarse ante el bejuco y el junco que se dejan mojar por la quebrada de la Virgen en celo
semejante al prodigio que le tocó ver en el Sinaí a Moisés.

En los caminos sulfurosos te vas a topar con tu Señor Padre de las Explosiones que te escrutará
te tatuará la pupila y el iris para que no calumnies ni mientas
y si mientes todavía te arrancará de cuajo los dos ojos y el tercero lo mandará al Valhalla
para que el optometrista de Odín lo arregle y vuelva como nuevo
sientas su rayo penetrante como rayo láser que te helará si escondiste la mano que lanzó la piedra y golpeó a tu padre y abuelo así como al resto de tus antepasados hebreos y portugueses
si le cortaste la lengua a tu hermano o hermana
si le quitaste la pierna a tu esposa
si le destrozaste la muñeca a tu perro blanco y gato negro
si no te diste por entero a la gran prueba de valor y fuerza que se llama vida entre soles.
Vamos. Sal de ese sepulcro y estira las piernas que te quebraron.
Busca tu sal tu galbano tu mirra. El arca que se escondió y hurtaste.
Es hora que aprendas a ser un hombre a ser una mujer sin que titubees ni le mientas a tu ángel de la guarda
que vela por ti aunque tires al barranco tus mejores sueldos y camisas
y te quedes desnudo como un indio achocolatado al pie de su guajira ardiente y sensual.
Râ velará por tus huesos y cenizas si te decides por el Bien y por la Vía del Alhelí
y si das paz paz recibirás a granel o al detal como tú quieras con tal que digas sí
-sí a la vida, como escribía Nietzsche-
y si das paz paz a la vida y no guerra
no serás un pobre niche
ladrándole a Iaoue-YHWH- para que te dé de comer y beber los restos de los demás
que te despreciarán por tu pelo chicharrón
sino que tendrás en bandeja de plata una muestra de tu corazón en almíbar y oro
para que te lo comas en un santiamén y lo tengas bien presente:
con la conciencia no se juega ni tirando pues ella ramera no es ni a tiros
y si la traicionas es capaz de emascularte y tirarte
.
El cancerbero pueda que te atrape y Apofis te clave los colmillos. No se juega con pólvora.
Râ se apiade de ti.
Pero si cuidas lengua, ojos y oídos, el azufre del cielo no te tocará y podrás rumiar en paz
como hace la vaca cuando se ha satisfecho.
En calidad de Jefe de las tribus hermanadas del Norte
que vela por el colibrí y el águila
el perico y la lapa
el brillante y el azabache
el compás y la melodía de Rautavaara
doy por terminada esta metamórfosis real
para que Kafka encuentre a Milena
y Jacob pueda dormir en paz con Rajel mientras anuncian a Jonás.
He hablado por Moisés.

Este lamento se ejecutó más allá de Piedra Azul
tras pasar por el arco real por el que Federico y Alberto coleccionan neumáticos
para cruzar hasta Jericó y la Nueva Jerusalén sin crucificados
al pie de la roca firme como una tarpeya que nos deshonró.
Sin embargo de ella
semejante a un coño antediluviano de descomunales y áureas proporciones
brotará de en medio la buena agua de anís y cundiamor
entre hileras de rosas escarlatas abiertas y radiantes
para que Joshua nos reciba en la Mónada cuando acabe esta tremenda prueba de fuerza
y pueda ver la Tierra Prometida el profeta Moisés y su hijo Khristian. ¡Aché! ¡Kaddish!



Caracas, con Marte en Escorpio, en horas de la mañana, martes, 9 de diciembre del 2008