martes, 21 de julio de 2009

Los Reptilianos del lado bueno nos están ayudando & orientando con sus Rayos Púrpura y Azul Violeta Encendido

Este ensayo se lo dedico a papá y mamá y agradezco su vivo amor y compasión. A Dmitri Shostakovich, Sergei Prokofiev y Aram Khachaturian. También a Anugama, Prem Joshua, Aeoliah y Liquid Mind.

Kadonai 019636910 de Âkliris.
Original de Marcelo Ávila. Recreación del Autor. Caracas. 2009.


Hermano Mayor Reptiliano 2. Fuente de poder ilegible. Excelente interpretación. Colocación mía del 3er. Ojo.

Así es como yo soy. Mido 2 metros de alto. Una cresta cubre la cabeza. El cabello es azul índigo y trenzado. Los ojos son grandes, rasgados y violáceos. Mi piel es gris, como la ceniza de los volcanes de las montañas nevadas de Sangre de Kristo en vuestra región de New Mexico y Colorado. Tengo las orejas largas. La boca es roja y redonda. Mis dientes son chiquiticos y los cambio por otros cuando se funden (igual que los fusibles). Mi lengua es negra, larguísima y retráctil. La saliva siempre huele como a menta e hinojo. Y como los demás habitantes de Âkliris llevo en la frente una "señal", un Râdar cromado, delicado, muy sensible y poderoso, inspirado en los reinos mineral, animal, vegetal, feérico, astral y espiritual, que cuido siempre y que nos distingue de seres mal educados en otros Universos, una "marca sauria antiquísima y sumamente especial", el Takara.

Kadonai: El Niño de Arriba, Página 28. Sin publicar. Versiones en inglés y francés y pronto en árabe, chino, malayalam y noruego. Se hará una edición en Braille y otra en Solex Mal.

Nuestro Universo «Sáttvico» o Megacosmos de Uno es un cúmulo de energías, fuerzas y temporadas, compuestas proporcionalmente, de comienzo a fin, por energías y fuerzas contrarias que de no analizarse, conocerse bien y objetivamente, se prestan a innumerables desorientaciones, confusiones y mezcolanzas que no conducen a nada claro, transparente y cristalino. Como siempre, pero yo diría que hoy más que antes, a causa de los avances tecnológicos que no siempre se estudian en profundidad, existe la tendencia de no entender que todo, absolutamente todo, tiene un lado bueno y un lado malo, un lado claro y uno oscuro, un lado positivo y otro negativo, ad infinitum. La sabiduría consiste en saber detectar cuál de las dos tendencias es la que conviene, nos interesa, gusta, atrae y simpatiza. Para luego saber adónde nos conduce la tendencia escogida o atraída. Pero de que todo tiene su contraparte es una ley universal. Y por eso es ridículo y absurdo afirmar que los reptilianos humanoides o reptoides son todos infernales, bizarros, grotescos, monstruosos, repulsivos y asquerosos. De que hay reptilianos asesinos y crueles los hay con toda seguridad, los ha habido y los habrán por un largo tiempo, hasta que cumplan su propósito. Pero en este escrito no me voy a referir a ellos exageradamente sino como muestras de referencia natural que debiéramos evitar y poner a raya. El Mal nunca será fuente de paz, salud y armonía, y las infecciones, virus y miasmas deben evitarse y repelerse, hasta en el pensamiento, mismo si en momentos críticos y cruciales nos retan y nos forzan a evolucionar e iluminarnos más.

Quizás mi interés por los buenos lagartos, reptilianos, etc, arrancó cuando mi papá me llamó “lagartijo” cuando chiquito. Papá nos puso a todos sus 4 hijos un mote o sobrenombre. A mí me llamó así, yo era muy flaco, espigado y rápido. Con el paso de los años, el nombre y su significado formaron una imagen totémica a la que saqué punta y lápiz y tras encontrarme con Lindi-Lindi de un modo espontáneo le dí a Kadonai de Âkliris un semblante medio saurio, hermoso, depurado, nada bestial, más bien seráfico, pues así son muchos seres en Âkliris, un cuerpo celeste de la 6D, perteneciente a una franja frecuencial que va de Argo Navis a Orión. Acá yuxtapongo varios semblantes reptilianos. Se verá cuán disímiles son los prototipos buenos de los malos, cómo opera la Madre Naturaleza biogenéticamente. Hay varias representaciones de Kadonai y de unas anónimas que saqué de Internet. Indico sus procedencias. No confundamos la leche con la magnesia. Para colmo, incredulidad y asombro de algunos investigadores, hice que Kadonai fuera no solamente un reptiliano humano sino gris además! ¡Doble horror! Pero no era por una simple casualidad o capricho de mi parte. Cuando comencé a trabajar en el manuscrito en la segunda mitad de 1986, a poco de mudarme con Linditi-Nefer-Neperurâ a Contemporary Suites, en Los Palos Grandes, jamás dudé que el color de su piel no fuera gris. Cuando me hablaron de los grises de Rigel me quedé callado. Nada nuevo. Pero como hay grises malos también hay grises buenos y buenísimos (como en Âkliris donde conviven varias razas). También los labios de Kadonai son rojo vivos, como pintados, y él no tiene nada de marico o afeminado, sólo que en su planeta de origen los labios son rojos y faraónicos. Su altura de 2 metros no es nada del otro mundo pero él sí se topó en varias ocasiones con entidades bastante extrañas y muy altas, de 5-6 metros de altura, como el Maestro Médico Karkirón de Orión, y el musculoso, dulce y querido Radial Anubizortis de Perseus, que sí era altísimo: ¡medía cerca de 30 metros de alto!

Radial Anubizortis. Maestro de Perseo y Brujo de la Llama 9 de Sagitario. Original de Marcelo Ávila. Supervisón del Autor. Caracas. 1996-1997.

LOS KLAROS

Kadonai con la banda púrpura orando hacia la Luz. Original de Marcelo Ávila. Supervisión del Autor. Caracas. 1996-1997.

Semblanza de Kadonai con su mandil y Sol de 8 Rayos sobre su pecho.
Original de Marcelo Ávila. Supervisión del Autor. Caracas. 1996-1997.


Kadonai iniciado. Listo para asumir su rol sacerdotal y lanzarse a la aventura: ¡a traer la civilización a la Tierra! Original de Marcelo Ávila. Supervisión del Autor. Caracas. 1996-1997.

LOS OSKUROS
Fuente: http://the-end-in-the-world-v2.blogspot.com/


























¡Dios nos libre y nos fortalezca!













Es evidente que hay un vasto mundo de diferencias entre los reptilíneos o reptoides buenos y malos, angelicales e infernales, más o menos híbridos y humanoides o en franco ascenso y metamórfosis, magistrales y bestiales como, por ejemplo, el Maestro Ankhm 37-2, que pinté en 2006 para un CD. Ahora bien, aunque buenos, dóciles, pacíficos, introspectivos y misericordiosos, estos Seres de Luz son también temibles guerreros de ser necesario. En su odisea espacial Kadonai se enfrenta con resolución y determinación a la bestial Moloj y la fulmina como paso previo a su Iniciación como Kabbayehrochi 337 de Âksolis (Gran Caballero Templario del Cielo) luego de lo cual debe ser rehecho y convertido en un humano cobrizo, lerdo y mortal, y ser enviado al planeta Tierra en una misión de gran envergadura junto con otros compañeros y compañeras, poderosos Demiurgos de Pegaso, Andrómeda, Orión, Canis Major, Ursa Major, Hércules, Horologium Oscillatorium, etc, quienes hace 37-26 millones de años, en el Período Terciario, entre el Eoceno y el Oligoceno, comenzaron a traer la civilización. Entonces llegaron los primeros reptilianos superavanzados y no horrendos seres del Averno. Karunai, su media naranja, lo siguió en una de estas misiones hasta la ciudad «jinásica» de Merutai Al Zohar perchada sobre un tepui de esta antiquísima Uaiana. La Bicha con la X sobre el vientre, en la página anterior, es la endemoniada Moloj con quien lucharía antes de abordar El Ikaria, la gigante amarilla nave nodriza.

Con este ejemplo quiero terminar este pequeño trabajo. No quiero saturar la información sobre los reptoides, saurios y reptilianos humanoides. Es muy cierto que nuestra Historia (el arte antropológico lo prueba) está llena de representaciones de híbridos, mutantes y monstruos de la Laguna Negra. Pero nuestro planeta no es el único que ha pasado por estas mezcolanzas e impurezas. Llegará el día cuando las condiciones de acá se hagan insoportables para los seres oskuros y se larguen definitivamente. Eso puede suceder pronto, si se da el famoso Salto Triple hacia la Radiante Trinidad Auriplateada. Como siempre, habrá que escoger, no temer, no dudar, ser muy fuertes internamente, no dejarse hipnotizar, paralizar, idiotizar. ADITI-HARE OM-RUDRA-HE-SARASVATÎ-AUM. ¡Un mantra que los oskuros odian a muerte pues el poder de la Rãja Tantrã Yoga y de la Palabra lo trajeron a bordo de sus vimãnas los kundalineados Maestros Serpientes! ¡Por eso precisamente muestro los reales y verdaderos colores del OM (amarillo canario) sobre fondo azul marino: un celestial signo solar creado para dar felicidad!

El Maestro Reptiliano de Abalorios Ankhm 37-2. Collage cósmico. Recreación del Autor. Caracas. 5-8-2006.




Caracas, 21-7-2009