miércoles, 23 de marzo de 2011

La cocina primaveral en el horno escolástico de microondas del fondo cósmico (Parte 1)

Viendo arriba. Mesmerizado.

El canto de las esferas siempre trae consigo noticias de nacimientos y fallecimientos.

O bien de permanencias, alegres todas, que sirven para darle temas a artistas y escritores.

Dios nos inspira y nos hace ver sus maravillas y magnificencias de muchas maneras

y entre éstas están los cantos vistosos que nos llegan de las profundidas cósmicas

para que no nos olvidemos que tenemos por dentro constelaciones y cometas

también un pedazo del cielo de los demás de sus alegrías y tristezas. El Cielo es eterno.

Una sinfonía que jamás se para que siempre nos acompaña. Evoco ahora esas notas.

¡Entren!

Son alquimia y jardinería pura. Tu haiku. Abrazo. Nudo. Anillo infinito. Liberación.

Esferas cargadas que se cogen y reposan en la palma de la mano. Aro de matrimonio. Unión.

¡Pasa! Puedes explayarte y jugar con las luces de los mundos arremolinados del Autor y su Autora.

¡Es tu vía y debes recorrerla! ¡Bendita sea!

Arriba como abajo. Centrado.


On ne peut marcher en regardant les étoiles

Quand on a une pierre dans son soulier. Sagesse Chinoise


Excelente y perfecto. Nadie nace fuera de tiempo, tampoco en el lugar equivocado, ni totalmente desguarnecido a la merced de los elementos de la Naturaleza. La computadora oficial del Universo sabe lo que hace e incluso confía en ti o al menos te da el beneficio de la duda. Eso es muy importante y es una de las piedras fundamentales de la religión y la creencia en los poderes superiores del Cielo. Cada quien es colocado acá o allá por la Voluntad Divina. La computadora oficial del Universo nos pone donde debemos estar y espera que podamos enfrentarnos a los desafíos y pruebas de rigor y podamos sacarle partido a las adversidades y obligaciones que nuestro kharma y nuestro dharma nos impondrán con la consagrada aquiescencia, ecuanimidad y cariño de la Divinidad. Aunque parezca extraño e insólito o se ponga en duda a primera vista, la Divinidad nunca permite el mal sin añadir la cocción y el brebaje que lo cura. Ella es generosa. Por tanto una Flor de Oro crece en nuestro vergel interior a nivel del corazón y del cuello y de los çakrās que le corresponden ya que lo que percibe el embrión y luego el neonato lo realiza a través de su centro emocional que toca a su pecho y le hace tragar saliva. Jamás borraremos de nuestra mente subconsciente las primeras sensaciones e impresiones recibidas y por regla general éstas causan conmoción, desconcierto, incomodidad, aprehensión y quizás repulsión porque son tan distintas de las que teníamos en el vientre de nuestra madre (aunque no siempre es así). No estamos muy preparados que digamos para lo que nuestros sentidos captan al comienzo de nuestras encarnaciones; pero a la larga, a medida que crecemos y maduramos, estas primeras experiencias pueden y deben ser manejadas creativamente por cada quien a partir de los 7 años cuando comenzamos tímidamente a romper con las ataduras uterinas (placenta, cordón umbilical y líquido amniótico) que durante meses nos moldearon, cubrieron, protegieron, alimentaron y generaron y comenzamos gradualmente a diferenciarnos de nuestra madre y posteriormente de nuestro padre, el entorno familiar y el terruño geofísico y astral. Cuando llega la pubertad llega el momento de nuestra individualidad. De ahí a que la rebeldía que ataca a sinnúmeros de adolescentes tenga sus razones y que las primeras iniciaciones tengan lugar en la pubertad. Si las maneja y encauza, bien; si logra adaptarse y encontrar su propia senda, el individuo no será mediocre cuando crezca y madure más porque no hay situación que no pueda sintonizarse y mejorarse y las primeras batallas que debemos librar son siempre con el entorno familiar y uterino y con el mundo en general, pero también con uno mismo, porque hay otra razón suplementaria: cuesta mucho adaptarse al mundo cuando se viene de un lugar en el cielo, un plano intermedio, donde se estuvo un tiempo regenerando el cuerpo, el espíritu, y el alma fue a la escuela etérica donde fuimos aleccionados por nuestros ángeles guardianes, maestros y maestras, de varios talleres y orígenes para cuando volviéramos a renacer en carne y hueso o en las condiciones que nos tocara. Le sucede a todo el mundo, no importa el nivel, porque incluso los santos renacen y se someten a las limitaciones materiales si así lo desean por amor al prójimo.


En vista de lo cual cuando vamos creciendo la vida nos depara distintas oportunidades para evolucionar y refinarnos; sin embargo, la mayoría de las personas hace caso omiso, no le da suficiente importancia a los principios morales y tiende a alejarse y rechaza el camino a la santidad y la gnosis. Si no hay un esfuerzo seguido por parte nuestra y falla la orientación de nuestros Guardianes y Tutores invisibles tarde o temprano nos vemos envueltos en situaciones descabelladas y desesperadas y se va haciendo cada vez más difícil que volvamos al redil o a la automesura y no tomemos al bisonte o toro salvaje por los cuernos y lo pongamos al servicio de causas elevadas y buenas, creativas e inteligentes. Porque a lo largo de cada una de nuestras vidas, aunque nos cerremos internamente, el Cielo nunca nos desampara de un todo. Eso no es posible pues va en contra de todo lo que se predica en las profecías. Cada quien es libre de coger el camino que quiera pero es bueno saber que cada camino o carreterra lleva sus señales, letreros e imágenes que nos indican qué cosas podemos encontrar. No hay caminos y trayectos completa y permanentemente oscuros, todos conducen a un mismo fin, a la liberación y la gracia, por más enrevesados, complicados, laberínticos y peligrosos que sean, por más lava, arena movediza, pantano, vidrio molido, púas, clavos, alimañas y aguas negras hayan de por medio. Incluso por más porquería que nos echemos de vez en cuando se prenden lucesitas y alarmas en el Más Allá a ver si recapacitamos y aún cuando insistimos en darle la espalda a estos relojes-despertadores tenemos sueños y visitadores que tratan de sacudirrnos de varias formas. La paciencia y magnanimidad de Dios y su Diosa es infinita. No obstante, puede variar en un momento dado –no para castigar y matar sino para que podamos purgarnos y salgamos del mal que nos estamos infligiendo. Es cuando las pruebas son más difíciles. Esto último puede durar varias Rondas. Es mejor ser juicioso y hacer caso rápidamente cuando llega la voz tronante de Zeus, el bramido del búfalo, el rugido del león de Narnia.


Entonces hay que valerse de la magia, que es el poder oculto, insondable, fantástico en cada quien, para ir más allá de las patologías, neurosis, traumas, miasmas, handicaps, retos, y convertirse en un ser libre, fuerte, exitoso, en un jardinero excepcional, en una persona creativa e inspirada, porque sólo la libertad (es lo que somos en esencia, en espíritu), la creación (es lo que nos lleva hasta Dios y la Naturaleza entera), la fuerza (es lo que somos cuando hacemos uso de nuestro dominio y potencia) y la inspiración (es lo que nos llega de Dios y la Naturaleza entera) nos abrillantan, redimen, conscientizan, vigorizan y propulsan. En este sentido, la música, la danza, la poesía, el arte en general, son algunas de las armas más poderosas, sino la más potente e ingeniosa a mi juicio, para salir de las profundidades de la psique y alcanzar el nivel sublime, nebuloso y vaporoso donde mora Dios Eterno, que al fin y al cabo es la sustancia primitiva y primordial de donde emanamos en un nanosegundo dado, en una zona cósmica específica. Por eso, en el fondo, somos Dios y Diosa y lo hemos sido, lo somos y lo seremos siempre, y, si podemos entenderlo con el corazón, la cabeza y el espíritu vamos a poder salir de la trinidimensión que todavía es algo primitivo, incierto, vacilante, accidental, fugaz y claroscuro, algo penoso e infernal.


Drama de la educación. Si la educación oficial, tanto privada como pública, que recibí al inicio de mi vida hubiera sido distinta, más a la antigua remota, más iniciática, lúcida, ecléctica, científica y religiosa, incluso lúdica, sensual y dramática, tras conocimientos más permanentes y universales que los que se dan usualmente en casi todos los colegios, liceos y universidades, donde se estudian las materias convencionales que los niños y las niñas y luego los adolescentes y jóvenes deben recibir para obtener una buena y aceptable base para toda la vida, no estaría a veces tan bravo e incómodo, sería menos radical, menos delicado, susceptible y vulnerable a las vicisitudes y vaivenes de la vida moderna aún tan materialista, poco imaginativa y reacia a los vuelos de la intuición, la inventiva, la inspiración y la mística. Porque hay que decirlo: somos educados para seguir la corriente más que para dar corriente e innovar, nuestras autoridades educan e instruyen más que todo para condicionar a seres humanos y volverlos borregos, autómatas, robots y zombis, para dormir y anestesiar a bachilleres y diplomados y no para motivar, estimular e incorporar a creativos, genios y superdotados a las filas de la sociedad y volverlos baluartes, banderas, azimuts, ejes, y menos aún visionarios, videntes. Todavía, aunque hemos adelantado en las últimas décadas, desconfiamos de los que se rebelan y no siguen nuestros caminos trillados, convencionales y estereotipados de los que nos jactamos tanto y nos hacen ser a menudo tan desdeñosos, arrogantes, soberbios, orgullosos, ridículos, engreídos, inflexibles y obcecados. ¿Por qué? Nuestros líderes sociales prefieren seguidores y blandengues que se conformen, arrodillen, callen y obedezcan ciega y sordamente sus patrones mentales y morales que en muchos casos, a mi juicio, se remontan a etapas históricas desfasadas y oscurantistas hasta alcanzar la Edad de Piedra ya que el problema radica en la fibra moral y espiritual que no ha variado mucho y no tanto en las herramientas o la tecnología, las modalidades y variables sociopolíticas y económicas. Por ejemplo, si Ud. cree que el comunismo, el socialismo y el fascismo fueron inventados en el siglo XIX y el siglo XX eso no es verdad, he encontrado gérmenes de estas ideologías a lo largo de la Historia. Sólo han cambiado los términos, los nombres, los individuos que de una forma u otra impusieron a sangre y fuego su bota o sandalia, su voluntad de dominio para manipular y someter a los demás como diera lugar, castigando y encadenando con leyes, manías, credos, costumbres, modismos, soldados, sacerdotes, policías y recaudadores de tributos e impuestos a sus poblaciones sojuzgadas. Todavía hoy hay esclavos y esclavas, como en el tiempo de los romanos y los asirios, quechuas, atlantes, negreros norteamericanos y árabes fundamentalistas, todavía hay mercaderes esclavistas que humillan y se valen de tretas para maniatar a incautos y meterse y traficar con estupefacientes, barbitúricos y drogas perniciosas. El tráfico de órganos, jovencitas y jovencitos con fines pornográficos, ad nauseam, sigue viento en popa a pesar de Naciones Unidas y grupos de filantropía, auxilio social y sensitividad humanística. Los males siguen aunque se disfracen, camuflen y metamorfoseen. Por eso digo que seguimos siendo cavernícolas que viajamos en jets y carros veloces, manejamos computadoras, tenemos monstruos como Qaddafi o Gaddafi o Kadafi o Gadhafi o como se llame jodiendo el parque y engañando a incautos, pobres de mente e ilusas, creando rivalidades, rencillas y líos, y sin poder resolver bien y satisfactoriamente los problemas fundamentales de la raza humana, como son: agua, comida, sustento, techo, tierra, vida, educación, energía, ocio, religión. Por lo tanto van a venir al planeta extraterrestres (buenos y malos, porsia) a ver si podemos pasar a mejor vida sin tener que masacrarnos porque nos empecinamos en construir plantas nucleares en zonas sísmicas o frágiles tectónicamente y sujetas a inundaciones, vientos fuertes y alteraciones geofísicas y geodésicas de envergadura como las que están programadas (Japón, USA, India, Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia, Países Bajos, y otros).


Si cuando chico me hubieran martillado, cincelado y pintado la noción de que debía autovigilarme, autoobservarme, autoanalizarme o conocerme a mí mismo en profundidad, como pensaban los antiguos filósofos griegos e hindúes, otro habría sido el resultado en mi caso y en los de todos los casos habidos y por haber. Pero eso no lo sabían ni mis padres ni mi tatá Carmen ni las institutrices alemanas, inglesas e italianas, ni las maestras de Kinder, Preparatoria y Primaria ni el Ministerio de Educación en los Gobiernos de Medina Angarita, Rómulo Gallegos, Delgado Chalbaud y Pérez Jiménez. A estas tierras no llegaba todavía la psicología análítica junguiana, el análisis en profundidad de Itzamná y Viracocha, la sabiduría del Tao y el I-Ching, las revelaciones de Vivekanânda, etc, ni la buenas obras pedagógicas de Maria Montessori y Rudolf Steiner o Rabindranath Tagore. Hubiera podido aprender y adquirir a temprana edad y de un modo progresivo en aulas especiales y táctiles conocimientos básicos, rudimentos y abecés de astronomía y astrofísica, cosmología y cosmogonía, religiones comparadas, simbología, geometría sagrada, poesía y mitología, telepatía y control mental, etc. Hubieran depositado en mi vasto interior y exterior una buena dosis de sabiduría oculta, cósmica, práctica y trascendental, amén de manualidades, hobbies, música, gimnasia, euritmia, yoga, bellas artes, jardinería, yerbatería, decoración y cocina, por enumerar algunas materias interesantes que siempre sirven más adelante cuando se crece y forma familia, y probablemente no hubiera sido tan alborotado y rebelde hoy en día y no estuviera tan desempleado y excluido y sintiéndome a menudo tan absurdo, raro y fuera de lugar, viviendo una vida doble que a menudo resulta penoso y tormentoso hacerla pública. Hubiera satisfecho mi gran apetito por la Madre Naturaleza visible como visible, conocida y desconocida, y hubiera encontrado felizmente en todas las urbanizaciones y barrios, cuadras y manzanas, plazas y parques, etc, diversos centros de cultura general donde satisfacerme, enriquecerme y consolarme interna y externamente, yendo a tiendas y abastos naturistas y ecológicos, teatros, cines, anfiteatros, museos, galerías y gimnasios con spas, asistiendo a espectáculos de varias índoles a oir a cuanto guía espiritual o científico o literato pasara por la ciudad o el pueblo. Pero el drama de nuestra educación, de la educación en general desde la Edad de Piedra, es que no le damos suficiente importancia a la cultura (en los medios de comunicación las noticias culturales son siempre dadas de último porque parece que aburren y adormecen y se dice no sirven para nada útil o práctico) y en verdad que la mayoría de los gobiernos no tiene puta idea de lo que educación, instrucción y cultura significan. Bueno, eso es comprensible cuando verificamos el grado de educación de gran parte de nuestros líderes, mandatarios, ministros, funcionarios y representantes de la administración pública.