lunes, 20 de abril de 2009

36 Bits

La presente entrada, escrita en 2009, es un extracto de la segunda parte de mi obra inédita en su totalidad, Violeta Siete, de la que solamente se publicó la primera parte en 1963, en la ciudad luz de París, que tanto añoro y tanto me benefició.




Los Misterios del 06 en adelante hasta el 69.
Ideas del Autor. Caracas. 2009. Proceso metamórfico, lógico y gradual de un número importante, desde que aparece nebuloso y difuso hasta que se compacta, cohesiona, formaliza, concreta, ilumina y deviene operativo a cabalidad.


36 Bits. Sigo con los Misterios del 6 y del Cero Absoluto y sus décimas. Del 33 al 36 y al 364.

En este procedimiento que inicié en la atlásica página 33 muestro que en el reino de los números, código clave y críptico de cuanto existe en el cosmos y parte intrínseca del Supremo y Eterno Numerólogo, el marco es la Nada, el Vacío, el Infinito. Para que podamos entenderlo y apreciarlo con nuestra nublada, microscópica e imperfecta mente tridimensional le hemos dado una forma circular, esférica, aovada, helicoidal, hasta elíptica, cilíndrica y cónica, cuando queremos verlo completo, homogéneo, sin fracturas, o fractal, ininterrumpido y simbióticamente. Eso por supuesto no significa que la Nada, el Vacío o el Infinito sea estéril; al contrario, uno y otro alberga y potencia absolutamente todo, cuantas cosas y energías hacen falta para que el cosmos sea, exista, viva, dé luz y signifique alma, pensamiento y espíritu. Por eso, es importante que se sepa y tenga presente que todos los códigos cifrados deberían comenzar por el 0, por ejemplo, 01-10-etc, pues es el telón de fondo de los demás números, la matriz y el desarrollo probable e ilimitado de todos y cada uno de ellos. Aunque el cero ó 0 es mudo está vivo, tiene alma, pensamiento y espíritu, es razón pura y lógica. Toda serie numérica debe principiar (¡es un Principio!) por el 0 y terminar por el 0, como base decimal, vigesimal, sexagesimal, centesimal, milesimal, que es en esencia. De esta manera, el sistema empleado será exacto, justo y perfecto. Mismo si no se escriba, marque o introduzca a plena luz del día la figura, ideoglifo, ideograma o signo del cero (0) hay que tenerlo presente mentalmente pues no es posible evadir su vibración latente. Quizás porque la noción del cero (0) como entidad semántica, filosófica y metafísica, sea tan difícil de entenderla nosotros, tan inclinados y predispuestos a vivir de relatividad en relatividad, entre relatividades y subjetividades, y no tanto entre causas, objetividades, eternidades, infinitos y absolutos, pues el cero (0) es absoluto, libre, omniabarcante, sin fin, mandálico y gnóstico, preferimos comenzar nuestra numeración por el uno (1), denominar a Dios el Uno o UNO, porque así nuestro mundo externo e interno no se derrumbarán, servirán, valdrán y serán importantes, y eso nos reconforta, asegura y libra de dudas y temores. Tan cierto es esto que le hemos adjudicado al número uno (1) un valor genérico y sexual. Pero esto es una aberración, una falacia, un absurdo, nulo de toda nulidad. El 1 es andrógino, posee en su radio todos los matices, diferencias y extremos, los fusiona y sintetiza sin menoscabo de ninguno de ellos. Mas sólo a partir del 3 podemos comenzar por construir, planificar, elaborar y ver resultados en el tiempo y en el espacio. Entonces los sabios letrados, numerólogos y matemáticos hallaron la función cósmica del 13 (el 1 con el 3 a su lado). El Uno o Estrella ó 13, derivado éste último de la suma del doble 3 más el 7 (3+3+7=13) y su unión (337), resultó ser una cifra mágica y sagrada y junto con el también solar 288 dos de mis números cabalísticos favoritos por razones astronómicas, astrológicas, astrofísicas y mánticas), vistos ora como un sol ora como una luna y, felizmente, ora como el Sol de Todos los Soles, el Centro de la Galaxia, el Centro del Grupo Local de Galaxias, el Gran Atractor, etc. Determinar con absoluta precisión y compresión la Glándula Pineal de lo inconmensurable e inefable es absurdo, no conduce a nada. Sólo podemos rozar el Corazón de Dios. En 1994, una idea atravesó mi sien cual centella. Desde entonces el áureo número 37 es una fija en mi cosmovisón. Ya sé porqué: representa la velocidad de rotación u óbita de días promedio de los campos polares magnéticos del Sol (el del campo ecuatorial es de 26 días promedio). El sacerdocio protomaya lo sabía. Lo heredó de maestros atlantes y muanos y lo confirmó con sus cálculos clarividentes y mediumnímicos. Vinculé el conocimiento del 37 con el precesional número 72 y lo nombré el «Ojo de Horus» en Los Antiquísimos Orígenes de la Astrología. ¿Por qué lo asocié con un Hijo del Sol de Atlantis? Posiblemente porque reseñaba una observación astronómico-psíquica sensible.

Sincronización religiosa perfecta: Homo-Tierra-Sol: 364÷33=11,03030303030303

Por otra parte, por ser la columna vertebral una sensibilísima espina-espiga imánica y resonante de 33 vértebras -que detecté está íntimamente ligada al sagrado número 364, el ciclo de las manchas solares y la nueva rotación de la Tierra alrededor del Sol que debiera tomar 364 días-, a la primera cervical (Atlas, soportando la ‘cabeza’ u ‘orbe’) le corresponde el número 33 ó 1, dependiendo por donde comienza o termina la secuencia vertebral y sus 14 círculos (çakrãs) de poder sutil. Lo de la 33 ó 1 no es por casualidad porque esta vértebra en particular, junto con los nervios que la cruzan como ríos de electricidad y músculos y tejidos que la almohadan y protegen, está directamente conectada con las funciones superiores del cerebro. Si sumamos 33+37=70=7. Ó 10 veces 7. Y 4 veces 7 equivale a un mes lunar de 28 días. Y 13 meses de 28 días conducen a 364 días anuales. Existe pues una relación entre los días de la semana, los meses del calendario y el esqueleto humano creado por los amados ingenieros celestes. Ergo, el esqueleto y cuerpo humano son sagrados y sus medidas (10-9-8-7-6-5-4-3-2-1-0) componen un enjambre maravilloso en sintonía con las radiofrecuencias cósmicas. Dos esqueletos y cuerpos (amantes, novios o esposos) que se integran forman un total de 66 vértebras que al sumarlas (6+6=12) nos da 12, equivalente a un Zodíaco de 12 constelaciones y 360º de circunferencia. He aquí en dos platos porqué el sexo tántrico, hierogámico, teogámico, hierofánico, tiene una alta razón de ser vibratorio. La multiplicación de 33 por 37 es significativa. El producto de la multiplicación (mi favorita) es 1.221 ó 1221. Este número capicúa presenta dos relaciones polares resumidas en esta ecuación: 11:22,, tan poderosa como 11:11, pero a una octava superior, que a estas alturas de la civilización no la conoce sino un gran yogui. Luego multiplicamos los productos ya hallados: 70X1221=85.740=24=6. Otra vez 6. Realmente este dígito es una piña pero sabrosa y cristica. Todo este maremagnum de números, significados y analogías ha hecho que figure esta gran relación numérica-vibratoria de un modo ideográfico (ver abajo, El Nuevo Sexto Sol-Ahau de Saber y Luz) que muestra en síntesis lo que será la Nueva Era de Akuario-Leo cuando la Nueva Humanidad llegará a una dimensión y un sistema de vida muy superior al actual que la relacionará e integrará a mundos bastante evolucionados, felices, amistosos, dados a la paz, la armonía, la simbiosis, el amor, la familia, la comunión filarmónica y mística.

El Nuevo Sexto Sol-Ahau de Saber y Luz. Ideas del Autor. Caracas. 2009.

Los números son «ideas-formas-movimientos» de la mente, el pensamiento y el espíritu, códigos vibratorios de las energías que agitan y vivifican el cosmos, lo integran o desintegran. No olvidemos que los números que sostienen el Plan Divino del Cosmos no poseen moral ni denominación sexual, racial, religiosa, ideológica, étnica o estética. Los números son instrumentos fantásticos de filosofía anarquista. Expresiones emancipadas de la Incorpórea Sabiduría Divina. Son básicos, neutros, simbólicos. Sólo pueden tratarse cual «entes-formas-movimientos universales del Espíritu». Debido a eso pueden asustar en un momento dado porque están imbuidos de una Inteligencia Superior. Ahora bien, al ponerme a trabajar en esta obrita amarilla de octubre a noviembre de 1963, en París, los efectos visuales, números, colores y rayos jugaron un subido rol protagónico. El título lo confirma. En la cervical página 33 (3+3=6/3X3=9) tomé como ejemplo el Triple 6 ó 666 que me ha fascinado desde que lo estudié. Para mí el 6 marca la caída o descenso del espíritu o lo informe a la materia y lo formal. El 9 es todo lo contrario; por eso, después del 9, viene el 10, el Número Divino por esencia, que por lógica incorpora el 0 pues después del 9 termina una cuenta, serie o secuencia, que podría continuar sin parar, si se incorpora obligatoriamente el 0 o Número de la Duración Final o Eternal de un ciclo y su eventual regeneración. Si el 06 es misterioso, más aún lo es el 69, su octava mayor, la culminación y resolución del misterio original del Germen en potencia aún inmerso en las Aguas Seminales. Este número andrógino tiene mucho poder, energía, magnetismo; por algo lo tengo en la portada interna bajo el signo de Cáncer, simbolizando la perfecta armonía tántrica entre los polos opuestos. También el 666 o Khristos-Âten, ligado a 2.664, el producto de 72X37, es muy poderoso y electromagnético. Ahora, lo curioso de 2.664 es que si lo miramos taquiona y clarividentemente las 4 cifras se vuelven un Triple 6 (2+4=6). Ó 666=18=9=0. Estos números pertenecen a una misma familia: la del Cero (0), Vacío, Absoluto, Infinito, Ser. Todos, el 0, el 6 y el 9 son números embrionarios, además del 3 Trinitario, ya que se manifiestan diseminando y/o absorbiendo energías y rayos de un modo constructivo y/o destructivo, refractario, en espiral, concéntrica, centrífuga y centrípetamente, como cuando se apilan las cosas para edificar o dilapidar algo. Todas las combinaciones entre 0-3-6-9-0 son fundamentales: 360-369-36-63-69-96-39-93-30-60-90 y sus decimales que pueden ser ilimitados. Al sumar estos 3 dígitos obtenemos 18 (3+6+9=18) y 18 son los meses del calendario solar civil maya Haab (18 meses de 20 días cada mes iguala a 360 días, más 5 días considerados peregrinos, infelices, débiles, o accidentales, al final del año, por no encajar y seguir el proceso normal del ciclo del Todo Perfecto de 360 días o unidades de tiempo válidas y legales). Este calendario tiene una gran lógica por supuesto. El número 360 es nada más y nada menos que el Número de la Perfección o del Todo pues representa la cantidad sumada de grados en una circunferemcia (donde todos los grados valen por igual y cada uno es una unidad de tiempo válida y legal: democracia total). El otro calendario maya clave es el lunar Tzolk’in de 260 días de corte esencialmente religioso y cosmológico. Aquí encontramos un razonamiento distinto. Primero, el año de 365 días y piquito tiene entre 12-13 lunas y ya se sabe cuán precisas y determinantes son las lunaciones en nuestra vida y en la del planeta. Puesto que el sistema vigesimal era el más empleado por los mayas y las culturas precolombinas en general (hay mayabtólogos que piensan que el sistema decimal también era conocido por los sabios sacerdotes) en vez de usar 10+6 los mayas usaban 20+6. El Tzolk’in se basa en el Gran Año Zodiacal de casi 26.000 años (25.920 años para ser prácticamente exactos) además del tiempo que toma nuestro Sol para rotar alrededor de la influyente estrella Alción (o Alcyone) en las Pléyades (ver ilustración en la página que sigue a ésta). Pero la verdad es que: el número 26 es tan determinante en la Vía Láctea como lo es el 36 y como lo son el 260 y el 360 porque, entre otras razones, el 6 es el número-base-germen de la numeración en cuanto a construcción, montaje, cimentación, obra, edificio, arquitectura sagrada o profana se refieren. Además, el 6 es el punto medio entre dos extremos, entre 1-12, y por lo tanto representa el Centro de la Perfección, el vértice o ángulo cenital, el mediocielo de un decanato y de un sector del círculo zodiacal, la hierogamia (Sello de Salomón). El 6 es tan potente, dinámico y productivo que ese genial y picante insecto de luz y fuerza laboriosa y creativa llamado abeja, y su medicina, la apis mellifica, fue escogido por Dios porque combina bien con la forma del hexágono para fabricar productos poderosos, nutritivos y embellecedores, como la miel, la jalea real, el panal y el polen extraídos de sus propias materias solares y venusinas en contacto con las flores, las frutas, el rocío. La abeja era considerada muy especial por los antiguos egipcios, celtas, íberos, pelasgos, griegos, merovingios y rosacruces. El 6, como resultado de la suma de 3+3=6, o como un 33 ascendido y gnóstico, y más aún cuando se junta con el 9, es entonces la fusión de la energía solar-galáctica con la energía local, matutina y vespertina, o sea, de Venus-Lucifer-Hesperus, quien trae la luz y la pone a descansar un rato, es hermoso, y está siempre acompañado por una Abeja Real, el Astro Mayor nada menos, a la hora del orto y del ocaso, para que el mundo sepa cuánto vale la Radiante Luz del Amor Divino. Por último, anoté que una Edad se compone de 60 y 6 ceros, equivalentes a 60 millones de años ó 60.000.000. Si una Edad de civilización planetaria dura 60 millones de años es lógico que a la edad de nuestros 60 años individuales lleguemos a una especie de apoteósis e iniciemos un nuevo ciclo de madurez o comencemos uno de degradación y eventual postración. Cada 60 años suceden 3 conjunciones de Júpiter-Saturno. Eso no lo pasa por alto el calendario y debe honrarse. No es casual entonces que capitanes de empresas, gobernantes, líderes, jefes de familias, celebren y cordialicen a sus 60 años. En conclusión, no fue por capricho que salté de los 19 años a los 60 años cuando en Prangins llegué a la edad de la madurez iniciática y espiritual e inicié un nuevo ciclo de luchas, búsquedas, hallazgos, revelaciones, pruebas y transfusiones, para arribar hasta la matriz del Universo, compuesta de 91 signos (90 celdas fotovoltaicas + 1 Sol-Ahau resplandeciente). Un día se sabrá a qué velocidad andan las neuronas y con qué frecuencias trabajan los anagramas-filamentos de ADN-ARN. 12 es el número correcto para que hayan 1.440+1 objetivos estelares al pasar a formar círculos concéntricos de gran ingenieria, calibre, potencia, trayectoria, dirección, impacto, repercusión y concatenación. Cuando los seres humanos logren ejercitar sus 10.000.000.000 de neuronas verán que el cosmos se ha vuelto un juego, una lila real. En un triz podrán cubrir la bóveda armilar con su respiración y sonido, su ser uno con el UNO. En ese estado el Tiempo es irrelevante. Serviría solamente para crear dolores de cabeza, náuseas, fragmentaciones del soberano plexo solar, miasmas de toda naturaleza, la mortalidad. Algo que aún me cuesta muchísimo entender y akseptar pues en mi mundo estas degeneraciones no existen para nada.

Este es el secreto y el porqué del uso del tercer calendario maya, llamado Cuenta Larga, con el cual computaban y descifraban ciclos de años que podían contener fechas y hechos memorables, extraordinarios, fantásticos y sobrenaturales y que en algunos casos los remontaba a tiempos antediluvianos como cuando debieron escapar de Atlantis –Aztlán, en náhuatl-, la Gran Isla del Sol en medio del Atlántico que algunos científicos piensan está hoy bajo los glaciaress de la Antártida. La base de este supercalendario estaba constituido por 144.000 días equivalentes a 6 períodos de 24.000 días que a su vez representan 1.000 veces la duración de un día de 24 horas que a su vez, como bien saben todos los relojes y cronógrafos, está dividido en 4 períodos iguales de 6 horas que siguen siendo la base cuadrada de nuestro día circular. Para los mayas como para los pueblos precolombinos el Mundo era la obra de 4 Bakabs o 4 Grandes Divinidades Geómetras, Arquitectas, Constructoras, Hacedoras, Formadoras y Generadoras. Para ellos la sustentación de su vida y universo partía del vasto concimiento y respeto que sentían por las Leyes y las Reglas de Juego presentes en cada parte y momento de su vida. Y por ello les fue sumamente difícil, casi imposible, aceptar y conciliar la llegada de Hernán Cortés y sus huestes aunque hubo señales en el cielo que la presagiaron y calcularan con antelación la llegada de estos bárbaros tan extraños e iracundos. Algunos de los sacerdotes o Ah Kines debieron haber sabido y razonado que la Conquista debía ser también la expresión de la Voluntad Divina y que un Sol debía ceder su puesto para que otro Sol continuara la marcha ascendente de los Baktunes. Porque es cierto que de bando y bando, conquistadores como conquistados, había excesivo fanatismo y ferocidad, belicosidad e intransigencia, falta de conmiseración y brutalidad, horror y desconcierto. Europa y América debían encontrarse de nuevo y pasar la página para que en un futuro lejano (hoy) los hombres y las mujeres aprendieran a ser más amorosos, fraternales y tolerantes, dejaran de ser tan sanguinarios e injustos y desearan con más sabiduría ser felices, ya que de nada sirven los números, los signos, el conocimiento de las Pléyades, Orión y la Osa Mayor, transportarse astralmente o mediante carabelas y caballos, si no es para hacer lo imposible para que nos toque un mundo mejor. El jaguar debía aprender a vivir en paz con la paloma y Quetzalcóatl debía verse de nuevo con Jesús cara a cara. Lástima que por parte de los frailes hubo tanta ignorancia, oscurantismo, barbarie, crueldad, locura, egoísmo y ensañamiento, pues apenas conocemos 4 códices mayas que por fortuna se salvaron de ser pasto de las llamas. Pero igual falta de nobleza mostraron los mayas, aztecas, toltecas, caribes, kechwas y jíbaros antes de que llegaran los caras pálidas y los masacraran pues también ellos supieron ser imperialistas, esclavistas y destructores. La Humanidad debe aprender a vivir en paz, con sabiduría, previsión y dulzura. La Historia no sólo la escriben los victoriosos, ganadores y campeones.

En suma, lo que algunos estudiosos de estos tiempos de ahora parecen ignorar o confundir al analizar las señales cósmicas es que no todos los ciclos se repiten exactamente ya que cada movimiento en la espiral logarítmica que da nuestro sol alrededor del Centro del Grupo Local de Galaxias, del cual la Vía Láctea es parte importante, posee un tono, nota particular, única, propia, secreta. PRONTO TODOS LOS ESQUEMAS Y PARADIGMAS DECRETADOS HASTA LA FECHA SERÁN SUPERADOS. VAMOS A ENTRAR A UN PLAN CÓSMICO NUEVO. SE VA A ESCRIBIR UNA HOJA DE RUTA SUPERIOR. SI VAMOS A PASAR A LA QUINTA DIMENSIÓN EN POCO TIEMPO, SIGNIFICA QUE HABRÁ QUE APRENDER A VIVIR EN UN NUEVO CONTINUUM ESPACIO-TIEMPO NOOSFÉRICO. EN VIOLETA SIETE ME REFIERO A «ORIDENTE» (PÁG. 2): «ORIDENTE» NO ES OTRA COSA QUE LA UNIÓN. LA SÍNTESIS. LA AMALGAMA. EL ABRAZO DE ORIENTE CON OCCIDENTE EN MEDIO DEL SEXTO SOL-AHAU DE ORO QUE YA LLEGA. ¡VIENE EL SAMÂDHI PLANETARIO! ¡QUE DIOS-DIOSA EN NOSOTROS Y NOSOTRAS BRILLE SIEMPRE!

Nuestro sistema solar en su viaje alrededor de Alción. Interpenetración de nuestro sistema solar con el sistema pleyadiano. No estoy del todo de acuerdo con estas segmentaciones arbitrarias e inexactas aunque dan una idea de cuán poderosas y magnéticas son las Pléyades, las 7 Hermanas o Cabrillas Natatorias.
Fuente: www.elsextosol.org 22.12.2002.


Caracas, terminado apenas hoy, 20 de abril del 2009, tras muchas horas de esfuerzo y siembras de semillas Triple AAA