domingo, 22 de septiembre de 2013

La Venezia del Porvenir


Atum-Rê, el Faraón iluminado, apretando el ankh con su mano. Obra del Autor. Caracas. 2010.

  


















¿Seremos tan malagradecidos que dejaremos una obra sin concluir? ¿No sabéis que hasta las Divinidades nos necesitan porque el cielo sin la tierra es como un pájaro sin nido y sin huevos?¿No podemos corregir los errores cometidos, desviarnos del trayecto recorrido si encontramos moles colosales que nos bloquean, inventar herramientas, descubrir atajos, doblegar esfuerzos?¿No somos acaso titanes, héroes en potencia, mujeres maravilla, seres inconclusos todavía?


Fuimos creados en las nebulosas gracias a sendos meteoros en la Noche de los Tiempos por inteligencias e hiperreligiones adelantadísimas y por tanto muy sutiles y perspicaces que nos incrustaron e instalaron parte de su ADN cósmico en sucesivas etapas y trechos para que pudiéramos entablar una fluida comunicación con el cerealero Patrón Áureo que sus Ancianos más representativos y destacados les legaron en tiempos inmemoriales y yo he tomado esta raíz cuadrada perfeccionada durante varios eones para dejar a la posteridad su sabiduría y hacer que fructifique la savia que corre por el tronco de su vasto conocimiento acerca de las leyes y normas universales que caracteriza su genética tan avanzada como transparente.


He hecho de este templo de creaciones tan esmeradas y bondadosas un muestreo de creaciones que he resumido en sucesivos poemas que me llegan de repente y acojo con amor tanto trabajo invertido ha sido un bálsamo muy oportuno para poder ajustar mi presencia en medio de tantas oleadas y marejadas que implica el estar acá al pie de las caídas y las ruinas que se presentan a veces pues los templos y los tabernáculos también sufren las inclemencias del subibaja o vaivén que caracteriza vivir en medio de dualidades y antagonismos que enfrentan al Noûs con el Nos de nuestras naos que cruzan sendos océanos y mares violentos.


He estado escuchando a mis hermanos y hermanas de los cielos verdes y violetas donde cuerpos celestes de muy variadas denominaciones ensayan todo tipo de idiomas y teatros ambulantes que faciliten la comunicación y la profundidad intelectual para que estas naciones tan insolentes como inoportunas puedan dejar de lado su rabia e ira y se dediquen más bien a relacionarse con los mundos naturales que los visitan y rodean de mil amores ya que a menudo no saben cómo aquietar y suavizar sus humores que psicoanalistas biólogos y neurólogos quisieran entender más y medir mucho mejor. Pero no es fácil. Vivimos en un mar de contrarios.
 

Con Venezia pasará lo mismo que le pasó a Corinto y a las demás ciudades costeras que pasaron al olvido y observaron los mares cubrir sus proezas arquitectónicas con el tumulto de las aguas. No hay forma de que una urbe hermosa y de buenas costumbres no pueda durar miles y miles de años sin que la Naturaleza la castigue y expropie severamente o que una cultura progresista pueda conservarse suficientemente bien para que más de mil generaciones la conozcan y colmen de muchas maneras. No es posible acá llegar a un pacto sagrado o un acuerdo que sea bueno para todas las partes para que reine muchísimo tiempo un buen viento y un buen aguacero que traiga la plenitud y la riqueza a millones de seres de muchos tipos. No es posible que la belleza y la opulencia de Venezia sea para que guste y enseñe a los turistas y a sus habitantes consuetudinarios que vale la pena disfrutar de sus encantos y admirar su versatilidad y maestría en diferentes artes. Estamos sujetos y maniatados de pies y manos y no sabemos aún librarnos del mal tiempo y los cambios súbitos de la diosa Fortuna pues los terrícolas no han aprendido todavía a entender y dulcificar sus arrebatos y locuras pasajeras. Y por lo tanto la gran ciudad de San Marcos que escribió un Evangelio pasará a la Historia sus tesoros se perderán y en un porvenir apenas unos cuantos se acordarán y valorarán su historia y su innegable ruta pastoral  que las guerras y las explotaciones tiñeron también de muertes y expropiaciones sobre la base de la codicia y la avaricia la ambición desmedida y la megalomanía basadas quién sabe en qué evangelio o sura. Los humanos deben aprender a dar buenos ejemplos a los elementos y a los elementales de la Naturaleza para que no se destruya tan rápido lo que costó tanto levantar y los animales las plantas y los vegetales no se degraden porque son pocos los estudiosos que saben cuántas especies y especias se fueron al mar y cuántos trajes y vinos se perdieron en medio de los escupitajos de los cañones y los arcabuces.
 

Esa es la lección que los faraones y las faraonas de un pasado muy remoto nos hubieran podido dejar si sólo pudiéramos leer ciertos textos sagrados que se perdieron bajo las dunas y los oasis que se secaron cuando el desierto pasó al olvido y las grandes metrópolis construidas contra viento y marea dejen de serlo y nadie compre más en sus tiendas lujosas perlas y piedras preciosas porque las tormentas de arena o las tormentas de nieve las sepultaron o destrozaron sin piedad y remedio. Y habría que enseñar y demostrar a la Madre Naturaleza a no dejar atrás en su recorrido a los pobres mortales que no supieron leer bien el Corán y la Biblia o los Vedas porque libros con mucha sabiduría y prudencia se han escrito en todas las épocas pero los humanos no los conservan con celo y atesoran en sus almas que se tornan poco lindas y majestuosas o ricas en alcanfor y benjuí por mencionar apenas dos artículos muy apreciados en galerías y centros comerciales que se conforman con materializar lo que no se puede ni debe por cuanto cada corazón vale trescientos millones de lingotes de oro y doscientos mil sacos de patatas más cien toneles de cebada con que fabricar cerveza y malta más cien barriles de ron de la mejor caña de azúcar de los cañaverales de Jamaica y Cuba más mil quintales de whisky de mil años de maduración que prospera en Escocia. ¿Moral? Ningún corazón es pura pérdida una obra de alquimia que debe desdeñarse y aplastarse. Cada uno es un original de Dalí que Dios hilvanó expresamente.


En la Venezia del porvenir veré cosas que no se pueden encontrar ahora. Veré los mejores libros y las esculturas mejor talladas y pintadas que hubiéramos podido apreciar si nos hubiéramos puesto a leer los ojos de tantas mujeres violadas y ultrajadas en los países del Oriente Express que se olvidó de darle de comer y beber a las mujeres y a los hombres que cayeron bajo las balas y que los bandoleros dejaron atrás mientras saqueaban y trastornaban la vida de innumerables niños y niñas. Muy poco quedará en esos reinos que ahora tienen nuevos nombres y que pocos conocen de veras pues tan cambiadas están sus costumbres divinas que les llegaron de los cielos en tiempos tan remotos y fueron olvidadas por nuestras ocupaciones demasiado superficiales y frívolas. Pero sin poder tocar en profundidad y desde una estación remota a los espíritus no es posible dar marcha atrás y buscar de nuevo el Santo Grial o Sang Raal que una a los corazones partidos que no llegan a caracolearse y volverse como curvas en espiral alrededor de un eje común que una y solidifique lo mejor de la Humanidad que aún conoce al apasionado cantautor español Alejandro Sanz mas dudo si mañana no lo pondrán en la papelera.


Y digo esto porque estamos tan divididos hoy día por tantas divorcios y cismas que ya nadie se acuerda de que fuimos creados a imagen y semejanza de patriarcas cósmicos que vinieron volando a bordo de unas naves rapsódicas acompañados por sus mujeres tan hermosas como respetuosas y quisieron que acá también pudieran Allah y Adan Kadmon regodearse y saborear un buen zumo de limón con papelón en santa paz. Esto escribo hoy y me pongo de rodillas para que Vishnú o Lakshmí puedan mostrarle a su público que aún se puede vivir en paz y armonía si los humanos construyeran ciudades costeras que hicieran alianzas con el cielo y arreglaran sus diferencias terrestres para que lo mejor de la Historia y la Geografía se dieran abasto y se promulgaran leyes de convivencia que sanearan las mentes más enfermas o descuidadas por tanta práctica licenciosa. No queda más que esperar que Venezia encuentre su norte y su sur y los extremos entren en razón a todos los niveles para que las aguas y las edificaciones estén emparejadas unas con otras. Habría que orar mucho para que los constructores de monumentos y de casas y hoteles trabajen con mucha piedad y amor y bendigan cada metro construido para que duren miles de miles de años y las generaciones puedan saborear y digerir cuanta creación haya entre cielo y tierra. Porque para sobrevivir cantando hay que hacer salsas, ensaladas y granolas.


Si todo lo escrito pasare los dogos y sus bulldogs descansarán bien y tonificarán sus genes y cromosomas a la par de sus neuronas y neurotransmisores para que las odaliscas y las huríes sigan mostrando sus bellezuras y sigan extasiando a los pupilos que buscan en los libros y en la materia gris de sus cerebros el brillo de los artistas que supieron dejar en sus creaciones muestras del Arte Real del Real Arco de York que tanta falta nos hace para que nuestras existencias sepan a algo excelente y se enseñe toda la extensión del saber esotérico. El Arte Real y Regio fue logrado con el fragor y el ingenio de hombres y mujeres que supieron dejar en sus llamativas obras creativas lo mejor de sus espíritus y respetuosas memorias. El fin divino justifica los medios empleados en el parqué pulido porque al crear justamente lo que se quiere es recrear lo sentido e intuido a lo largo de los milenios y se está haciendo justicia al trabajar con los elementos divinos en esencia por cuanto se le está devolviendo al Ser Supremo de la Esencia el bien que nos prestó con gran bondad y generosidad cuando hizo este mundo. El arte es sagrado y hay que auparlo y reconocerlo y más que la ciencia y la religión no es necesario mentalizarlo como si lo forzaran por la garganta a punta de cuchillo y no hay que creer en él fanática y absurdamente como suelen hacer las guerras de religiones y sectas que se desviaron del Sendero. Cuando el arte habla es Afrodita quien se encarga de hacernos sentir que no hay nada más excelso que lo bello y lo plácido y ya con eso estamos transformando nuestra percepción y sintonía y reconociendo que Dios es Admiración, Danza, Tablao Flamenco, Gracia, Soltura, Simultaneidad, Armonía, Pureza y Sabiduría y se quiso que lo que alegra y da satisfacción trae felicidad a nuestro interior y si se hace se está en el buen camino y es uno, ¡por Dios!,  que debe durar miles y miles de millones de años solares y tropicales como siderales. Cada vez que comience o acabe un mes lunar inscribe su curso y rastro en tu alma y reconoce que todos los movimientos celestes fueron hechos para que tú los razones y respetes. Incluso cuando el severo y cortante Hades-Plutón se enfrenta a 180º de tu Sol o Luna como ahora.


Pon tu acento intersideral y haz que los demás lo compartan y disfruten. Podríamos contentarnos con tan poco si sólo aprendiéramos a valorar el Bien, la Verdad y la Belleza, las Tres Gracias de la Alta Tradición. Razón tenían los antiguos filósofos y geómetras griegos, tipos como Fidias, Sócrates, Platón, Aristófanes, Pericles, Aspasia de Mileto, Fragonard y Molière, y un ejército de artesanos y obreros con un fin noble en común que gracias a Dios la Unesco ha protegido del maniqueísmo político de turno. ¿Por qué venecianos y turcos bombardearon la Acrópolis de Atenas? ¿Por qué romanos armaban peleas con gladiadores en pleno Teatro de Dioniso? ¿No tenían éstos y otros piedad ni buen gusto, recato y respeto o consideración por el trabajo mostrado por los obreros que se comprometieron a embellecer y decorar la Acrópolis en las buenas como en las malas y según parece desde Micenas? Una pila de sin sentidos más o insensateces e indecencias como tantas habidas ya a lo largo de las eras y civilizaciones. ¿Cuánto más tiempo para que Atenas siga ahí, mostrando sus maravillas y huecos, desnuda, con los pechos al aire y la cara limpia, rozagante, bien cuidada, que Helena Rubinstein y Estée Lauder hubieran valorado al igual que Chanel y Versace? Nada debe emsombrecer los favores que nos otorga el Arte.


A menudo exclamo que nuestro mundo es una gran locura contada por un gigante no tan tetraédrico y oligofrénico y peligrosísimo a punto de irse por un precipicio y llevarnos hacia el abismo mientras farfulla y gesticula sin nada de gracia y remordimiento lanzando toda suerte de maldiciones e injurias que ni él entiende pues el pobre jamás pasó por la Universidad de Harvard o Princeton y no fue alumno de Albert Einstein y de Niels Bohr. Razón tenían William Shakespeare (que no era intelectual ni poeta) y Jonathan Swift (que sí era escritor y clarividente): el loco o la loca deben ser tratados o reciclados y sacados de la escena porque si no nos van a volver dementes también. Habría que conseguir varios dramaturgos y psiquiatras que los pusieran a trabajar sanamente en Hublot y Vacheron Constantin a tiempo completo durante 12 años al menos y los soltaran después como canarios de Wagner y Orff. La teoría de las cuerdas y la teoría del Caos deben enseñarse en la primaria, la secundaria, la universidad. Bajar el cielo hasta la tierra y ponernos a bailar con ganas. Eso es. Bajo el compás y la escuadra sigue a Wakan-Tanka y llegarás a tu destino sin solución final nazi.


Angela Merkel triunfará mañana. Cual cuchara sopera, dura, espesa, llana, ella alimenta y reconforta. Bashar Al-Assad es un zorro y Siria, una hidra de mil y una cabezas. ¡Pobre Europa, tan cansada! ¡Pobre Oriente Próximo y Lejano a la vez, tan divorciados y anárquicos, una tragedia, un drama, un culebrón de nunca acabar!

Caracas, 21 de septiembre de 2013

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