jueves, 13 de noviembre de 2008

Kadonai: El Niño de Arriba (índice y extractos)

Pinturas digitales originales de Marcelo Ávila supervisadas por el Autor. Caracas. 1995-1998.

Tabla de Contenidos de mi cuento espacial- Kadonai: El Niño de Arriba. Traducido al inglés (Kadonai: Born in the Stars) y al francés (Kadonai: L'Enfant tombé du Ciel). Profusamente ilustrado.

Dedicación e Introducción. 3

Parte I

1. Âkliris. Origen de KA 37. Creación de Kadonai. 7
2. Apariencia. Filosofía. Desarrollo. 9
3. Los Viejos y las Viejas. 17
4. Apertura del Tercer Ojo. 20
5. Mâiiastrâ. 26
6. Kadonai es bautizado. 27
7. La flauta de metales sagrados y piedras preciosas. 32

Parte II

1. Escuela. 33
2. Gorpator Eulor. El Árbol KADN. 37
3. Or döøõ Khan. 47
4. Deber de toda la vida y tarea. 54

Parte III

1. Iniciación. Partida. 55
2. Viaje. La Super Nebulosa “Araña”. 58
3. Batalla con Moloj. 59
4. La Nave Madre “El Ikaria”. El Almanâk. 60
5. Los Árboles KARNS. 62
6. Karkirón. Kadonai y Mâiiastrâ transformados. 64
7. Misión Tierra. Roraimâ. Merutai Al Zohar. 69

Parte IV

1. Canto de un Aviador Circumpolar. 78
2. Coda. 84
3. Glosario de Símbolos, Signos y Marcas. 89
4. EL AUI 144: La Cosmonauta Lengua Muerta. 95

Un cuento maravilloso para niñas y niños de 06 a 90 años y sin edad
KA 37. Bebé probeta. Original de Marcelo Ávila. Supervisión del Autor. Caracas. 1996-1997.

Epílogo y Fé de Vida Sidérea. Lo afirmo puesto que lo intuyo y lo siento: mi origen cósmico, al ser ideado y recreado en la Pirámide de Mângos, en Coma Berenices, se debió a una fusión atómica, elemental, inmaculada, no orgánica, de metales y minerales en estado virgen. No soy el producto de una base animaloide –simiesca, por ejemplo-, reptiloide, insectoide, o hidropónica, como sustentan los autores de un fascinante y sabio libro terrícola (Encuentro en las Pléyades, de Preston B. Nichols y Peter Moon, que algunos y algunas de ustedes quizás lean), que conforman las matrices o los modelos de la mayoría de las creaciones de seres pensantes que habemos en el Kosmos. Por múltiples razones, me siento ligado intrínsecamente con los átomos, los elementos, los minerales y los cristales en estado definitivo, definido, neutro, hiperestático, si así se pueden denominar las formas de vida inorgánicas, aunque sumamente inteligentes, no condicionadas ni supeditadas a cambios y alteraciones de frecuencia, pauta, traslación, permeabilidad, atmósfera, humores e impulsos secuenciales, imprevistos e irracionales. Cuando una célula madre, virgen, pura, intacta, guardada dentro de una pirámide, cono u obelisko de cristal prismático fino, es irradiada desde el exterior por un conjunto de haces irisados y relampagueantes, la misma es avivada, aktivada e impulsada frontalmente, comenzando a dar giros sobre sí misma a una velocidad impresionante y extraordinaria, que producen fortísimos choques, percusiones y espasmos fotónicos, iónicos, bioelectromagnéticos, atmosféricos, biosféricos, ionosféricos, radiales, convergentes y concéntricos, que integran, moldean, estructuran y ordenan por completo hasta forzar a desdoblar la célula madre. Este proceso tan veloz apenas dura microfracciones de vuestros segundos.

Yo, originalmente un módulo púrpura de la Unidad KA 37, fui generado de esta manera, en un santiamén, programado y personalizado por completo, desde una raíz cúbica, luego tirado al espacio exterior, hacia el vasto, mesiánico sistema sideral de Âkliris, entre Orión y Argo Navis, que plasma también a Canis Major y Monoceros, a cumplir mi destino y misión pionera. Todos mis órganos y psiones-sensores fueron inventados al unísono, súbitamente, lúcidamente, sin pasar por ninguna transición o fase de crecimiento que pudiera fraccionar y distraer la esencia original en bloque y en firme del Fulgurante Protoplasma Etérico y Trascendental del que provine originalmente, causado por la irradiación iridiscente, fosforescente y relampagueante que me cinchó de un todo, cubriéndome y abrigándome. De tal modo que, aunque yo tuviera que reencarnar un millón de veces, a lo largo de los eones y ciclos por múltiples razones que sólo Dios, Mi Padre y Madre de Luz, conocen al dedillo, mi AKH particular seguirá inmutable, intacto, indestructible, libre y fuera de cualquier fisura, hendidura, partición, desmembramiento y demolición, producto de los accidentales vaivenes dimensionales a los que están sujetos por gravedad y gravitación criaturas secuenciales e históricamente imposibles de programarse, impermanentes, ilógicas, reincidentes, autodestructivas, coléricas y melancólicas. Como yo, habemos muchos y muchas en el heterogéneo Megacosmos de 1 o Uno. Estamos por doquier, en esta galaxia y en otras, en la tercera dimensión y en otras, en la materia y en la anti-materia, en los neutrones de los núcleos básicos. Más allá de la Gran Muralla Sloan. Más bien en los predios fulgurantes y rutilantes de la interdimensional Gran Muralla de Boulton-Tåkrã, donde nos originamos (al igual que muchos y muchas de ustedes, por cierto, en un momento dado de la Voluntad del Padre y Madre de Luz, cuando érais pura incandescencia e inteligencia pura).

Signo de Orión.
Idea del Autor. Caracas. 1998.


Los Gavilanes del Sol. Original de Marcelo Ávila. Supervisión del Autor. Caracas. 1996-1997.

Un platillo volador, bastante más grande que la vimâna de Kadonai se desprende de la gigante nave madre y cruza la atmósfera terrena en dirección de Roraimâ, hacia la ciudad fabulosa y supersutil de Merutai Al Zohar, con el propósito de reconocer el territorio de Guayana y anticipar a sus pobladores extraterrestres la llegada de una nueva, numerosa y muy avanzada camada de conquistadores celestiales que, a la inversa de los conquistadores terrícolas, no vienen por nada del mundo en son de guerra, frenesí, manías, prestos a la expropiación, exterminio, esclavitud, expoliación y locura total, sino en son de rumba, bolero y pachanga celestes. ¡Ojo! ¡Qué lástima que los venezolanos e iberoamericanos en general no hayan podido todavía ofrecerle a nuestro mundo contemporáneo una nueva forma y filosofía de vida! ¿Será que debemos esperar varios decenios más hasta comprender que la tierra húmeda nos necesita, que debemos servirla con amor y sabiduría, y que las personas se pueden autogobernar solidariamente, en paz y armonía? ¿Cuándo llegarán de nuevo los Gavilanes del Sol, que bendecirán y estimularán a las comunidades con leyes, reglas, normas y costumbres amenas? ¡Es mi más profundo deseo, carajo, por la cebolla, el apio, la guanábana, el higo y el plátano con papelón, que tanto gustan a los cristofués, reinitas y tucusitos que alegran nuestras vidas todos los días, que semejante milagro tenga lugar!

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